Inmerso en un debate ahora condimentado por la interna oficialista, el intendente Miguel Lifschitz ratificó ayer que el plan de urbanización de la zona rural de Nuevo Alberdi que impulsa su gestión seguirá adelante y sin contemplar la expropiación de tierras, como propusieron cinco concejales socialistas. Los mismos ediles que, tras la primera negativa que ensayó la secretaria de Planeamiento, Mirta Levin, pegaron el faltazo a una reunión programada en el Palacio de los Leones para analizar la problemática con epicentro en el noroeste de la ciudad.
"Es una iniciativa idealista, bien intencionada, pero de difícil concreción porque no resuelve el problema. Si expropiáramos las tierras, deberíamos pagarles a los privados, mientras que con el proceso de urbanización las obtendríamos en forma gratuita", afirmó a La Capital el intendente. Lifschitz desestimó el proyecto presentado en el Concejo por Mariana Alonso, Miguel Zamarini (presidente del cuerpo), Edgardo Falcón, Pablo Colono y Orlando Debiasi, ediles alineados con el titular del Partido Socialista (PS), Rubén Giustiniani. Más temprano, la iniciativa que impulsa un pedido de desposesión a la Legislatura provincial para resguardar el territorio había sido desechada por Levin. "La expropiación de los terrenos implica una erogación del Estado ¿Para qué vamos a hacerlo si los propietarios están dispuestos a cederlos, si los obtendremos en un proceso de urbanización?", destacó. La réplica no se hizo esperar: los cinco concejales resolvieron ayer no asistir a la reunión prevista para las 15 en la Municipalidad con el objetivo de evaluar el plan oficial para Nuevo Alberdi, iniciativa a encarar una vez que el Palacio Vasallo apruebe el nuevo mapa de inundabilidad de esa zona. "Para la urbanización también hace falta dotar a las tierras de infraestructura como cloacas, agua potable, luz o apertura de calles. Eso debe correr por cuenta de inversores privados para no recargar al Estado. Tanto el municipio como la provincia carecen de recursos para un proceso integral de este tipo, que apunta a sumar a distintos sectores sociales", continuó Lifschitz. A raíz de las diferencias exteriorizadas por los ediles con los que comparte el sello político, al intendente no lo inquietó la posibilidad de que se dilate la discusión legislativa del proyecto de su administración. "Habrá que darle al plan el tiempo que sea necesario. Es más: ya tuvimos debates que duraron años. Lo importante es buscar acuerdos", indicó. Lifschitz también volvió a cuestionar la denuncia sobre una presunta connivencia entre funcionarios, asesores y desarrolladores privados que realizó el Movimiento Giros, que ayer decidió continuar con su acampe en la plaza 25 de Mayo (frente a la Intendencia) en rechazo al esquema de urbanización oficial. "Es algo infundado que no tiene pies ni cabeza", concluyó. Presupuesto Miguel Lifschitz confirmó ayer a La Capital que pedirá al Concejo una prórroga de un mes para la remisión del presupuesto 2012. “Es para poder estudiar el presupuesto provincial, aún a presentar, y por posibles cambios tributarios que incidan en Rosario. Luego definiremos el criterio a aplicar con la TGI, que seguramente tendrá algún retoque”, indicó.
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