Son de Desvío Arijón, localidad ubicada a 32 kilómetros de la ciudad de Santa Fe. Desde hace un año desarrollan la feria el Desvío de la Raíz con productos orgánicos.
.Diario UNO |
Desvío Arijón es una localidad santafesina ubicada a 32 kilómetros de la capital provincial sobre la ruta nacional Nº 11. Allí viven cerca de mil personas que mantienen intacto el espíritu de pueblo rural. Llamado así por el desvío que hacía el ramal ferroviario a la altura de su posicionamiento, y habiendo nacido alrededor de la estación de ferrocarril, Arijón parece dormido en el tiempo.
Con la intención de mantener viva esta idiosincrasia nació hace un año la feria campesina el Desvío de la Raíz. Esta agrupación está integrada por 15 familias que trabajan, producen, venden y consumen los elementos que les da la tierra. Las verduras de estación son la vedette pero también obtienen la leche y los huevos a partir de la cría de animales y elaboran comidas, dulces y conservas a partir del intercambio de lo que cada uno dispone en el patio de su casa.
“Nace después de varios años de ver que nuestro pueblo iba perdiendo su identidad y cultura de pueblo rural. Con esto me refiero a la producción en el hogar, a la conformación de huertas familiares, orgánicas donde no se usan agroquímicos”, comenzó a contar de esta manera Jeremías Chauque a Diario UNO sobre cómo surgió esta agrupación.
Y siguiendo esa línea agregó: “Antes decir «me voy al campo» significaba ir a encontrarse con los alimentos sanos como la leche recién ordeñada, los huevos frescos, los productos de la huerta. A medida que fuimos viendo que eso se fue perdiendo decidimos ir amasando una propuesta que nos permita juntarnos y hacer algo con eso que creemos que es fundamental sobre todo para nuestros hijos”.
Así, un 14 de abril de 2013 emergió la feria Desvío de la Raíz. Algunas familias tienen huertas, en otras las mujeres cocinan, en otras hay pescadores, otras producen miel, y otras proveen leche o huevos, y de esta manera todos se benefician. “Las decisiones se toman en conjunto, las huertas se mantienen entre todos y vamos resolviendo las cuestiones que tienen que ver con garantizar un alimento sano no sólo para las familias sino para muchas de Santa Fe”, agregó más adelante Chauque.
La integración
La feria campesina Desvío de la Raíz tiene un pie en el campo y el otro en la ciudad porque no sólo sus integrantes trabajan para ellos y la gente del pueblo sino también levantan pedidos y reparten en Santa Fe. “Este tipo de producción sana no se admite en los hábitos urbanos y a partir de esta relación entre el campo y la ciudad se generó un puente para que los productos lleguen a Santa Fe”, contó el vocero del grupo.
La feria campesina Desvío de la Raíz tiene un pie en el campo y el otro en la ciudad porque no sólo sus integrantes trabajan para ellos y la gente del pueblo sino también levantan pedidos y reparten en Santa Fe. “Este tipo de producción sana no se admite en los hábitos urbanos y a partir de esta relación entre el campo y la ciudad se generó un puente para que los productos lleguen a Santa Fe”, contó el vocero del grupo.
Hoy la red social Facebook es la vidriera para que la gente conozca este proyecto y encargue sus productos y elaboraciones. “Allí levantamos los pedidos y todos pueden ver la producción recién cosechada sin agroquímicos ni conservantes”, agregó y recordó que cada viernes llegan a Santa Fe con los encargues y se pueden retirar en un domicilio que también aparece en el muro. Las verduras que se distribuyen y ofrecen son de estación, y se cosecha el día que se lleva a la ciudad.
“Estamos creciendo de apoco en estructura y la idea es tener un lugar donde poder guardar nuestra producción. Hoy las huertas son a cielo abierto, al aire libre y eso hace que tengan mucha agua, o mucho sol o mucho viento e incide en los productos por eso estamos trabajando para tener lugares apropiados y así tener verduras todo el año”, agregó Jeremías Chauque al describir los sueños que tienen por delante.
El grupo además participa de otras ferias como la Permaferia Permacultura de San José del Rincón y organizan algunos encuentros en Desvío Arijón tratando de hacerse visibles entre su propia gente. “Cada uno aporta desde sus posibilidades: algunos tienen una huerta en el patio de la casa y otros tienen entre una y dos hectáreas produciendo, pero todos con la misma convicción de recuperar este tipo de producción tan fundamental sin conservantes, químicos ni agroquímicos. Por eso consideramos que la feria campesina tiene que ser un lugar donde las familias nos podamos encontrar con esos valores de la producción en familia y sana”, consideró.
Para concluir dijo: “Estamos transitando un camino lento porque nosotros proponemos todo lo opuesto a lo que hoy está impuesto. Por eso como consumidor y productor queremos empezar a generar una responsabilidad directa con la tierra, creo que se puede. Estamos construyendo un mundo mejor para nuestras familias, desde nuestra identidad”.
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