Una pelea entre el dueño de una sencilla granja de la zona oeste de la ciudad y una de sus vecinas por problemas de vieja data terminó anoche de la peor manera. El comerciante hizo varios disparos con un arma de fuego y uno de los proyectiles alcanzó en el pecho a uno de los hijos de la mujer, identificado como Santiago Cuevas, de 5 años, quien cayó desplomado al piso y murió poco después en el Hospital de Niños Zona Norte. El crimen desató la furia de un grupo de vecinos que la emprendió con piedras contra la casa del agresor, quien fue detenido y puesto a disposición del juzgado de Instrucción en turno.
La Capital |
Todo ocurrió alrededor de las 20.30 de ayer cuando Cintia Cuevas, de 36 años, se acercó a la granja de su vecino Carlos Peralta, de 50, para recriminarle los ruidos que hacía y las molestias que le ocasionaba a ella y a su familia. "Por lo poco que pudimos averiguar, porque todavía se está trabajando en el lugar y son muy pocos los testimonios recogidos, este comerciante tenía viejos enconos con esa familia y esta no era la primera vez que se peleaban", confió anoche una fuente policial.
Dura agresión. Lo cierto es que Cintia "fue maltratada por Peralta, que le pegó un puñete en la cara y le dio un culatazo en el cabeza provocándole una herida leve", agregaron las fuentes. En ese marco, y ante los gritos de la mujer pidiendo ayuda e insultando a su vecino, a la feroz discusión se sumó la pareja de Cintia, José Acevedo, de 35 años, lo que enfureció aún más al comerciante.
"Detrás de Acevedo salió caminando el pequeño y justo en ese momento Peralta empezó a los tiros. Una de esa balas, por los primeros trabajos de relevamiento hechos por los peritos, rebotó en el piso y se metió en el pecho del nene que cayó desplomado en el lugar", agregaron las fuentes policiales. Y dijeron que "en el lugar se recogieron nueve vainas servidas, lo que hace presumir que el atacante uso una pistola que anoche no había sido encontrada".
Cuando la mujer y su pareja vieron caer al pequeño Santiago lo cargaron en el auto de un vecino y salieron disparados hacia el Hospital de Niños Zona Norte. Sin embargo la criatura llegó sin vida y eso causó no sólo el estupor de los padres sino de todo el vecindario, que la emprendió contra el comercio de Peralta. "Empezaron a tirarle piedras y quisieron saquealre la granja. Los agentes de la comisaría 12ª lo tuvieron que sacar para que no lo lincharan pero antes tuvieron que esperar la llegada de efectivos del Cuerpo de Infantería para proteger la zona", agregaron los voceros.
Al cierre de esta edición, mientras los familiares del pequeño Santiago seguían en el hospital, Peralta estaba tras las rejas de la comisaría 12ª y los peritos trabajaban en la escena del crimen buscando el arma homicida y protegiendo la propiedad del agresor ante la furia de un pequeño grupo de vecinos indignados.
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