El ex intendente de Santa Fe, Mario Barletta, se criticó la ausencia de reglas de juego claras en el Frente Progresista y se quejó de la actitud de fererentes nacionales de la centroizquierda. “El radicalismo gobierna en 20 intendencias y en más de 100 comunas santafesinas, algo que nos da fuerzas para gobernar la provincia”, dijo el Diputado Nacional.
.La Capital |
“El radicalismo va a volver a sus convicciones para lograr un triunfo en las primarias y gobernar la provincia de Santa Fe desde 2015”, asegura Mario Barletta. El ex intendente de la ciudad de Santa Fe se manifestó criticamente por la ausencia de reglas de juego claras en el Frente Progresista y lanzó quejas sobre la actitud de los principales referentes nacionales de la centroizquierda: “Priorizan el traje de candidatos por sobre el de la construcción de espacios comunes”.
En una entrevista con La Capital tras el posoperatorio derivado de una intervención quirúrgica, Barletta no rechazó la posibilidad de encabezar una fórmula a gobernador en las primarias pero subordinó la cuestión de las candidaturas a un proceso de unidad en la Unión Cívica Radical.
—¿Ya hay decisión tomada de enfrentar al socialismo en las Paso para la candidatura a gobernador?
—Si bien no hay decisión de los cuerpos orgánicos, estamos todos convencidos de que va a ser así. El radicalismo va a volver a sus convicciones, ojalá que aprendiendo de desaciertos del pasado, exponiendo todas sus potencialidades para lograr un triunfo en las Paso y gobernar la provincia de Santa Fe. No nos olvidemos que tenemos adentro del Frente la amplia mayoría de los senadores, 20 intendencias y más de 100 presidencias comunales. Esto nos da fuerza en el territorio para que, logrando una fuerte unidad interna, ganemos las elecciones y generemos alternancia en el Frente Progresista.
—La sensación es que el radicalismo no logró instalar un candidato a gobernador y que el socialismo le saca ventaja con Lifschitz.
—Hablar de candidaturas es prematuro, hay tiempo para eso. El radicalismo mostró en la gestión a mujeres y hombres con altas capacidades. No es ahí donde hay que generar preocupación o gastar energías, porque en verdad el Frente Progresista tiene que consolidar el esquema de trabajo que se ha dado como tal. No nos olvidemos que en el Frente Progresista nunca se establecieron reglas de juego. En cualquier esquema colectivo, hasta en una empresa con socios, se define todo por escrito, se establecen cuáles son las reglas en la misma. Y los partidos políticos tienen sus cartas orgánicas en las que se define y se establece su conducción. Yo le pregunto a usted: ¿cuál es la conducción del Frente Progresista como espacio político?
—No la hay.
—Por eso, es lo que yo le digo, no hay referencias en este sentido. Habría que haberlo llevado adelante el año pasado, y éste es un buen año para hacerlo. De esa manera podremos trabajar desde ahí en los temas que tanto preocupan a los santafesinos. Y de manera coordinada.
—Se habla de la institucionalización del Frente Progresista desde el mismo día en que se constituyó. Y nunca se concreto. Pero Binner ha dicho más de una vez que no es partidario de la alternancia.
—Lo importante es que lo discutamos y lo establezcamos. Y lo escribamos y lo rubriquemos. No es solamente el tema de la alternancia. Cuando se gobierno entre varias fuerzas importantes, como lo son el radicalismo y el socialismo, se define cómo se va a gobernar. Y esto tampoco está establecido. Siempre es un tire y afloje por un cargo más o un cargo menos, por ministerios. Es todo un desgaste. Aunque lo hayamos hecho con responsabilidad, y a pesar de no estar del todo de acuerdo, es necesario acordar más seriamente. A veces es difícil entender la palabra institucionalización. Son reglas de juego. Es lo que se acuerda con las partes cuando se lleva adelante un emprendimiento común entre varios actores.
—¿Usted está dispuesto a volver a ser candidato a gobernador?
—Ya llegará el tiempo para hablar de candidaturas. Lo importante para el radicalismo es lograr lo que hasta ahora no se consiguió: la unidad del partido. Tenemos que poner nuestras capacidades para un proyecto colectivo. El candidato tiene que tener consenso y acompañamiento. La boleta única, al margen de las bondades, generó situaciones de perspectiva diferente y hace más difícil la generación de un proyecto colectivo entre las diferentes categorías. Cada uno plantea su destino en forma individual y no por ser parte de un proyecto colectivo, y ese es un tema para el análisis político. Ahora las reglas de juego son diferentes.
—Y el socialismo siempre le copta al radicalismo algún sector. Pasó con Jorge Henn en las elecciones de 2011.
—Sí, efectivamente es así. El radicalismo tiene que trabajar para conseguir cohesión interna, para la unidad que nos lleve a ganar en las próximas Paso.
—¿El radicalismo va a tener candidato único a la presidencia? Hoy aparecen Cobos, muy cerca de Unen, y Sanz, muy cerca de Binner.
—Me preocupa que los actores nacionales estén más preocupados en ponerse el traje de candidatos que el overol de constructores de un frente nacional. La sociedad está ávida de observar a los actores políticos trabajando en eso. Quienes deben dar el ejemplo de un trabajo hacia ese fin, Sanz, Cobos, Binner, Carrió, Pino, parecen estar dando un mensaje de que unos están por un lado y otros por otro lado. Estamos a tiempo, pero es necesario trabajar en un frente común. Más ahora que el gobierno nacional tiene una forma de hacer política distanciada de esos conceptos colectivos o de lograr consensos. Hay tiempo para que después cada uno muestre sus aptitudes personales.
—¿Le sorprende cómo se desmadró la inseguridad en la provincia?
—Es preocupante. Es criticable la forma en que la Nación abordó el tema del narcotráfico y las economías del delito, eso influye. Hay que lograr resultados para darles garantías a las personas. Se necesita mucha firmeza. Los cambios en la Justicia santafesina se demoran más de lo que hubiésemos querido, pero serán herramientas que mejorarán la situación. Y necesitamos una policía transparente. Son los temas que deberían estar en la agenda del Frente Progresista.
—¿Cómo está su salud?
—Bien. Me operaron el 8 de noviembre, y la época me permitió realizar un posoperatorio bastante tranquilo. Ya estoy con todas las energías. La verdad es que estoy mejor que antes.
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