Los tres jefes policiales de Pérez detenidos desde el martes, imputados de ocultamiento de pruebas, obstrucción de la Justicia e incumplimiento de los deberes de funcionario público por su participación en un oscuro operativo y una acalorada discusión con otro uniformado, prestaron declaración indagatoria ante la jueza de Instrucción Mónica Lamperti y podrían recuperar la libertad en las próximas horas debido a que los delitos que les achacan son excarcelables.
La Capital |
En tanto, el cabo Pedro C., quien denunció a sus superiores, prestó declaración informativa y refirió su versión de lo ocurrido. Casi a la par trascendió que este policía tiene una foja de servicios controvertida en la cual se destaca una causa por apremios que está a sentencia.
"No te metás, este teléfono tiene que desaparecer", le dijo el subjefe del Comando Radioeléctrico de Pérez, Roberto Sandoval, al cabo 1º Pedro C. Fue la madrugada del lunes, en la subcomisaría 18ª de Cabín 9, mientras se labraba el acta de un oscuro operativo en el que fueron demoradas seis personas frente a un búnker de drogas. En esas circunstancias hubo en la dependencia policial una acalorada discusión entre uniformados de diferente rango que escaló hasta que el cabo Pedro C. optó por llevarse el aparato y denunciar el presunto ocultamiento de pruebas.
Pedro C. argumentó ante la jueza que el comisario Sandoval pidió que no se registrara el secuestro del celular de una de las personas detenidas porque, según el denunciante, en la agenda del aparato aparecían números de jefes policiales que podrían quedar comprometidos.
El celular en cuestión es un Samsung 6TBSS102 que pertenece a Marcos Augusto P., demorado la madrugada del lunes, quien tendría un hermano policía que trabaja en la Unidad Regional II, por lo cual en su agenda figurarían números de uniformados. El aparato ahora será peritado para saberse a quienes pertenecen los números en cuestión y analizar las llamadas. Sobre el apresado, en tanto, el acta que firmó el comisario principal Javier Rodríguez, jefe de la subcomisaría 18ª, dice que tenía un papel en el que textualmente decía: "alita 60.000. 1 kg. común 7.500. 1/2 - pucho 25.000 - 92.500. Entregó 45 mil", lo que lo vincularía con el mundo narco.
La discusión. En las actuaciones también quedó asentado que el comisario Juan Carlos Claverol Giménez y el subcomisario Roberto Sandoval, jefe y subjefe respectivamente del Comando de Pérez, además del subcomisario Francisco Pérez, subjefe de la sub 18ª, señalaron en sus indagatorias que mientras estaban en la seccional el cabo Pedro C. recogió el aparato sin permiso y comenzó "a mirar los contactos" en la agenda. Cuando le pidieron que lo devolviera para registrar el secuestro en el acta recibieron como respuesta una negativa: "No lo puedo devolver porque en el celular hay números telefónicos de policías", dijo Pedro C. Los jefes sostienen haber insistido para que lo reintegrara y el cabo, según dijeron, los increpó. En medio de la disputa Sandoval habría forcejeado con Pedro C. quien a la 1.30 del martes se retiró de la sub 18ª con el aparato con la excusa de denunciar la situación en Jefatura cuando "el mismo tendría que haber quedado en custodia en la seccional".
A su turno, Pedro C. dijo que a las 5.30 de ese mismo día regresó a la subcomisaría tras haber estado en la casa de la camarista federal Laura Cosidoy. "Quedé con la jueza que me iba a presentar en los Tribunales federales para entregar el teléfono que me llevé", señaló. Y en la División Judiciales de la UR II explicó que se apoderó del celular porque "desconfío de todos".
Los hechos. Según el relato oficial todo se inició a las 22.45 del lunes cuando Adela F. llamó a la sub 18ª para denunciar que un grupo de personas efectuaba disparos hacia su vivienda de Jacarandá al 700, zona donde funciona un búnker de drogas. Entonces acudieron al lugar el cabo 1º Pedro C. y el sargento Omar A. en un auto particular.
Según consta en el acta, el sargento se bajó del vehículo y el cabo continuó en el auto hasta Alzugaray y El Zorzal, donde detuvo a Emanuel M., de 22 años, y a dos chicos de 16 y 12 años como presuntos autores del ataque a la vivienda.
Un rato después ingresó otro llamado al Comando de Pérez en el que se denunció que los ocupantes de un VW Gol Trend efectuaban tiros en la misma esquina. Ese auto fue interceptado por dos patrullas del Comando y las personas que iban en él fueron detenidas y conducidas a la sub 18ª, aunque no se les secuestró nada que los incrimine.
Ya en la sub 18ª los efectivos de la seccional comenzaron a labrar el acta del operativo que habían realizado y junto a ellos sus pares del Comando hicieron lo propio. En el acto estaban los tres jefes policiales ahora detenidos y en esas circunstancias se desató el incidente con el cabo Pedro C.
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