A primera hora de la mañana del
jueves, la familia que reside en calle Francisco de Miranda 3846, en el
barrio La Florida, fue víctima de un engaño que le permitió a un grupo
de ladrones vestidos como policías concretar un importante robo de
dinero en efectivo.
Adriana C., quien vive en la importante
vivienda, se había levantado poco antes de las 8 de para ir a su trabajo
y entonces fue sorprendida por el timbre. Al atender a la puerta, la
mujer franqueó el ingreso a tres hombres que se hicieron pasar por
agentes de la fuerza de seguridad y a un cuarto que, según los
visitantes, era "el testigo" de un operativo rutinario. Sin embargo, una
vez adentro de la propiedad, los maleantes desnudaron sus verdaderas
intenciones y le sustrajeron una caja con 25 mil pesos en efectivo
además de otros bienes. Todo sucedió en pocos minutos y los ladrones se
fueron tan tranquilos como llegaron.
La mujer no dudo en franquear el ingreso de los
falsos policías a la casa ya que pensó que se trataba de algún
procedimiento vinculado a la situación procesal de su padre, Antonio
Tony C., quien está detenido y procesado por una causa de abusos de
menores (ver aparte). Adriana C. vive junto a su hijo Santino y su
hermano Brian, y se encarga de llevar adelante los negocios de su padre:
una cadena de verdulerías en la zona sur de la ciudad y en distintas
localidades cercanas a Rosario. Por eso, la mujer tiene una rutina
horaria de salidas matutinas y llegadas nocturnas a su casa, algo sobre
lo que los ladrones seguramente estaban al tanto previamente.
Les creí. "Llegaron a la hora con
menos movimiento en el barrio. En la casa estaban la chica que cuida a
mi hijo, quien dormía en su cuarto; mi hermano y un amigo. Cuando
arribaron me dijeron que venían a hacer un reconocimiento ambiental en
el marco de la causa en la que está involucrado mi papá, así que les
abrí" contó Adriana.
Según la víctima, los tres hombres traían "chalecos
antibalas, charreteras, pistolas" y todo parecía ser normal. Sólo que la
inspección de rutina realizada por la fuerza policial no era tal cosa.
Una vez adentro y dueños de la situación, los tres
maleantes uniformados como policías y el falso testigo de civil, se
dirigieron a las habitaciones de la casa, comenzaron a revolver los
muebles y, si bien no trataron demasiado mal a los ocupantes de la
vivienda ni los forzaron, sí tomaron del cabello a Adriana por unos
segundos y le preguntaron dónde estaba el dinero.
Por los techos. Mientras eso
ocurría, Brian, el hermano de Adriana, se deslizó por una ventana
lateral de la casa y luego por una pared para refugiarse en la vivienda
lindera de un vecino. Desde allí el muchacho se contactó con el 911 para
informar de lo que estaba pasando.
"Les abrí a los tres que ví vestidos de policías,
pero cuando entró el que era supuestamente testigo me di cuenta que me
iban a robar porque el muchacho ese traía una soga. No tuve miedo, sólo
quería que se fueran rápido", sostuvo Adriana C., tranquila pero
consciente de que podría haber sido un incidente de magnitud.
"Mi hermano alcanzó a irse sin que lo vieran, aunque
después los tipos se dieron cuenta. Brian fue hasta la casa de un vecino
y llamó al 911", agregó la joven mujer. A partir de ese momento los
tiempos se aceleraron. Los ladrones huyeron con el botín de unos 25 mil
pesos y la policía llegó pocos minutos después.
Según fuentes policiales, los asaltantes se
movilizaban en un automóvil Renault Sandero color negro. "Al auto lo
encontramos abandonado a pocas cuadras de la vivienda y suponemos que
los delincuentes huyeron en otro vehículo", dijeron voceros de la
comisaría 10ª, que interviene en el hecho por jurisdicción.
Según vecinos del lugar, no es la primera vez que la
vivienda de Francisco de Miranda al 3800 es asaltada. Hace unos cuatro
meses, cuando la casa estaba al cuidado de un familiar, autores anónimos
se llevaron una buena suma de efectivo y pertenencias, al igual que el
jueves.
Dos meses más tarde, dicen los que conocen los
chismes del barrio, la familia C. fue víctima de otro robo. En esa
ocasión los ladrones entraron a la vivienda por los techos y accedieron a
la casa por el patio para huir con más dinero. De momento, los
efectivos de la seccional 10ª trabajan para resolver el nuevo caso.
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