Durante más de seis horas la comunidad de Granadero Baigorria estuvo en vilo por la desaparición de una nena de 11 años, que se fue de su casa por voluntad propia y fue hallada sana y salva en la plaza central, gracias a una adolescente que la reconoció tras haber visto su foto en los desesperados pedidos de datos que, ni bien se supo que faltaba de su casa, se difundieron explosivamente por las redes sociales.
La Capital |
Valeria Herrera estaba incómoda en su casa porque no le había ido muy bien en este primer trimestre de clases, o al menos no como hubiese querido. Seguramente mientras miraba televisión a la mañana planeó ausentarse del hogar, acaso sin ninguna intención en especial más que la de alejarse unas horas hasta que bajara el sol.
A eso de las 10, se acercó a su mamá, que tenía una dolencia y estaba acostada, y le avisó que sacaría a pasear el perro y que iría a comprar pan. Pero el perro quedó dentro de la casa, ubicada en calle 11 Nº 2371 —entre 1 y 2— y la nena salió dejando la puerta sin llave, dio la vuelta a la esquina y no se supo más de ella. Había salido con calzas, zapatillas y un pulóver.
Cuando sus padres notaron la ausencia, avisaron de inmediato a la policía e instantáneamente comenzó un operativo no sólo de la fuerza de seguridad, sino desde el municipio, que movilizó a gran parte de su personal, principalmente de Tránsito; de algunos ediles y funcionarios que salieron a la calle a buscar a Valeria, y de los propios baigorrienses que también intentaron rastrearla. Pero sin duda el fenómeno más llamativo y en este caso, el que surtió efecto, fue la vertiginosa difusión por Facebook y Twitter de la foto y el pedido de datos de la nena.
Otro grupo que la buscó intensamente y estuvo pendiente de la situación fue la militancia justicialista de la ciudad, que se solidarizó con su "compañero" Lalo Herrera, el papá de la menor. "Es muy buena gente, sencilla, una familia bien constituida y en apariencia sin ningún conflicto que haga pensar que la nena haya escapado", dijo uno de los afiliados.
En las seis horas que siguieron desde que se supo de la desaparición nadie notó que la menor caminó unas 20 cuadras desde su casa hasta la plaza 9 de Julio, frente a la Municipalidad y a 50 metros de la comisaría 24ª, que a todo esto estaba tras una falsa pista que daba cuenta de que Valeria había sido vista en Capitán Bermúdez. Así, gran parte del personal policial, encabezado por el comisario Sergio Cantero, estuvo desde las 10 de la mañana hasta las 16.45 recorriendo el barrio Quinta, en la zona rural de esa ciudad, donde se decía que estaba la chica.
Fue entonces que una adolescente que pasaba por la plaza 9 de Julio la vio, se le acercó y le preguntó si era la nena que todos estaban buscando. Le contó que había visto su foto en Facebook, y que en las redes sociales la daban por desaparecida. Valeria asintió y accedió a que su descubridora y la mamá de ésta la acompañaran a la comisaría. Al instante llegaron los angustiados padres, la reconocieron y volvieron a casa.
"Cuando la encontraron, la nena estaba bien, leyendo una revista infantil. En sede policial reconoció que estaba esperando que pasara el tiempo, y asumió ante sus padres la responsabilidad de lo que había hecho", comentó a La Capital el comisario Cantero.
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