Todo ocurrió en Marcos Paz al 5100, entre las 19 del viernes y la 1 de ayer, hora en que la pareja llegó en el otro auto que poseen y se encontraron con la desagradable novedad.
.La Capital |
Un joven matrimonio de la zona oeste fue víctima de un robo del tipo escruche durante la medianoche del viernes, en momento en que se ausentaron de su hogar para visitar un familiar. Según pudieron averiguar poco más tarde, y a partir del testimonio de un vecino que observó movimientos extraños en la puerta de la casa, los intrusos habrían sido dos personas que se movilizaban en un auto blanco. A la hora del arqueo y sacar cuentas de lo sustraído, el matrimonio no puede sobreponerse de la amargura: "Nos llevaron un auto, unos 50 mil pesos, un televisor de 42 pulgadas y otro de 32, una notebook, una tablet y alhajas". Todo ocurrió entre las 19 del viernes y la 1 de ayer, hora en que la pareja llegó en el otro auto que poseen y se encontraron con la desagradable novedad.
Ezequiel T. tiene 28 años y vive hace poco tiempo en la casa de Marcos Paz al 5100 junto a su esposa Ana y su pequeña hija. La propiedad pertenece a su familia paterna hace 60 años y, por esa razón, conoce perfectamente el barrio y a sus vecinos. Tanto el muchacho como su esposa son empleados.
Pocos datos. "Nadie vio nada, salvo un muchacho de enfrente. Y es verdad, a esa hora es raro que haya gente en la calle. Nosotros nos fuimos a la casa de mi mamá cerca de las 19 y cuando volvimos, a la 1 de la mañana nos encontramos con esto", dijo mientras un operario trabajaba ayer a la tarde en la casa asegurando puertas, soldando ventanas y poniendo rejas.
La vivienda, que no tenía alarma, tiene un tapial al frente por el cual los ladrones accedieron a un patio y desde allí, por una ventana, a los ambientes internos. Al llegar, la pareja vio que el portón del garaje estaba entreabierto. Entonces Ezequiel bajó y al acercarse percibió inmediatamente que el vehículo de su mujer, un Chevrolet Corsa de tres puertas, no estaba. Y que las luces de la casa estaban encendidas.
"Estaba todo revuelto, las habitaciones, la cocina, los placares volcados, la ropa diseminada por todos lados y la ventana que da al patiecito doblada y rota. Una cosa lamentable", expresó el muchacho apesadumbrado. "Llamamos a la policía, que tardó como media hora en llegar y fuimos a hacer la denuncia. Nos desvalijaron", contó.
Además, dijo Ana, "se llevaron ropa de todo tipo, cadenitas de oro, unos relojes y varios recuerdos, como fotos familiares y de nuestra hija. También cosas que uno guarda por afecto, alhajas que eran de mi abuela y joyas familiares".
El matrimonio ahondó en los detalles del robo. "Tenemos una bebé y por ese lado al menos tuvimos la suerte de no estar cuando entraron. Es claro que buscaban plata, porque hasta habían movido la cocina y sacaron la parte de abajo del horno. Entraron al voleo, nadie sabía lo que teníamos en casa", especularon.
Un auto blanco. Para la mujer, los ladrones pueden haber sido una pareja "por el tipo de ropa de mujer que se llevaron, las joyas y alguna bisutería". En cuanto al dinero, Ezequiel comentó que "lo teníamos hace mucho y era para pagar una deuda antigua. No fuimos al banco ni a buscar la plata a ningún lado en esta semana", agregó. Y lamentó el robo del auto de su esposa. "El coche me dijeron de la policía que lo pueden usar para cualquier cosa, para desarmarlo, hacer un robo o un auto gemelo", expresó.
La pareja no encontró nada que le llamara la atención fuera del desorden general. "Lo único que vimos es que en el patiecito había colillas de cigarrillos de marihuana, se ve que fumaban". Y ese indicio denota que los ladrones se tomaron el tiempo suficiente para estar en el lugar.
En lo que hace a sospechas, lo único que tiene el matrimonio es el testimonio de un vecino "El muchacho de enfrente dice que vio a una pareja en un auto blanco cerca de las 23. Que estaban en un auto blanco parados en la puerta de mi casa y se fueron, pero que al rato volvieron. Eso fue entre las 23 y las 24, por que cerca de la 1 nosotros volvimos y ya todo había pasado", sostuvieron angustiados y con el miedo propio de quien se siente ultrajado.
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