El ministro de Industria del vecino país habló
de un “problema permanente” y dejó entrever reacciones. El principal
socio del Mercosur tiene superávit en la balanza bilateral con nuestro
país; pero critica las barreras dispuestas por la Casa Rosada.
Los ministros de Industria, Giorgi y Pimentel,
no tienen un desafío fácil en la compleja complementación fabril y de
mercados. Menos ahora que Moreno regula los pasos mercantiles por la
frontera argentina.
DyN
El gobierno de Brasil dejó al descubierto su
descontento con la administración de Cristina Fernández por las trabas a
las importaciones al asegurar que “la Argentina ha sido un problema
permanente” en la relación comercial.
La molestia la canalizó el ministro de Desarrollo,
Industria y Comercio Exterior, Fernando Pimentel, que en declaraciones a
la agencia Dow Jones reproducidas en el portal del diario O Estado de
Sao Paulo, dijo: “La Argentina ha sido un problema permanente. Tenemos
buenas relaciones políticas, pero, económicamente, es difícil lidiar con
ellos”.
De esta manera, Pimentel es el primer funcionario del
gobierno de Dilma Rousseff en salir públicamente a criticar la política
comercial argentina, una semana después de darse a conocer la
resolución de la Afip que implementa a partir del 1º de febrero la
Declaración Jurada Anticipada de Importación (Djai).
Hasta el momento, más allá de dejar trascender el
malestar de manera extraoficial, solamente se había dado a conocer un
comunicado crítico de la Confederación Nacional de la Industria (CNI).
La reacción brasileña es porque el gobierno argentino
anunció la implementación de una serie de medidas que otorgarán mayor
control sobre las importaciones y se teme que los nuevos requisitos sean
utilizados como herramientas para frenar el ingreso de mercadería del
exterior.
Como definición de la política cambiaria -que impacta
directamente en el comercio bilateral- Pimentel indicó que Brasil
probablemente no seguirá devaluando “sistemáticamente” su moneda porque
entendió que “ésta no es la manera de prosperar”.
Uruguay también
Por su parte, el canciller de Uruguay, Luis Almagro,
admitió hoy que algunos sectores industriales de su país “se han visto
afectados” por las trabas que aplica la Argentina al ingreso de sus
productos, pero aseguró que el balance del comercio bilateral es
“definitivamente positivo” a favor de la nación oriental.
Almagro destacó que tras analizar la cuestión
vinculada a las “trabas comerciales que afectaban nuestras exportaciones
y otro tipo de medidas que podían afectar nuestro vínculo comercial con
Argentina, hemos visto, al cerrar el año, que se ha logrado un
crecimiento importante del 17 por ciento de nuestras exportaciones a la
Argentina”.
“El balance es definitivamente positivo, sobre todo
si tomamos en cuenta que son las cifras más altas de exportación entre
los dos países en los últimos 20 años”, remarcó el ministro uruguayo,
aunque reconoció que, a fuerza de “ser sinceros”, ha habido “un par de
sectores que se han visto especialmente afectados, como el sector de
imprenta y el textil”. Para esos sectores, añadió Almagro, “las
licencias no automáticas se han demorado un poco más que los acuerdos
que tenemos entre los países”.
Pimentel admitió que Brasil tiene “un
superávit comercial de cerca de 6 mil millones de dólares con la
Argentina” y señaló que no se iniciarán negociaciones hasta que las
restricciones argentinas no entren en vigor.
Internas
El supersecretario de Comercio Interior extendió sus
espacios de acción cuando Cristina designó a Beatriz Paglieri -alter
ego de Guillermo Moreno- el comercio Exterior. La lógica de ese dúo es
buscar unilateralmente algo de compensaciones a los 6 mil millones de
dólares de déficit que Argentina contabiliza en el intercambio comercial
con Brasil. Pero desde el ministerio de la Producción, Débora Giorgi no
siempre comparte las formas en las que las secretarios procuran su
objetivo; teme que el costo sea más alto que el beneficio.
Presión externa para los orientales
No es novedad que Uruguay depende en mucho de los
depósitos argentinos en sus bancos -no siempre en blanco- así como del
turismo o las inversiones que le llegan desde nuestro país. Y también es
cierto que la Argentina está controlando más la salida de dólares y las
importaciones, incluidas las uruguayas. El presidente oriental Pepe
Mujica es otro de los que se ha quejado por las medidas aduaneras
ordenadas por la Casa Rosada, pero hace equilibrio para no perder otros
beneficios que le llegan desde la Argentina. Sin embargo soporta otro
frente externo porque la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico le reclama que firme un acuerdo para cruzar
información tributaria y financiera con la Argentina.
Pascal Saint Adams es el nuevo secretario general de
la Ocde, que tiene sede en París y reúne a 34 países que suman el 70 %
del comercio y el 80 % de la producción del mundo. El año pasado esa
poderosa organización le apuntó al Uruguay porque “no cumplía con las
reglas de transparencia”.
Interesado en que no se le escapen las divisas por
el Río de la Plata, Ricardo Echegaray -el titular de la Afip argentina-
distribuyó ayer las declaraciones de Saint Amans, quien reconoció
“avances” de los orientales pero reclamó la “necesidad” de que firmen
acuerdos para intercambiar información fiscal no sólo con la Argentina,
sino también con Brasil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario