El país tuvo que gastar 9 mil millones de dólares el año pasado para tener combustibles suficientes, y no puede certificar la recuperación de reservas hidrocarburíferas sin obtener inversiones y tecnología.
Las reservas petroleras en la Argentina cayeron 40 por ciento entre 2000 y 2010, en tanto la importación de hidrocarburos le representó al país una salida de divisas de 9 mil millones de dólares en 2011, derivada de la correlación entre precios deprimidos, consumo creciente y producción declinante.
Así lo señaló ayer la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal). “El descenso de la producción y el aumento del consumo tuvieron un mayor impacto que el incremento de precios, lo que se reflejó en una reducción del superávit energético de 46 mil millones a 18 mil millones de dólares” en los casos de la Argentina y Venezuela durante el último quinquenio.
El documento de Cepal analiza la situación energética de la región. “Así, la Argentina importó más hidrocarburos líquidos y gas natural de Bolivia (por ductos) y de Trinidad y Tobago (en forma de gas natural licuado), lo que se tradujo en una salida de divisas en torno a 9.000 millones de dólares en el año 2011 y se convirtió en una de las causas para la nacionalización accionaria de Repsol-YPF en 2012”, precisó el informe. Según la Cepal, la Argentina fue la principal productora de gas natural (3.800 millones de pies cúbicos por día). Sin embargo presenta tasas anuales de producción decrecientes (cerca de un -3%) durante el período 2005-2010, en plena gestión “K”.
Reconoce el documento los planes de inversión previstos hasta 2017 para desarrollo de recursos no convencionales y para la recuperación de pozos maduros, de entre 35 mil y 49 mil millones de dólares. Más allá de lo que refiere el documento, la llegada de esa inversión depende de los acuerdos impulsados por la presidenta con empresas de David Rockefeller, y de las trabas que pueda interponer la española Repsol tras la expropiación de sus acciones.
La Cepal aclara que el país podrá “certificar los recursos gasíferos técnicamente recuperables una vez que la tecnología o los marcos regulatorios posibiliten que las técnicas de fractura hidráulica y perforación horizontal sean económicas y puedan desarrollarse en los países de la región”. La tecnología y la plata es lo que tiene Chevron, la empresa norteamericana con la que negocia el Ceo de YPF, Miguel Galuccio.
>>> 3.200 millones de barriles equivalentes de petróleo retrocedieron las reservas argentinas de 2000 a 2010. Siete de esos 10 años se sucedieron bajo gestión kirchnerista.
Recursos muy ricos, gestión muy pobre
Los países de América Latina y el Caribe deben mejorar “la gestión de los conflictos socioambientales” y “desarrollar mecanismos que aseguren una inversión eficiente de las rentas extraordinarias de recursos naturales en esta época de precios altos”.
Así lo indica el documento de la Cepal sobre recursos naturales en la Unasur, presentado por Antonio Prado, secretario ejecutivo adjunto de esta comisión regional de las Naciones Unidas en Venezuela.
América Latina y el Caribe posee 65% de las reservas mundiales de litio (insumo crítico de las baterías para autos y tecnología), 42% de plata, 38% de cobre, 33% de estaño, 21% de hierro, 18% de bauxita y 14% de níquel. También son importantes sus reservas petroleras: tiene un tercio de la producción mundial de bioetanol, cerca de 25% de biocombustibles y 13% de petróleo.
En la región se encuentra alrededor de 30% del total de los recursos hídricos renovables del mundo, lo que corresponde a más de 70% del agua del continente americano, y 21% de la superficie de bosques naturales del planeta y abundante biodiversidad.
“Sin embargo mantiene aún importantes debilidades, como una estructura productiva y exportadora basada en ventajas comparativas estáticas (sustentada sólo en recursos naturales) más que en ventajas competitivas dinámicas, una baja inversión en infraestructura, exploración y valor agregado y rezagos en innovación, ciencia y tecnología”, dice el informe.
Una buena...
La recuperación de la producción de petróleo alcanzó 16,6 % en la comparación interanual del primer trimestre. Es una buena noticia aunque las reservas no se repongan. Pero los datos del Indec no son buenos para el resto de los indicadores: la generación eléctrica (-1,4 %) y el suministro de gas (-1,1%) cayeron con relación al mismo período del año pasado, según el Indicador Sintético de Energía. El gas entregado al consumo en marzo subió 5,3 %, pero en el trimestre cayó 1,1 por ciento; eso porque bajó el consumo industrial a pesar de crecer el de residencias, comercios y usinas eléctricas. La producción de naftas de más octanaje creció a despecho de las de menor precio; en tanto, la de gasoil se mantuvo estable.
Así lo señaló ayer la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal). “El descenso de la producción y el aumento del consumo tuvieron un mayor impacto que el incremento de precios, lo que se reflejó en una reducción del superávit energético de 46 mil millones a 18 mil millones de dólares” en los casos de la Argentina y Venezuela durante el último quinquenio.
El documento de Cepal analiza la situación energética de la región. “Así, la Argentina importó más hidrocarburos líquidos y gas natural de Bolivia (por ductos) y de Trinidad y Tobago (en forma de gas natural licuado), lo que se tradujo en una salida de divisas en torno a 9.000 millones de dólares en el año 2011 y se convirtió en una de las causas para la nacionalización accionaria de Repsol-YPF en 2012”, precisó el informe. Según la Cepal, la Argentina fue la principal productora de gas natural (3.800 millones de pies cúbicos por día). Sin embargo presenta tasas anuales de producción decrecientes (cerca de un -3%) durante el período 2005-2010, en plena gestión “K”.
Reconoce el documento los planes de inversión previstos hasta 2017 para desarrollo de recursos no convencionales y para la recuperación de pozos maduros, de entre 35 mil y 49 mil millones de dólares. Más allá de lo que refiere el documento, la llegada de esa inversión depende de los acuerdos impulsados por la presidenta con empresas de David Rockefeller, y de las trabas que pueda interponer la española Repsol tras la expropiación de sus acciones.
La Cepal aclara que el país podrá “certificar los recursos gasíferos técnicamente recuperables una vez que la tecnología o los marcos regulatorios posibiliten que las técnicas de fractura hidráulica y perforación horizontal sean económicas y puedan desarrollarse en los países de la región”. La tecnología y la plata es lo que tiene Chevron, la empresa norteamericana con la que negocia el Ceo de YPF, Miguel Galuccio.
>>> 3.200 millones de barriles equivalentes de petróleo retrocedieron las reservas argentinas de 2000 a 2010. Siete de esos 10 años se sucedieron bajo gestión kirchnerista.
Recursos muy ricos, gestión muy pobre
Los países de América Latina y el Caribe deben mejorar “la gestión de los conflictos socioambientales” y “desarrollar mecanismos que aseguren una inversión eficiente de las rentas extraordinarias de recursos naturales en esta época de precios altos”.
Así lo indica el documento de la Cepal sobre recursos naturales en la Unasur, presentado por Antonio Prado, secretario ejecutivo adjunto de esta comisión regional de las Naciones Unidas en Venezuela.
América Latina y el Caribe posee 65% de las reservas mundiales de litio (insumo crítico de las baterías para autos y tecnología), 42% de plata, 38% de cobre, 33% de estaño, 21% de hierro, 18% de bauxita y 14% de níquel. También son importantes sus reservas petroleras: tiene un tercio de la producción mundial de bioetanol, cerca de 25% de biocombustibles y 13% de petróleo.
En la región se encuentra alrededor de 30% del total de los recursos hídricos renovables del mundo, lo que corresponde a más de 70% del agua del continente americano, y 21% de la superficie de bosques naturales del planeta y abundante biodiversidad.
“Sin embargo mantiene aún importantes debilidades, como una estructura productiva y exportadora basada en ventajas comparativas estáticas (sustentada sólo en recursos naturales) más que en ventajas competitivas dinámicas, una baja inversión en infraestructura, exploración y valor agregado y rezagos en innovación, ciencia y tecnología”, dice el informe.
Una buena...
La recuperación de la producción de petróleo alcanzó 16,6 % en la comparación interanual del primer trimestre. Es una buena noticia aunque las reservas no se repongan. Pero los datos del Indec no son buenos para el resto de los indicadores: la generación eléctrica (-1,4 %) y el suministro de gas (-1,1%) cayeron con relación al mismo período del año pasado, según el Indicador Sintético de Energía. El gas entregado al consumo en marzo subió 5,3 %, pero en el trimestre cayó 1,1 por ciento; eso porque bajó el consumo industrial a pesar de crecer el de residencias, comercios y usinas eléctricas. La producción de naftas de más octanaje creció a despecho de las de menor precio; en tanto, la de gasoil se mantuvo estable.
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