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viernes, 15 de agosto de 2014

Santa Fe: Una campaña para prevenir el bullying desde el nivel inicial

Especialistas de la UNL trabajan para abordar el problema del hostigamiento desde los primeros años de la niñez. Incluye actividades para los padres y los docentes de dos jardines.
/El Litoral | 
Santa Fe: Una campaña para prevenir el bullying desde el nivel inicial

 Un Proyecto de Extensión e Inserción Social (Peis) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) contempla encarar el problema del hostigamiento o bullying desde el punto de vista de la prevención, por medio del trabajo con padres y comunidades educativas de dos jardines de infantes de barrios vulnerables: el Nº 114 José Sedlacek, de Cabal, y el Nº 255 Laureano Maradona, de Los Troncos.

“El trabajo va a iniciar su segundo año. En el primero, tomamos contacto con los directivos y los docentes, se llevaron a cabo intercambios de información y de experiencias propias de cada jardín; luego se acercó material bibliográfico para su lectura. El próximo objetivo será incorporar a un grupo de psicólogas del Hospital de Niños Orlando Alassia, con quienes trabajaremos en el concepto de desarrollo de habilidades sociales”, informó el médico especialista en Neurología Pediátrica, Francisco Astorino, co-director del proyecto.

La idea será trabajar con los maestros y los padres en aquellas habilidades sociales que sean útiles para poder mejorar la convivencia entre pares, lo cual significa cumplir los roles sociales de la mejor manera posible para estar en armonía: por ejemplo, saludar, dar el paso a alguien, saber cuál es la manera de pedir algo o cómo corregir al otro.

El médico destacó que la iniciativa apunta a los padres y a los docentes de los niños, que son quienes los educan. “Terminaremos el proyecto con una campaña publicitaria que llevarán a cabo los destinatarios del Peis y será a través de la expresión gráfica. Seguramente, utilizaremos algunas paredes de los barrios, donde pondremos imágenes que reflejen cómo tolerar más algunas cosas y no tolerar otras”, contó.

Según adujo, puede llamar la atención que la campaña se desarrolle en un ámbito como el jardín de infantes, pero no es poco frecuente que algunos niños sean actores y muestren conductas inapropiadas desde pequeños, muchas de la cuales seguramente luego podrán manifestarse en la escuela primaria.

“La adolescencia, otra etapa crítica, es donde los casos de hostigamiento se vuelven más evidentes. Algunas de las cuestiones involucradas surgen porque es en ella donde aparecen grupos de identificación: por tipo de música, vestimenta, grupos de pertenencia, elección sexual o de género, por ejemplo”, señaló.

Bullying u hostigamiento

El bullying es un vocablo inglés que denomina la acción de embestir del toro (bull) y como problema fue descripto por primera vez en la década del ‘70 por el médico noruego Dan Olweus. Sin embargo, la denominación adecuada en castellano sería “hostigamiento”.

“Es un tema que se ha puesto muy de moda en los últimos años, pero no necesariamente todas son situaciones de bullying propiamente dicho. Para que haya bullying deben intervenir varios actores: el hostigador, el hostigado, un grupo de participantes que pueden ser socios del primero, que a la vez pueden ser hostigados, y un grupo de testigos. Además, la situación de hostigamiento se debe producir por -al menos- uno o dos años. Hay situaciones que son de violencia, pero no de bullying”, diferenció Astorino.

Según el especialista, las situaciones de hostigamiento se producen en distintos espacios, no sólo en la escuela, porque aparecen en función de las relaciones que se establecen entre pares para poder determinar las propias identidades. “El problema es que a veces aparecen situaciones patológicas que se dan en la escuela, por ejemplo, porque los chicos están allí el 50 por ciento del día, pero se pueden dar también en el club, en las redes sociales (el ciberbulllying)”, sostuvo.

Por otra parte, siempre hay signos y síntomas que indican que se está ante un problema. “Hay signos positivos (observables), como las lesiones que lleva un chico durante meses, porque alguien lo está violentando físicamente. Pero también hay signos negativos, por ejemplo, que en la escuela son demasiado callados, que tienen cefaleas o dolores abdominales frecuentes, retracción o depresión y cambios en las conductas de todos los días”, describió.

Parte del problema

“Los adultos también son parte del problema. No es poco frecuente que los padres de un niño hostigador sean autoritarios o, por el contrario, extremadamente permisivos. También son actores dentro de este sistema los padres del hostigado, los maestros, los porteros, los cuidadores, autoridades, ya que todos pueden llegar a ser partícipes o testigos de un hecho de hostigamiento”, finalizó el Dr. Francisco Astorino.

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