Los fondos serán destinados al funcionamiento general de la nueva sede. La ONG ya no recibe aportes de socios, pero tampoco del Estado.
El Litoral |
La última edición de la cena gala anual que realiza la Fundación Mateo Esquivo, dejó casi medio millón de pesos para la organización solidaria. El dinero que se obtuvo de la venta de tarjetas para la cena, con el aporte de auspiciantes y una subasta de objetos, será destinado al funcionamiento general de la ONG, de ayuda a niños con cáncer. La residencia está ubicada en Salta y Lamadrid, a metros del Hospital de Niños, donde los pequeños pacientes oncológicos reciben tratamiento.
El evento se realizó el martes en uno de los salones de fiesta del Dique I, contó con la presencia de empresarios locales y jugadores de los clubes Colón y Unión, quienes aportaron los objetos que fueron rematados entre los presentes. Camisetas de los equipos locales y una de la Selección Argentina de Básquet, cuadros de artistas locales y nacionales, prendas de vestir, un reloj y un anillo, formaron parte de la gran subasta que recaudó 90 mil pesos.
“Todo el dinero se ocupará para solventar el funcionamiento de la fundación”, precisó el presidente de la ONG, Diego Esquivo. Si bien en años anteriores la fundación contaba con el aporte de un grupo de socios, actualmente ya no y tampoco cuenta con un aporte regular en dinero de parte del gobierno provincial o municipal. Es por eso que lo recaudado sí o sí debe destinarse a pagar sueldos de quienes trabajan en la sede, además del “día a día” de las personas que allí se alojan.
Trabajo a pulmón
Para el presidente de la institución, el balance del año tiene resultado positivo, aunque también reconoce que la falta de apoyo del Estado dificulta el trabajo. “La asistencia a las familias para pagar pasajes y otros gastos representa unos 10 mil pesos mensuales, más otros 15 mil que se pagan de becas a especialistas que vienen a atender a los niños acá, ya suman casi 300 mil pesos anuales”, estimó Esquivo. Esos gastos se afrontan con lo que se recauda en eventos, como la cena anual.
Si bien desde la ONG solicitaron aportes regulares a la provincia para solventar gastos, no tuvieron respuesta. “Nos ayudan con cosas puntuales, como la cena o la construcción de la sede, para lo que también obtuvimos fondos de Nación. O subsidios puntuales para algunas familias, pero para el funcionamiento no obtuvimos respuesta”, dijo Esquivo. Y remarcó: “Es un alojamiento gratuito, que presta la asistencia que debería prestar la provincia o las obras sociales, porque por ley deben cubrir el gasto de traslado y alojamiento de gente que se debe atender en otro lugar, y no se cumple. Nosotros cubrimos ese rol del Estado”.
Por estos días, desde la fundación están comenzando con una de las actividades que le permite el hecho de tener “casa propia”. Se trata de un taller destinado a padres de niños que tienen que afrontar un tratamiento contra el cáncer en la ciudad. “Hoy podemos hacer eso, porque contamos con el lugar”, afirmó Esquivo como una muestra de que, a pesar de la adversidades, hay motivos para mirar para adelante.
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