El Canalla afrontará el partido con el convencimiento de que sólo se trata de un punto más en la preparación.
La Capital |
Una previa rara por donde se la mire desde lo extrafutbolístico. En lo que concierne a los elementos que pueden ser utilizados de las líneas de cal hacia adentro, Rosario Central afrontará el partido con el convencimiento de que sólo se trata de un punto más en la preparación. De la misma forma todos, o la gran mayoría, saben que esto tiene un gusto especial. Por eso Miguel Angel Russo pondrá en cancha lo mejor que tiene o, en el mejor de los casos, lo que pondría si hoy mismo se reiniciara el campeonato de la Primera B Nacional. Y es allí desde donde puede empezar a entenderse la tranquilidad del antes. La base está y el mensaje ya forma parte de las entrañas de cada futbolista canalla. De ahí en más...
Es fácil explicar la particularidad que tiene un partido de estas características. En cualquier partido de pretemporada se busca que las piezas se acomoden, que el equipo funcione, que todo forme parte de un crecimiento futbolístico acorde a los tiempos de preparación. Lo de esta noche no será así. Ningún hincha se sonrojará demasiado si a su equipo le toca ganar con un gol en contra, sin haber pateado ni una sola vez al arco. Ahora, esos mismos hinchas probablemente resignen un clásico amistoso en pos del objetivo de fondo.
Punto y aparte en lo que tiene que ver con cuestiones que van más allá de lo estrictamente futbolístico. Russo trabajó de la manera que quiso. Solicitó un refuerzo en la delantera que llegará hoy o mañana y por eso afrontará estos partidos (al menos el de hoy) con aquel equipo que metió la seguidilla de seis victorias consecutivas en la recta final de la primera rueda del torneo. Es la mejor base a la que aferrarse.
Después, con los parates todo retrocede. No a foja cero, pero sí algunos casilleros. Sin dudas este equipo no será el mismo que el que terminó jugando el año pasado, pero hoy no hay un mejor escenario para enfrentar un duelo así. El envión anímico expuso hasta hace sólo unos días algún que otro estiletazo. La estadía en el predio de la AFA y la semana de trabajo en Arroyo Seco sirvieron para comprobarlo.
A Caranta hace más de seis partidos que no le convierten. La defensa mostró mucha solidez en el último tramo del torneo. En ese mismo lapso el mediocampo entendió que debía jugar a otro ritmo, que debía ser más paciente para lograr que el dominio fuera decantando hacia el resultado.
La jerarquía del rival no es un dato para obviar ni mucho menos. El haber sido uno de los principales protagonistas del torneo Inicial convierte al conjunto del Tata Martino en un oponente que impone respeto. Aun sabiendo que los clásicos igualan, que son choques en los que los cerebros muchas veces no marchan a la misma velocidad de los músculos y temperamento, más en tiempos de pretemporada.
Central sabe a lo que se enfrentará y sabe también en el potencial con el que cuenta. Aquel equipo compacto, el que supo recuperar la confianza de los hinchas, es que el que Russo querrá hoy en cancha. Los intérpretes serán los mismos (Jesús Méndez, recuperado de la molestia en el aductor derecho que tuvo durante la semana, finalmente será de la partida, ver página 3) y si las partituras no se perdieron el deseo bien puede abrazarse.
Es fácil explicar la particularidad que tiene un partido de estas características. En cualquier partido de pretemporada se busca que las piezas se acomoden, que el equipo funcione, que todo forme parte de un crecimiento futbolístico acorde a los tiempos de preparación. Lo de esta noche no será así. Ningún hincha se sonrojará demasiado si a su equipo le toca ganar con un gol en contra, sin haber pateado ni una sola vez al arco. Ahora, esos mismos hinchas probablemente resignen un clásico amistoso en pos del objetivo de fondo.
Punto y aparte en lo que tiene que ver con cuestiones que van más allá de lo estrictamente futbolístico. Russo trabajó de la manera que quiso. Solicitó un refuerzo en la delantera que llegará hoy o mañana y por eso afrontará estos partidos (al menos el de hoy) con aquel equipo que metió la seguidilla de seis victorias consecutivas en la recta final de la primera rueda del torneo. Es la mejor base a la que aferrarse.
Después, con los parates todo retrocede. No a foja cero, pero sí algunos casilleros. Sin dudas este equipo no será el mismo que el que terminó jugando el año pasado, pero hoy no hay un mejor escenario para enfrentar un duelo así. El envión anímico expuso hasta hace sólo unos días algún que otro estiletazo. La estadía en el predio de la AFA y la semana de trabajo en Arroyo Seco sirvieron para comprobarlo.
A Caranta hace más de seis partidos que no le convierten. La defensa mostró mucha solidez en el último tramo del torneo. En ese mismo lapso el mediocampo entendió que debía jugar a otro ritmo, que debía ser más paciente para lograr que el dominio fuera decantando hacia el resultado.
La jerarquía del rival no es un dato para obviar ni mucho menos. El haber sido uno de los principales protagonistas del torneo Inicial convierte al conjunto del Tata Martino en un oponente que impone respeto. Aun sabiendo que los clásicos igualan, que son choques en los que los cerebros muchas veces no marchan a la misma velocidad de los músculos y temperamento, más en tiempos de pretemporada.
Central sabe a lo que se enfrentará y sabe también en el potencial con el que cuenta. Aquel equipo compacto, el que supo recuperar la confianza de los hinchas, es que el que Russo querrá hoy en cancha. Los intérpretes serán los mismos (Jesús Méndez, recuperado de la molestia en el aductor derecho que tuvo durante la semana, finalmente será de la partida, ver página 3) y si las partituras no se perdieron el deseo bien puede abrazarse.
Bareiro no pudo viajar y lo hará recién hoy o mañana
Néstor Bareiro, el primer refuerzo de Rosario Central (en realidad lo será cuando firme su contrato) aún no llegó a la ciudad. Las fuentes consultadas informaron que el delantero debió quedarse un día más en Paraguay para arreglar "algunas cuestiones personales". Si puede viajará hoy por la mañana y, de ser así, estará presente en el Gigante. Si no puede hacerlo seguramente llegará mañana. Una vez que eso ocurra se realizarán los trámites que restan (revisión médica y firma) para después unirse a plantel.
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