El martes pasado una balacera en la puerta del establecimiento Santa Mónica de barrio San Agustín II en horario escolar, que dejó sin consuelo a los pequeños alumnos y docentes. Desde ese día la institución permanece cerrada. El lunes vuelven a las aulas con promesas de seguridad.
.Diario UNO |
La escuela “Santa Mónica” funciona desde 1992 en barrio San Agustín II y recibe todos los días a más de 200 alumnos. Desde hace 14 años sus docentes llegan escoltadas por un patrullero y un guardia cuida durante 24 horas el establecimiento. La violencia y la inseguridad son moneda corriente, pero esta semana una fuerte balacera dejó sin consuelo a los pequeños que se encontraban en horario escolar. Por el episodio la institución debió cerrar sus puertas por tres días y recién este lunes los chicos volverán a las aulas junto a sus señoritas con muchas promesas por cumplir en materia de seguridad.
“El martes pasado nos encontrábamos en clases cuando a las 15.40, durante el turno tarde en el que asisten a la escuela los chicos de nivel inicial y primer ciclo pero también chicos del segundo ciclo que, si bien cursan por la mañana, se encontraban en horario de contraturno; comenzó la balacera y vivimos un momento de mucho temor, dolor, llanto y angustia”, relató la directora del establecimiento Mónica Bock junto a su vicedirectora Clarisa Acosta.
A partir de este episodio el grupo directivo y las docentes de la escuela decidieron no dictar clases al día siguiente y reunirse para tratar el tema y transmitir a las autoridades religiosas, educativas y policiales su preocupación. “Ese miércoles nos reunimos con todas las señoritas desde temprano pero en la Escuela San Luis de Gonzaga, que queda a unas cuadras de nuestro establecimiento y que es en realidad la institución de donde nosotros surgimos y donde funciona el comedor al que asisten nuestros chicos. Al ver la situación de cómo habían quedado los docentes, no podíamos seguir dando clases como si nada”, contó Bock. Tras el encuentro decidieron realizar las notas correspondientes y todos juntos, docentes y directivos, se dirigieron al Arzobispado donde fueron recibidos por el padre José Luis Ayala, vicario para la Educación del Arzobispado. Luego fueron recibidos en la Jefatura Policial y en el Ministerio de Educación.
“Nosotros como institución tenemos que garantizar a los padres que sus chicos estén protegidos, porque en esas horas están a nuestro cargo y son nuestra responsabilidad” señaló la vicedirectora, al tiempo que destacó que dejar sin clases a los alumnos no era “realmente una salida”. “Todos los docentes que están acá aman lo que hacen y quieren volver, pero con garantías para sus alumnos y para ellos mismos también y para todas las familias del barrio”, dijo.
Desde este lunes la escuela vuelve a abrir sus puertas gracias al compromiso asumido por parte de las instituciones. En este sentido desde el Ministerio se presentará a trabajar con los docentes un equipo socioeducativo: “Una serie de profesionales va a orientar y brindar herramientas a los docente para saber cómo seguir y ver así de qué manera abordar todos estos temas con los chicos”, explicó Acosta. Asimismo desde la Policía aseguraron la continuidad de la guardia permanente, el acompañamiento y se comprometieron a realizar mayores patrullajes en el barrio en diferentes horarios.
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