Los Di Terlizzi conocieron en 2011 a una pequeña de 2 años y medio y su relación creció hasta la actualidad. Cuando quisieron adoptarla, junto a su hermana melliza, se lo negaron.
.Diario UNO |
Pocos días pasaron desde que Diario UNO dio a conocer la feliz noticia del caso María Julia y la familia Serra, que luego de más de un año de lucha judicial, producto de una precaria gestión de la Subsecretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia de Santa Fe, lograron la adopción plena de la pequeña de tres años y medio.
Los rostros de esos padres llenos de felicidad y satisfacción por haber ganado su “lucha del corazón” ante un sistema lleno de burocracia, estructuras, insensibilidad y falta de sentido común, quedaron grabados a fuego en casi la totalidad de la comunidad santafesina que festejó tras seguir el caso minuto a minuto.
Pero hoy pareciera que esa historia se repite, en su primera instancia, de la forma más triste y dolorosa para otra familia de la ciudad que fue bendecida con el fruto del amor de una pequeña niña (hoy con cinco años de edad) sin familia, “institucionalizada” y alejada de su hermana melliza (hoy viviendo con una familia solidaria), que conocieron hace más de dos años forjando en ese lapso un vínculo de profundo cariño.
La familia Di Terlizzi está desesperada, pidiéndole a gritos a la Justicia y al sistema gubernamental que se encarga de los niños sin familia en la provincia, que los escuche y accione a favor del interés superior de la niña, de acuerdo a la ley, y respondiendo al pedido de guarda preadoptiva de ella y –ahora– también de su hermana melliza.
Diario UNO recibió a Rodolfo Di Terlizzi y a Sandra Istillarte, quienes relataron el sufrimiento que están pasando junto a sus hijos biológicos por estos días, luego de ser separados de la pequeña de cinco años, sin poder verla desde hace ya cuatro meses.
—¿Cuándo y cómo nace el vínculo con la pequeña?
—Antes que nada es muy importante para nosotros dejar en claro que como familia nunca buscamos adoptar antes que esta historia se diera como se dio. Precisamente, esto sucedió porque fuimos durante años Familia Colaboradora de una institución y la conocimos como al resto de los chicos, con quienes siempre tuvimos una hermosa relación y todos pasaron por nuestra casa más de una vez los fines de semana en familia. Y bien digo en familia, porque también incluimos a nuestros hijos, a nuestros padres y suegros, a nuestros amigos, a nuestros vecinos, a sus mejores amiguitas, que son hijas de nuestros propios amigos; todos la aman. Todo se dio en nuestra vida como fruto del amor mutuo que Dios puso en nuestros corazones. Todo esto explica que con nuestro Solcito la cosa fue diferente, ella comenzó a reclamarnos cada vez más y tanto ella como nosotros durante más de dos años nos amamos tanto que ya es una hija más. Nos ama y nos necesita y el Estado la tiene de rehén, sin dejarnos verla desde hace cuatro meses luego de tres años compartidos.
—Después de varios años donde se fortaleció el vínculo entre ambos, decidieron pedir la guarda preadoptiva de la pequeña: ¿lo hicieron siguiendo todos los pasos correspondientes?
—Como familia siempre hicimos las cosas correctas, siguiendo a rajatabla todos los lineamientos legales que nos fueron indicando desde los organismos correspondientes. Fue así que solicitamos formalmente la guarda pues el vínculo de amor mutuo ya llevaba mucho tiempo. Nos inscribimos en el Registro Único de Adoptantes, esperamos pacientemente que se dispusiera el estado de adoptabilidad de la pequeña, presentamos absolutamente todo lo que se nos pidió para encuadrar de manera legal y procedimental correcta, asistimos a un sinnúmero de entrevistas, visitaron nuestro hogar, conocieron nuestra familia y nuestra manera de vivir. Pero luego las puertas se comenzaron a cerrar cuando empezamos a pedir explicaciones de por qué negaban un vínculo genuino y único; cuando empezamos a preguntar el porqué de la existencia de informes mentirosos y muy lejanos de la realidad que vivíamos; de por qué prohibirle a nuestro Solcito todo contacto con nuestra familia tras años compartidos y tantos días en que la niña vivió feliz. A nuestro Solcito la subestimaron, no creyeron en sus sentimientos, le cortaron abruptamente una relación de años de un día para el otro sin que ella pudiera elegir o defenderse. Sólo tiene cinco años e intentaron día a día en estos últimos cuatro meses instalar en su corazón que la habíamos abandonado… y ella sigue esperándonos.
