Los campings del litoral santafesino revolucionan el mapa turístico: buen nivel de comodidades, importantes inversiones y un destacado abanico de servicios.
.La Capital |
Un relevamiento efectuado por LaCapital reveló que en la provincia existen como mínimo 250 campings con buen nivel de comodidades, la mitad de ellos inaugurados en los últimos cinco años, ubicando a Santa Fe como sede del "complejo cabañero" más importante de Sudamérica.
El dato es prácticamente revolucionario pues ubica a la bota santafesina, impensadamente, entre las provincias con mayor desarrollo turístico regional receptivo. La explosión del rubro, por otra parte, provocó que algunas localidades hayan transformado su fisonomía y cambiado el concepto que se tenía de ellas, como Oliveros, a 50 kilómetros de Rosario, que pasó a integrar el plantel de "selecta". También Timbúes, pegadita, logró un gran salto demográfico aunque junto a otras causas que acompañaron.
Si se tiene que hurgar entre las razones que empujaron el desarrollo de campings, se podría mencionar la expansión del turismo regional en el país; la arraigada nueva costumbre de las "vacaciones cortas" de tres o cuatro días, y al empuje privado de capital e ideas que aporta Rosario cada vez que el país tiene períodos de crecimiento. Fuerza empresarial nacida aquí es vital para el impulso del núcleo Oliveros-Maciel-Timbúes-Puerto Gaboto-Andino.
Ubicación. Se podrían definir tres grandes ejes en cuanto a ubicación e identidad de los campings: uno, el recién mencionado de Oliveros-Timbúes; otro, el de la ruta provincial 1, desde Cayastá (50 kilómetros al norte de la ciudad de Santa Fe) hasta Reconquista (a 310 kilómetros) pasando por San Javier, Santa Rosa de Calchines, Helvecia y San José del Rincón. Y el tercero, el de la ruta nacional 11, que también pasa por Reconquista y se extiende por Malabrigo, Avellaneda, Puerto Piracuacito y Florencia, casi en el límite con Chaco.
Esta enumeración, si se la sigue en el mapa, arroja una cuarta razón, geográfica y topográfica, que explica el desarrollo "cabañero": los 700 kilómetros de costa que el Paraná tiene en Santa Fe, más todo su delta, otorgan el entorno ideal, casi un regalo de la naturaleza.
Características. A 40-50 kilómetros, traspasando la cada vez más activa región de San Lorenzo, el hecho de poder llegar por autopista en 20 minutos hizo a los cámpings de Oliveros-Timbúes-Gaboto amigables para miles de rosarinos. Si tenemos que clasificarlo, diremos que es un tipo de camping de fin de semana y vacacional, visitados por familias y matrimonios que buscan el descanso, el asado, el parque abierto y la vida social.
Eso es lo que se ve. Hay otra actividad —sobre todo en Puerto Gaboto— que atrae a decenas de turistas de provincia de Buenos Aires y Córdoba: la pesca.
Los visitantes se internan los fines de semana en embarcaciones propias o alquiladas por el Coronda y el Paraná en busca del dorado, surubí, boga, moncholo, amarillo, patí, tarucha; ejemplares más pequeños de las mismas especies que se pescan en el norte provincial.
En algunos casos, en que son acompañados por baqueanos de Puerto Gaboto, los turistas-pescadores enfilan hasta la boya 500 o la costa entrerriana en busca de los riachos con correntada o las correderas por donde el pique es mayor. A diferencia de Oliveros y Timbúes, Puerto Gaboto sigue siendo un típico pueblo de pescadores donde el tiempo parece haberse detenido.
Ruta 1. El número de emprendimientos en Cayastá, Reconquista, San Javier, Santa Rosa de Calchines, Helvecia y San José del Rincón es impresionante: un promedio de 25 complejos por cada localidad.
En general, nacieron en medio de un entorno bien agreste y en algunos casos de vegetación virgen. Gran parte del público que los pobló inicialmente estaba claramente inclinada a la pesca deportiva. La competencia del surubí en Reconquista es un evento convocante desde hace décadas, y la más multitudinaria, concurrida y promocionada Fiesta nacional del Surubí que hace cada año Goya (Corrientes), ubicada casi enfrente trasponiendo el Paraná, contagia los ánimos y define a la gran región.
Los últimos años se encargaron de sumar, casi al azar, otro fenómeno: San Javier, zona arrocera y de bañados donde se cultiva el producto que varias marcas luego llevan a las góndolas, desde 2008 atrae turismo europeo y norteamericano por la caza del pato.
Los propietarios de los campos (en algunos casos, las mismas firmas arroceras) los alquilan o concesionan a los turistas amantes de las escopetas. Creció tanto la caza del pato que ya surgieron movimientos ecologistas que dan la voz de alerta.
Lo cierto es que nacidos por el entorno agreste, la pasión por la pesca o por la caza, y acompasados por la demanda, muchos complejos de campings fueron innovando y sumando parkings, piletas de natación, juegos para chicos y los servicios clásicos de camping vacacional.
Algunos complejos están tan orientados al turismo extranjero que su cocina hace tiempo trabaja con menúes paralelos para ajustarlos al visitante, sea europeo o norteamericano, ya que las preferencias culinarias son bien distintas.
Competencia geográfica
Aunque parezca increíble, el desarrollo de los cámpings también suma un ingrediente a la histórica disputa "norte-sur". En el norte santafesino siempre se concibió casi como propia la actividad sin atender al fenómeno que empezaba a despertarse en Rosario. Hoy el desarrollo del eje Oliveros-Timbúes ya genera algo más que un recelo desde la ciudad de Santa Fe hacia el norte.
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