La térmica trepó a 46,1º y la temperatura arañó los 40 grados. Como si eso fuera poco, la gran demanda volvió a generar desperfectos y grandes zonas de la ciudad estuvieron sin luz. Un hombre llevó la cama de dos plazas a la sombra de un árbol. Fue en Oroño al 4000.
.La Capital |
Rosario vivió ayer el día más bochornoso del verano, de por sí ya el más caluroso del que se tenga registro en el último medio siglo. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó que en la región la temperatura máxima alcanzó los 39,2 grados, con una térmica de 46,1, ambas a las 14. Sin embargo, Clima Rosario (una estación meteorológica automática ubicada en el centro de la ciudad) midió valores todavía más altos: a las 17, una máxima de 40 grados, y una hora después, una escandalosa térmica de 48,7.
La sutil diferencia no les importó demasiado a los desafortunados rosarinos que debieron transitar por el pavimento hirviente o soportar semejante bochorno en sus hogares sin la ayuda de al menos un humilde ventilador. Un tormento que, gracias a los extendidos cortes de luz, dejó exhaustos a miles y miles.
El fenómeno de la ola de calor extrema no fue exclusivo de Rosario, ya que buena parte del país soportó temperaturas por arriba de los 40 grados y picos de sensación térmica bastante más elevados. Para el SMN, esas regiones, Rosario incluida, vienen transitando "el enero más caluroso de los últimos 53 años"
Desde temprano. De hecho, en Rosario durante toda la madrugada el termómetro apenas si bajó un par de décimas de grado de los 30. Con semejantes marcas térmicas fue difícil hasta decir "buen día". Apenas salió el sol, la sensación térmica trepó a 34,4 grados. El resto fue un crescendo imparable de las máximas, a pleno sol.
Mientras subía la temperatura, bajaba la presión atmosférica: un combo letal para el cuerpo, que cada cual llevó como mejor pudo. Poca ropa, mucho líquido, calzado cómodo, y sobre todo paciencia para soportar la jornada.
No obstante, el aumento de la temperatura tuvo su correlato en la salud, ya que en la ciudad aumentaron los casos de atención médica por síntomas compatibles con un golpe de calor (ver página 4), y en Mendoza le costó la vida a cuatro personas (ver Información General).
Como ya venía ocurriendo desde el miércoles, los alertas meteorológicos se actualizaron uno tras otro, con la advertencia de que se desatarían tormentas fuertes, con ráfagas y ocasional caída de granizo. La gente no sabía si debía temerle al anuncio o, por el contrario, prender velas para que se cumpliera.
Al cierre de esta edición, según todos los pronósticos, la lluvia era inminente. Sobre todo, como la bisagra que llevaría a un descenso marcado de temperatura ya previsto para todo el país, causado por el avance de un frente frío.
Todo indica que ese fenómeno pondrá fin a esta última ola de calor, la tercera que azota a Rosario y casi todo el centro y norte del país.
De hecho, los pronósticos indican que a partir de hoy las temperaturas comenzarán a bajar de manera ostensible por una rotación de los vientos al cuadrante sur, lo que hará que mejore el tiempo.
El Servicio Meteorológico pronosticó para hoy una mínima que podrá rondar los 17 grados (13 menos que la de ayer) y una máxima que difícilmente llegue a 30.
Para mañana y pasado, créase o no, el organismo nacional prevé que el termómetro bajará hasta 10 y 13 grados respectivamente, con máximas de 22 y 26.
Y a pleno sol, pero para disfrutar sin caer en el riesgo de la deshidratación.
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