Así lo indicó el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Martín Sabbatella. Habló de las dificultades, aciertos y lo que resta hacer para operativizar la norma.
El titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), Martín Sabbatella, estuvo en la provincia de Santa Fe para inaugurar un local partidario en la ciudad capital pero también para inaugurar los estudios de FM Chalet y habilitar una radio mocoví en Colonia Dolores. Diario UNO aprovechó su recorrida para conversar sobre cómo marcha la implementación de la ley de medios, sus dificultades, aciertos y lo que resta hacer.
—¿Qué fue lo que más le llamó la atención en estos casi dos años de trabajo en el Afsca?
—Hay varias cosas. Primera cuestión, la ley (de medios) es el resultado de 30 años de debates de organizaciones políticas, sociales, culturales y gremiales que lucharon para tener una ley de la democracia que deje atrás una norma oscura de la dictadura.
“El propio debate por la sanción de la ley en el Congreso –continuó– el debate por la defensa de la ley (en la Justicia) y ahora el debate por la aplicación. Todo ese debate generó algo que ya es sumamente importante: los argentinos cuando miramos la tele o escuchamos la radio le ponemos un signo de pregunta a lo que se ve o se oye; interpelamos, cuestionamos, construimos una mirada crítica”.
“Hoy ya no creemos que lo que vimos o escuchamos sea la verdad sino que la tenemos que construir a partir de nuestra mirada y de poder tener presente el conjunto de voces. Romper esa idea de que todo lo que aparece en pantalla es verdad fue un paso absolutamente importante y es un éxito en el proceso de transformación de la comunicación en Argentina”, añadió.
Para Sabbatella, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual llegó para “mejorar la democracia” porque “eso amplía la participación y ayudó a construir un espíritu crítico”. “Hoy a nadie escapa que todo aquello que se enuncia en los medios obedece a intereses, y cada uno puede juzgar a qué intereses obedecen”, manifestó el funcionario, y remarcó que “la ley es hija del momento histórico que fundó Néstor Kirchner”.
“La ley también es hija de la voluntad y el coraje de la Presidenta de agarrar esta historia y llevarla al Parlamento para que se vote. Esta ley busca democratizar la palabra, que estén todas las voces, que en el conjunto del territorio nacional haya multiplicidad de herramientas privadas y públicas para que la gente tome la palabra, pueda expresarse y garantizar el derecho de la información”, opinó.
Asimismo, indicó que la ley tiene dos grandes ejes: “Por un lado, la creación de nuevas herramientas comunicacionales, con nuevas voces, nuevos canales, nuevas señales, nuevas productoras de contenidos audiovisuales en el conjunto del territorio nacional. Por el otro, enfrentar la tendencia monopólica, la concentración mediática, las posiciones dominantes”.
En ese contexto, manifestó que en estos cinco años de aplicación de la ley el balance “es altamente positivo” en los dos ejes antes mencionados, aunque reconoció que aún faltan muchas cosas por concretar. Según el titular del Afsca, la concentración del mercado de medios lesiona la libertad de expresión porque no permiten que otros sectores y actores tomen la palabra.
El principal apuntado es el Grupo Clarín, a quien Martín Sabbatella acusa abiertamente de haber realizado “maniobras dilatorias” para evitar la adecuación a los límites de la tenencia de medios. “La ley no es solamente para Clarín, es para todos, pero hablamos de ellos porque son los que más excedidos están y porque es el que se resistió a cumplir la ley”, justificó.
Nuevo mapa comunicacional
—¿Y cómo marcha la adecuación?
—Se presentaron 40 planes de adecuación voluntarios en todo el país, de ellos, 37 fueron tratados por el directorio de Afsca. En total, 15 fueron desestimados porque no había motivos de adecuación, 22 fueron aprobados y están en proceso de ejecución, y tres todavía están en pendientes de análisis. Todos los análisis tienen los mismos tiempos, los mismos análisis, el trato es igualitario y lo que encontramos son distintas actitudes por parte de las empresas.
