Desde Prefectura comentaron que
en estos días podría subir “algo” la altura del río. Pero el agua que
cayó no impedirá que “para el 19 de este mes la altura descienda 15
centímetros”, confesaron los uniformados.
La bajante del río, que se acentuará en los
próximos días, junto con la falta de calado y mantenimiento de las
guarderías y clubes náuticos hizo que hasta el momento “al menos 200
embarcaciones no puedan salir a navegar, especialmente las de gran
tamaño porque están encalladas en el barro”, aseguró el presidente de la
Cámara Náutica Región Rosario, Jorge Pinilla.
La lluvia del miércoles a la madrugada esperanzó a
los navegantes al igual que las precipitaciones que cayeron en Brasil y
que tal vez podrían llegar al Paraná.
Desde Prefectura comentaron que en estos días
podría subir “algo” la altura del río. Pero el agua que cayó no impedirá
que “para el 19 de este mes la altura descienda 15 centímetros”,
confesaron los uniformados.
En este momento, el Paraná tiene “dos metros de
altura cuando lo normal es de 3,20” puntualizaron en Prefectura. Y
comentaron que “hubo épocas peores”. De hecho en 2009 el río llegó a
1,74
metro.
metro.
En tanto, muchos de los aficionados al río que
planearon navegar en el verano (la estación con mayor actividad en el
río) no lo pueden hacer.
Una simple muestra de esto se vio claramente en la
Caravana de los Deseos, la actividad organizada por la Municipalidad que
se realizó el sábado pasado, donde se esperaban más de mil
embarcaciones y sólo participaron 600. “Muchas no pudieron salir por
estar encalladas” explicaron los organizadores.
Falta de mantenimiento. Para que las embarcaciones
puedan navegar tranquilamente en el Paraná es necesario que se realice
un mantenimiento permanente de las guarderías o caletas donde descansan
los buques. “Y este mantenimiento, que fundamentalmente es el dragado,
no siempre se hace”, confesó Pinilla.
A esto agregó que “el Paraná es un río de
sedimentación y el calado se tiene que hacer en forma permanente, pero
hay quienes no lo llevan a cabo o se dejan estar cuando el río está
alto”.
Sin embargo, el panorama no alcanzó a todos y hay varios clubes de la costa que ya están dragando.
Esto no sucede en la guardería Obrings, ex Río, que
está sobre el arroyo Ludueña. Allí están encalladas no sólo las
embarcaciones de gran tamaño, sino también las lanchas y hasta los
botes. La poca agua agravó la situación.
En llamas. La temporada verano es la más fuerte para
los amantes de los deportes de río. No poder sacar las embarcaciones
puso en llamas a los dueños que esperan esta época para disfrutar de la
navegación.
“A muchos se les rompen las hélices y tienen otros
problemas serios en sus embarcaciones cuando están encalladas”, acotó
Pinilla, lo que provoca un mayor malestar entre los navegantes.
Desde el Club Bancario comentaron: “Este año
llamativamente “hay mucha gente que quiere salir a navegar o estacionar
sus embarcaciones, pero tenemos el problema de que, aunque tenemos un
dragado permanente, no todos pueden salir. Las lanchas no tienen
problemas, pero sí los barcos más grandes”. La situación tenderá a
agravarse en los próximos días.
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