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lunes, 3 de octubre de 2011

Sábalos: los frigoríficos se adaptan a las regulaciones

Hace dos años, el ministerio de la Producción anunció mecanismos de control más severos. Se obligó a cumplir las regulaciones sobre la pesca de sábalos para su exportación existentes.

Sábalos: los frigoríficos se adaptan a las regulaciones

El secretario del Sistema Hídrico, Forestal y Minero, Ricardo Biani, dijo que, en Santa Fe, las regulaciones sobre pesca provocaron cambios en el sector empresario que exporta sábalos al exterior. Explicó que las regulaciones actuales son -en términos de la legislación vigente- similares a las que existían antes de la gestión que terminará en diciembre, pero que el cambio central es que “se crearon instrumentos para hacerlas cumplir, que incluyen además de una presencia del Estado en el territorio, una base informática y estadística”. Hace dos años, cuando terminaba 2009, el ministro de la Producción Juan José Bertero lo decía con todas las letras, y a los propios interesados: “Con lo que hacemos no sé cuántos frigoríficos quedan, cuántos acopiadores, cuántos pescadores. Sí, les puedo asegurar que estamos comenzando por el origen del tema. Que partimos de considerar cuánto soporta hoy el río, y que presentamos herramientas sobre cómo construir una actividad sustentable: en lo económico, porque debe ser rentable; en lo social, porque debe ser más equitativa la distribución de esa renta, y en lo ambiental, porque deben protegerse las fuentes de trabajo tanto como el recurso ictícola que las genera”. Desde entonces, puertos de fiscalización, controles informáticos, inspecciones y aplicación de las normas mediante, se observan cambios en el sector: se depuró el padrón de pescadores y se otorgaron premios y castigos a los frigoríficos según sus antecedentes en el cumplimiento de la norma. Basta revisar el archivo de El Litoral para ver el actual panorama se corresponde con lo que se esperaba poder hacer. En 2009, Bertero anunciaba: “Vamos a aplicar la resolución Nº 13/09”, una calificación de los establecimientos según su apego a las normas de protección del recurso y de la legislación laboral (para combatir el empleo en negro). Trazabilidad “Trabajamos sobre un sector que seguramente tenía reglas pero no se cumplían con la intensidad que era necesaria”, describió prudente Biani. Expresó que en gestiones anteriores “los regulaba un mecanismo de fiscalización que tenía más que ver con la presencia en el territorio que con conocer el funcionamiento de la cadena de valor, ése es el cambio central”, abundó. “Ahora, la regulación y la fiscalización tienen que ver no sólo con la presencia del Estado en el territorio sino también con el seguimiento de todos los actores, a partir de un sistema informático. Esto es lo que ha acotado muchas de las “cosas” que antes se podían y ahora no se pueden hacer”. “Nosotros controlamos con información. El sistema de trazabilidad va a permitir incluso al comprador del exterior saber el nombre del pescador que produjo la captura. Es una fortaleza que se les dará a los frigoríficos. Ellos admiten que hay mercados a los que lo único les interesa es el precio, pero que también otros compradores del exterior ofrecen mejor precio pero exigen calidad y pautas de sustentabilidad en la trazabilidad”, explicó. De 20 a 12 “Lo que hicimos en primer lugar fue dar de baja a licencias de quienes no estaban en condiciones legales de operar. Actuamos así con quienes no cumplían con las reglamentaciones vigentes. Históricamente, se decía que había en Santa Fe 12 frigoríficos exportadores pero la realidad es que se habían otorgado casi 20 licencias para exportar... Eso se terminó”, dijo Biani. “A las licencias que no cumplieron una serie de normas las dimos de baja. Hoy, son 12 las licencias habilitadas para exportar. A todas se les estableció un mecanismo de puntuación y quienes cumplían las políticas de Estado tuvieron mejores condiciones para exportar”, agregó. Biani recordó que “hubo dos frigoríficos que no cumplieron con la documentación que exigimos, y hoy ya no tienen -de parte nuestra- cupos de exportación. Pudieron trabajar hasta agosto, mientras el mercado estuvo libre, porque la Nación no los distribuía, pero de nuestra parte no se les otorga cupos de captura”, comparó. Reconversión o mudanza Cuando se le mencionó a Biani se le mencionó que Santa Fe comparte el Paraná con Entre Ríos, el funcionario arqueó las cejas y mencionó que hay empresas que tenían cámaras frigoríficas en ambas orillas y ahora operan sobre todo desde la otra costa. “Hubo frigoríficos que se reconvirtieron y que establecieron toda una estrategia de aumento de su valor agregado en el producto, para trabajar en el mercado interno, y les va muy bien”, expresó Biani. “Generaron más trabajo y diversificaron las especies de sus capturas: así se bajó la presión sobre la especie sábalo y además no se elevó tanto la presión sobre otras en particular. La diversificación les permitió a los frigoríficos incluso establecer cadenas de distribución dentro del territorio provincial”, siguió. Algunos empresarios del sector “se dieron cuenta de que era importante fortalecer un vínculo con las organizaciones de pescadores. Esto les da poder a los pescadores, que dejan de ser rehenes del sistema y obtienen mejores precios”, añadió. Otros frigoríficos “con los volúmenes que tuvieron (antes de las regulaciones) tienen que pensar en su reconversión a otras actividades, porque no van a tener las 30 ó 40 mil toneladas de otros años... Y hay ya el caso de frigoríficos que optaron por irse a otras provincias: tenían una pata a cada lado del río y se mudaron definitivamente. De ellos ya no tenemos registros de fiscalización de pescado”.

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