La obra de la Fundación Mateo Esquivo, frente al Hospital de Niños, se encuentra muy avanzada.
.Diario UNO |
En Mendoza y Lamadrid, frente al hospital Doctor Orlando Alassia, puede observarse con claridad la edificación donde funcionará la sede de la Fundación Mateo Esquivo, que trabaja con pacientes que son niños con tratamientos oncológicos.
Allí también tendrá lugar la residencia, única en su tipo en todo el territorio nacional, para los familiares de los chicos tratados, muchas veces provenientes de otras localidades de la provincia y con pocos recursos para sostener su estadía junto a los pequeños.
Este inmueble tendrá capacidad para siete familias, con departamentos, comedor, lavadero, sala de juegos, cocina y departamento para un médico.
La organización se propone como misión, ayudar a la contención económica, social y psicológica, del niño diagnosticado con una enfermedad oncológica y su entorno. Así también, busca desarrollar la permanente actualización de los recursos médicos, tecnológicos y edilicios, que estén orientados a lograr el mejor resultado de los tratamientos aplicados.
De esta manera, la Fundación colabora de manera permanente con el Hospital Alassia, para proporcionar los elementos y la capacitación necesarios para una atención de excelencia hacia los menores.
En memoria de Mateo
La Fundación debe su nombre a Mateo Esquivo, quien padeció un infrecuente tipo de cáncer pediátrico llamado Linfoma No Hodgkin de Células T. Debido a la complejidad de diagnóstico de esta enfermedad, fueron consultados varios centros de salud, hasta lograr el diagnóstico en el Hospital Austral de Buenos Aires. Mateo falleció durante su tratamiento, el 10 de febrero de 2008, a los casi tres años de edad.
La Fundación debe su nombre a Mateo Esquivo, quien padeció un infrecuente tipo de cáncer pediátrico llamado Linfoma No Hodgkin de Células T. Debido a la complejidad de diagnóstico de esta enfermedad, fueron consultados varios centros de salud, hasta lograr el diagnóstico en el Hospital Austral de Buenos Aires. Mateo falleció durante su tratamiento, el 10 de febrero de 2008, a los casi tres años de edad.
En su memoria, sus padres decidieron la creación de la fundación, con el fin de sumar esfuerzos que contribuyan a ayudar a los niños con cáncer, en el ámbito de la ciudad de Santa Fe y su región.
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