—La pequeña “Sol” (nombre ficticio que utiliza la familia Di Terlizzi por una cuestión legal), ¿tiene una hermana melliza que hoy en día vive con una familia solidaria?
—“Sol” y su hermanita melliza fueron separadas de su familia desde muy pequeñas por causas suponemos justificadas; pero lo que no se justifica, es que además ellas fueron separadas entre sí. “Sol” en una institución y su melliza con una familia solidaria que, nos consta porque los conocemos, la cobijó y resguardó –felizmente– de la mejor manera. Este Estado se encargó de separarlas y durante mucho tiempo no fomentó encuentro alguno entre ellas, argumentando que lo mejor era que la situación siguiera así. Nunca estuvimos de acuerdo con estos argumentos, e incluso consta en una nota presentada en la Subsecretaría de Niñez, pero se supone que este conjunto de profesionales está capacitado y habida cuenta de su formación académica son competentes, por lo que aceptamos dicha situación y solicitamos la guarda solamente de “Sol”. El Estado las separó y las mantiene separadas desde hace mucho tiempo. No obstante, luego de plantearnos de manera terminante que las niñas debían continuar en esa condición, no nos otorgaron la guarda judicial de “Sol” en diciembre de 2013, argumentando, en una nueva y sugestiva postura, que lo mejor sería que las mellizas, ahora sí, estuvieran juntas en un mismo seno familiar. Ese fue uno de los argumentos, además de insistir en negar nuestro vínculo, con el que informaron al juzgado correspondiente maliciosamente. Se le hizo una cámara Gesell donde la niña jamás supo que debía manifestarse, y de la cual hay opiniones terminantes de una profesional que manifiesta que la niña estuvo atemorizada. ¡Cinco añitos! ¿Qué pretendían? Lamentamos no poder explayarnos en este punto por cuestiones legales, pero es vergonzosa la falta de sentido común a la que someten a los niños.
—¿A qué consideran que se debió este cambio radical de postura?
—Nosotros, estando en Casa Cuna, en ocasiones hemos expuesto las fisuras del sistema en general, y las fallas en el funcionamiento y en los tiempos de los plazos de institucionalización de los niños. Eso molestó a la Subsecretaría. Y comenzaron los problemas en nuestra gestión con Sol. Para justificar aún más esa postura, desde la Subsecretaría de Niñez negaron de todas las formas posibles la existencia de este inocultable y saludable vínculo entre “Sol” y nuestra familia, el cual podemos demostrar de decenas de maneras diferentes. No podemos obviar preguntarnos qué ideales, intereses o sentimientos embarga y moviliza a ciertos funcionarios del Estado.
—Todo está ahora en manos de la Justicia, pero su fe y amor por “Sol” los mantiene de pie dando pelea. ¿Volverían el tiempo atrás para cambiar algo?
—No, porque es Dios quien marca el camino aunque todos nosotros, como actores, le vayamos dando forma. Ésta es una historia de amor, y siempre hicimos todo de forma correcta, por eso el amor debería dibujar un final feliz. Siempre nos guió el cariño de Sol, y por Sol. ¿Dónde están nuestras extralimitaciones? ¿Cuáles son las mentiras? No puede haber engaños en una situación plena de amor que fue puesta por todo nuestro grupo familiar en manos de Dios de una manera poderosa, inexpugnable, iluminada de fe y cariño genuino. Anhelamos que la vida les devuelva a las mellizas lo mucho que les sacó. Es en verdad una pesadilla, no podemos dejar un minuto de pensar en que está sola y cautiva, en que nos necesita. No podemos creer el contenido malicioso de algunos funcionarios. Existió desde el Estado un mal manejo y una manipulación que generó un enfrentamiento entre adultos y que capturó como rehén y perjudicó a quien más se debe proteger. ¿No están para eso?
“Por último, apelamos al sentido común de quienes pueden torcer esta historia. Apelamos a un acto de honradez de ciertos funcionarios que saben a la perfección de este amor y que han luchado para romperlo, lo cual es y será imposible”, finalizaron.
Los rostros de esos padres llenos de felicidad y satisfacción por haber ganado su “lucha del corazón” ante un sistema lleno de burocracia, estructuras, insensibilidad y falta de sentido común, quedaron grabados a fuego en casi la totalidad de la comunidad santafesina que festejó tras seguir el caso minuto a minuto.