“En el caso del Grupo Clarín, siempre buscaron mecanismos para evitar cumplir la ley porque quieren sostener su situación de privilegios, que entre otras cosas construyeron con vínculos oscuros con la dictadura militar, en la década del 90 con el neoliberalismo y fundiendo cableoperadores pyme cuando tenían el monopolio del fútbol. Esa posición dominante la usaron no solo para tener grandes rentabilidades en el mundo de la comunicación sino para condicionar y extorsionar a los poderes públicos”, argumentó Sabbatella.
“Desde Clarín, primero resistieron que salga la ley; después, plantearon toda la estrategia judicial para que la declaren inconstitucional; mintieron durante varios años sobre cuáles eran los objetivos de la ley, que se iba a cercenar la libertad de expresión; dijeron que nos íbamos a meter en los contenidos; y una vez que la Corte nos dio la razón este grupo tuvo que presentar su plan de adecuación”, agregó.
Luego, indicó que si bien el plan fue aprobado para que el multimedio se divida en seis partes ahora falta estudiar quiénes van a ser los futuros compradores o cómo será la distribución porque “la ley hay que cumplirla, no debe ser una simulación”. Por ejemplo, no podrá haber vínculos societarios entre las distintas partes y tampoco transferencia de recursos porque la ley es “antimonopólica”, en cambio, no hay limitaciones para compartir y usar contenidos.
“Cuando cada multimedio –explicó– esté con el tamaño que corresponda, cada empresa en la que se divida deberá tener su propia administración, su gerencia, su estructura, su canal, sus periodistas, sus camionetas. A pesar de que todo esto es claro, Clarín no pierde las mañas porque en los últimos días presentó una modificación de su propio plan de desinversión para ver si se puede quedar con algo que la ley no le permite”.
Tal proceso de adecuación se encuentra en estudio y no hay plazos precisos sobre cuándo concluirá. De hecho, cada grupo mediático del país tiene tiempos distintos (en cuanto a su obligación de desprenderse de las licencias en las que están excedidos) en función de cuándo se aprobó cada plan por parte del Afsca. Por otra parte, aún no se trató en el directorio las propuestas de Telefé, Prisa y el Grupo Moneta.
Acciones directas e indirectas
Uno de los aspectos centrales de la normativa vigente tiene que ver con su implementación, y más allá de los planes de adecuación que deben cumplir los grupos de comunicación para desconcentrarse, están las acciones directas e indirectas de la ley. En ese sentido, Sabbatella dijo que “en los últimos cinco años” hubo 1.200 autorizaciones y licencias a radios AM y FM, y televisión abierta y paga en todo el país.
En total, se otorgaron 698 licencias de radio AM y FM al sector privado; las primeras 27 licencias para radios de baja frecuencia en zonas de alta vulnerabilidad social; los primeros 42 reconocimientos a canales de televisión de baja potencia; y 59 autorizaciones a medios a municipios y gobernaciones. Asimismo, se reservaron 1.132 frecuencias de radios para municipios y 36 de televisión para estados provinciales.
A su vez, recordó que se llamaron a concursos 1.373 frecuencias de radio en toda la República Argentina y el funcionario anunció que en los próximos meses continuarán en las provincias de Chaco, La Rioja, Salta, San Juan, San Luis, Catamarca, La Pampa, Neuquén, Mendoza, Santiago del Estero, Tucumán, Río Negro, Chubut y Tierra del Fuego. En tanto, ya se reconocieron a 200 radios comunitarias, entre otras medidas.
Por último, negó que la aplicación de la ley de medios sea lenta porque es de difícil implementación, sino que la atribuyó a las presiones y barreras que interpuso Clarín. “Deben tener en cuenta que el multimedio tuvo frenada la ley durante cuatro años en la Justicia”, expresó Sabbatella, y valoró la declaración de constitucionalidad que hizo la Corte Suprema de la Nación sobre la norma.
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