En el mundo hay 3.000 millones de pobres, el 43 por ciento de la población total. Y mueren 4.000 mil niños por día por no poder acceder a agua de buena calidad para consumo. Faccendini junto a Osvaldo Bayer y Petrella, quienes son el padrino e impulsor de la iniciativa respectivamente.
La Capital |
El 14 de marzo pasado sucedió un hecho inédito: la Cátedra del Agua de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) lanzó una campaña para toda América latina para que la Organización de Naciones Unidas (ONU) "Declare ilegal la pobreza" (DIP).
Se conecta con la problemática del agua porque donde no hay agua segura, hay pobreza. Donde hay pobreza no hay agua sana. La institucionalización de la pobreza con la escasez social del agua, son los que producen pobres. No es el conjunto de pobres que generan pobreza. No. Es la pobreza la que fabrica pobres. Nadie nace pobre. Se hace pobre. Nadie decide el dolor. Es una condición impuesta. Siempre se ha criminalizado al pobre, pero no a sus causas que es la pobreza y por ende, la riqueza desmesurada en manos de unos pocos.
La pobreza no es un acto, es un proceso de deterioro social, económico, espiritual y psicológico que victimiza a una parte importante de la humanidad. En definitiva, es un proceso que le quita geografía a la vida. Por eso habría que hablar de empobrecimiento, cuyo resultado es el pobre.
La pobreza no es normal. No es natural. No forma parte intrínsecamente del ambiente. No existe la pobreza en el mundo de los animales no racionales. Es una creación exclusivamente inductiva del hombre. Es una construcción social, por consecuencia, es una creación humana.
La ciencia económica basada exclusivamente en el mercado y en sus grandes impulsores psicológicos: la competencia, el egoísmo y la codicia, han logrado crecimiento económico con desigualdad, pero no crecimiento sustentablemente humano. Así, podemos ver que aún con la revolución agropecuaria de los años 60 y 70 y a pesar de la lesión ambiental producida con herbicidas, fertilizantes y luego los transgénicos, no han logrado doblegar la pobreza del mundo.
Números escandalosos. Hay actualmente 3.000 millones de pobres, esto es el 43 por ciento de la población mundial. La desnutrición tiene una geografía contundente de 842 millones de seres humanos, el 28 por ciento de la población mundial. La naturalización de la pobreza trepa a lo más alto del escándalo ético de la actualidad con 4.000 niños pobres que mueren por día por no acceder a agua buena, es decir tres niños por minuto fallecen por carecer de este alimento básico e insustituible. Lo mismo sucede con los 2 millones de adultos que mueren anualmente por no acceder a agua segura.
Mil personas tienen el 45 por ciento de toda la riqueza de la humanidad, 20 por ciento de ellas disponen del 80 por ciento de todos los medios de vida. Mientras que el 80 por ciento de las personas tienen sólo el 20 por ciento restante.
En el mundo hay 1.500 millones (21 por ciento) de personas que no acceden a agua buena, otras 2.600 millones (37 por ciento) no acceden a servicios sanitarios básicos. Y, 842 millones de seres humanos no acceden a un derecho social como la luz eléctrica.
Aún en el siglo XXI la comunidad mundial tiene que seguir dando cuenta de estos biocidios.
A pesar de la banalización del mal que busca invisibilizar a los hambrientos, surgen por doquier los fracasos de la economía de mercado. El silencio oscuro y agrietado del dolor del pobre enuncia el grito: la ONU tiene que escuchar que la pobreza es ilegal. Hay que ilegalizar lo legal. Ilegalizar los mecanismos que fabrican pobreza, es decir: la naturalización, la depredación financiera, la desigualdad y la exclusión.
La pobreza roba vida, humanidad y futuro.
El mercado como centro.La economía mercadocentrista, es la disciplina que más ha naturalizado la pobreza. Su planteo permanente es que pobres hubo siempre y así será en el futuro. Toda una falacia que a fuerza de repetirla la convierte en verdad sagrada.
La economía de la privatización de la vida y los bienes comunes, ha fracasado. La mercantilización del sujeto por el objeto, también ha fracasado. Fracasaron, asimismo, los mandatos de la ilustración y el positivismo decimonónico de prosperidad y progreso para todos. Lo que sucedió en realidad, fue pobreza para muchísimas personas. La economía de mercado, su ratio es la depredación del otro y del ambiente, es genéticamente así.
El darwinismo social del siglo XIX se sigue aplicando aun en el siglo XXI. La economía neoliberal conservadora tiene una necesidad de mercantilizar todo para lograr plusvalía, como bien de cambio más que como bien de uso, así los bienes comunes como el agua, el aire, el tiempo, la tierra, el conocimiento, los espacios verdes y otros están en la mira.
Economía del bien común. La economía del bien común, que tiene su recorrido desde hace unos años, es uno de los factores motivantes de la DIP.
Esta idea, a diferencia de otros planteos, nos dice que la propiedad de los bienes comunes, es de la comunidad independiente de condiciones sociales y funcionales de sus miembros. Es de cada uno en forma individual y comunitaria en forma simultánea, nadie se puede apropiar privadamente de ella, porque es de todos y cada uno.
Deconstruir lo normado es un paso, el cambio de lo descubierto es el proceso. Se puede y se debe declarar ilegal la pobreza para proteger al pobre.
Debemos desinstitucionalizar los mecanismos financieros de pura especulación. La banca de depósito y servicios se tendría que convertir en bancos de créditos blandos para la necesidad de la gente. Las estructuras tributarias se deben modificar, más en los países del sur ya que son fábricas de pobres. Drenan pobreza para muchos y riquezas para unos pocos. Debemos ilegalizar la legalidad generadora de empobrecimientos.
antecedentes. La Declaración de ilegalizar la pobreza (DIP) por parte de la ONU, parece una idea excesivamente ida de la realidad cotidiana. Pero no es así. La humanidad en su devenir ha tenido velocidades de avances muy importantes en la emancipación del ser humano.
En la segunda modernidad (de la revolución industrial hasta la caída del Muro de Berlín), el mundo erradicó una naturalización: la esclavitud. Haití en su Constitución de 1801 la abolía plenamente (tanto la trata como el trabajo esclavo). Argentina en la Asamblea del Año XIII la declaró ilegal y estableció la libertad de vientres, rompiendo así con la portación biológica de una situación social impuesta a un hombre, por otros hombres. Inglaterra la abolió en todas sus formas en 1833, Francia en 1849, Estados Unidos en 1865, Puerto Rico en 1872 y Brasil en 1888.
Otros ejemplos emancipadores mundiales fueron los derechos de la mujer, los derechos de los trabajadores, los derechos de los niños, los derechos a la libre identidad de género y los ejemplos pueden seguir.
Es necesario recordar que hasta fines del siglo XX, era normal que se psiquiatrizara la homosexualidad, y mucho antes, era de lo más natural discapacitar legal y consuetudinariamente a la mujer. Pero nuevos vientos emancipadores llegaron. Y, voltearon muros de prejuicios que parecían imposibles y sin embargo cayeron.
La DIP por parte de la ONU está más cerca que nuestros desencantos.
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