Pero hoy pareciera que esa historia se repite, en su primera instancia, de la forma más triste y dolorosa para otra familia de la ciudad que fue bendecida con el fruto del amor de una pequeña niña (hoy con cinco años de edad) sin familia, “institucionalizada” y alejada de su hermana melliza (hoy viviendo con una familia solidaria), que conocieron hace más de dos años forjando en ese lapso un vínculo de profundo cariño.
La familia Di Terlizzi está desesperada, pidiéndole a gritos a la Justicia y al sistema gubernamental que se encarga de los niños sin familia en la provincia, que los escuche y accione a favor del interés superior de la niña, de acuerdo a la ley, y respondiendo al pedido de guarda preadoptiva de ella y –ahora– también de su hermana melliza.
Diario UNO recibió a Rodolfo Di Terlizzi y a Sandra Istillarte, quienes relataron el sufrimiento que están pasando junto a sus hijos biológicos por estos días, luego de ser separados de la pequeña de cinco años, sin poder verla desde hace ya cuatro meses.
—¿Cuándo y cómo nace el vínculo con la pequeña?
—Antes que nada es muy importante para nosotros dejar en claro que como familia nunca buscamos adoptar antes que esta historia se diera como se dio. Precisamente, esto sucedió porque fuimos durante años Familia Colaboradora de una institución y la conocimos como al resto de los chicos, con quienes siempre tuvimos una hermosa relación y todos pasaron por nuestra casa más de una vez los fines de semana en familia. Y bien digo en familia, porque también incluimos a nuestros hijos, a nuestros padres y suegros, a nuestros amigos, a nuestros vecinos, a sus mejores amiguitas, que son hijas de nuestros propios amigos; todos la aman. Todo se dio en nuestra vida como fruto del amor mutuo que Dios puso en nuestros corazones. Todo esto explica que con nuestro Solcito la cosa fue diferente, ella comenzó a reclamarnos cada vez más y tanto ella como nosotros durante más de dos años nos amamos tanto que ya es una hija más. Nos ama y nos necesita y el Estado la tiene de rehén, sin dejarnos verla desde hace cuatro meses luego de tres años compartidos.
—Después de varios años donde se fortaleció el vínculo entre ambos, decidieron pedir la guarda preadoptiva de la pequeña: ¿lo hicieron siguiendo todos los pasos correspondientes?
—Como familia siempre hicimos las cosas correctas, siguiendo a rajatabla todos los lineamientos legales que nos fueron indicando desde los organismos correspondientes. Fue así que solicitamos formalmente la guarda pues el vínculo de amor mutuo ya llevaba mucho tiempo. Nos inscribimos en el Registro Único de Adoptantes, esperamos pacientemente que se dispusiera el estado de adoptabilidad de la pequeña, presentamos absolutamente todo lo que se nos pidió para encuadrar de manera legal y procedimental correcta, asistimos a un sinnúmero de entrevistas, visitaron nuestro hogar, conocieron nuestra familia y nuestra manera de vivir. Pero luego las puertas se comenzaron a cerrar cuando empezamos a pedir explicaciones de por qué negaban un vínculo genuino y único; cuando empezamos a preguntar el porqué de la existencia de informes mentirosos y muy lejanos de la realidad que vivíamos; de por qué prohibirle a nuestro Solcito todo contacto con nuestra familia tras años compartidos y tantos días en que la niña vivió feliz. A nuestro Solcito la subestimaron, no creyeron en sus sentimientos, le cortaron abruptamente una relación de años de un día para el otro sin que ella pudiera elegir o defenderse. Sólo tiene cinco años e intentaron día a día en estos últimos cuatro meses instalar en su corazón que la habíamos abandonado… y ella sigue esperándonos.
—La pequeña “Sol” (nombre ficticio que utiliza la familia Di Terlizzi por una cuestión legal), ¿tiene una hermana melliza que hoy en día vive con una familia solidaria?
—“Sol” y su hermanita melliza fueron separadas de su familia desde muy pequeñas por causas suponemos justificadas; pero lo que no se justifica, es que además ellas fueron separadas entre sí. “Sol” en una institución y su melliza con una familia solidaria que, nos consta porque los conocemos, la cobijó y resguardó –felizmente– de la mejor manera. Este Estado se encargó de separarlas y durante mucho tiempo no fomentó encuentro alguno entre ellas, argumentando que lo mejor era que la situación siguiera así. Nunca estuvimos de acuerdo con estos argumentos, e incluso consta en una nota presentada en la Subsecretaría de Niñez, pero se supone que este conjunto de profesionales está capacitado y habida cuenta de su formación académica son competentes, por lo que aceptamos dicha situación y solicitamos la guarda solamente de “Sol”. El Estado las separó y las mantiene separadas desde hace mucho tiempo. No obstante, luego de plantearnos de manera terminante que las niñas debían continuar en esa condición, no nos otorgaron la guarda judicial de “Sol” en diciembre de 2013, argumentando, en una nueva y sugestiva postura, que lo mejor sería que las mellizas, ahora sí, estuvieran juntas en un mismo seno familiar. Ese fue uno de los argumentos, además de insistir en negar nuestro vínculo, con el que informaron al juzgado correspondiente maliciosamente. Se le hizo una cámara Gesell donde la niña jamás supo que debía manifestarse, y de la cual hay opiniones terminantes de una profesional que manifiesta que la niña estuvo atemorizada. ¡Cinco añitos! ¿Qué pretendían? Lamentamos no poder explayarnos en este punto por cuestiones legales, pero es vergonzosa la falta de sentido común a la que someten a los niños.
—¿A qué consideran que se debió este cambio radical de postura?
—Nosotros, estando en Casa Cuna, en ocasiones hemos expuesto las fisuras del sistema en general, y las fallas en el funcionamiento y en los tiempos de los plazos de institucionalización de los niños. Eso molestó a la Subsecretaría. Y comenzaron los problemas en nuestra gestión con Sol. Para justificar aún más esa postura, desde la Subsecretaría de Niñez negaron de todas las formas posibles la existencia de este inocultable y saludable vínculo entre “Sol” y nuestra familia, el cual podemos demostrar de decenas de maneras diferentes. No podemos obviar preguntarnos qué ideales, intereses o sentimientos embarga y moviliza a ciertos funcionarios del Estado.
Por supuesto que el vínculo sanguíneo es más importante que cualquier otro. Esto lo compartimos y lo celebramos, pero sabemos nosotros y sabe Dios que si no hubieran ocultado esa información, si no la hubieran manipulado, si desde un principio desde el Estado se hubiera actuado coherentemente, por supuesto que hubiéramos solicitado la guarda de ambas niñas. Y en eso estamos hoy, solicitando y apelando ahora también la guarda de su melliza. Aunque no compartiéramos muchos momentos con su hermana melliza –que insistimos se encuentra muy bien con la mencionada familia hasta tanto sea adoptada–, llegamos a anhelar profundamente que la bendición sea doble, tanto para ellas como para nuestra familia. Son la misma sangre y se necesitan y entendemos lo que se exige, que lo mejor es que estén juntas, siempre acompañándolas y apoyándolas en todo.
—Todo está ahora en manos de la Justicia, pero su fe y amor por “Sol” los mantiene de pie dando pelea. ¿Volverían el tiempo atrás para cambiar algo?
—No, porque es Dios quien marca el camino aunque todos nosotros, como actores, le vayamos dando forma. Ésta es una historia de amor, y siempre hicimos todo de forma correcta, por eso el amor debería dibujar un final feliz. Siempre nos guió el cariño de Sol, y por Sol. ¿Dónde están nuestras extralimitaciones? ¿Cuáles son las mentiras? No puede haber engaños en una situación plena de amor que fue puesta por todo nuestro grupo familiar en manos de Dios de una manera poderosa, inexpugnable, iluminada de fe y cariño genuino. Anhelamos que la vida les devuelva a las mellizas lo mucho que les sacó. Es en verdad una pesadilla, no podemos dejar un minuto de pensar en que está sola y cautiva, en que nos necesita. No podemos creer el contenido malicioso de algunos funcionarios. Existió desde el Estado un mal manejo y una manipulación que generó un enfrentamiento entre adultos y que capturó como rehén y perjudicó a quien más se debe proteger. ¿No están para eso?
Y continuaron expresando: “Todo esto se dio así porque ellos permitieron con su sistema –al igual que con el matrimonio Serra– que sucediera, ya que si hubieran resuelto la situación judicial de las niñas en el lapso que indica la ley, esto jamás hubiera sucedido. Ellos permiten que con su condenable y precaria actuación institucional pasen estas cosas; ahora pretenden borrar el amor de todos nuestros corazones”.
“Por último, apelamos al sentido común de quienes pueden torcer esta historia. Apelamos a un acto de honradez de ciertos funcionarios que saben a la perfección de este amor y que han luchado para romperlo, lo cual es y será imposible”, finalizaron.
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