Las líneas de colectivos 110 y 146, de la empresa Rosario Bus, acortaron su recorrido en horario nocturno tras dos hechos de agresión y robos que sufrieron sus choferes durante el fin de semana pasado.
Las líneas de colectivos 110 y 146, de la empresa Rosario Bus, acortaron su recorrido en horario nocturno tras dos hechos de agresión y robos que sufrieron sus choferes durante el fin de semana pasado. La medida de fuerza rige desde este lunes entre las 22 y 6 y afecta a los pasajeros que desean llegar hasta el barrio Stella Maris y la villa La Bombacha, en las inmediaciones de Juan B. Justo y Acevedo. El reclamo por mayor custodia policial de las unidades se adoptó tras una asamblea de delegados de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y se mantendrá "hasta nuevo aviso". Quienes utilizan los coches de la concesionaria Rosario Bus fueron advertidos durante las últimas dos jornadas con la colocación de volantes en la parte delantera de las unidades. En ellos podía leerse: "Señores usuarios. Por falta de seguridad y hasta nuevo aviso, de 22 a 6 las líneas 110 y 146 terminan su recorrido en la subcomisaría 21. Sepan disculpar las molestias. Es por el bien de todos". En la esquina de Santa Fe y Mitre, el delegado gremial de Rosario Bus, Gerardo Segura, amplió ayer a LaCapital las razones de la protesta que, según aseguró, fue notificada a la Intendencia. "El primer hecho fue el viernes a la noche, y el segundo el sábado a las tres de la tarde. A ambos compañeros los golpearon y les robaron los celulares, al igual que a los pasajeros", detalló Segura. El gremialista consideró que "si bien con la medida se actuó en resguardo de los choferes, también se busca que los usuarios y los habitantes de la zona se hagan eco del reclamo a través de las vecinales". Los choferes de los colectivos de las líneas 110 y 146 viven situaciones inverosímiles. Según confesaron los delegados gremiales, en horario nocturno los coches que culminan su servicio apagan las luces del interior y hacen desvíos con la idea de trasladar algunos pasajeros hasta llegar a la punta de línea. Pero aún así, reciben una lluvia de piedras a su paso. Los robos del pasado fin de semana fueron en jurisdicción de la comisaría 17, pero la decisión de los delegados es cortar los recorridos entre las 22 y las 6 en Ayala Gauna al 7900, en las puertas de la subcomisaría 21, dejando a pie a los usuarios de los barrios Stella Maris y La Bombacha. "No hay reacción". Para Segura, la medida de fuerza parece no haber hecho mella entre las autoridades policiales y del Ejecutivo. "Hasta ahora no hay reacción. La policía ni se acerca, hay un móvil en la zona pero está parado. Cuando pedimos custodia, o no te la mandan o dura lo que un carnaval, al tercer día desaparece. La periferia de Rosario es tierra de nadie", dijo el delegado y enumeró otros casos de inseguridad que sufrieron choferes en diversos puntos de la ciudad. El gremialista se quejó por la falta de operativos y le apuntó a la Intendencia. "Los funcionarios no pueden decir que desconocen el tema. Tenemos presentadas notas y hemos hecho reuniones con el Ministerio de Seguridad y el Ente del Transporte de Rosario (ETR)", aseguró. Aval de la UTA. El secretario adjunto de la UTA, Sergio Copello, respaldó el corte de recorrido al recordar que estas protestas se vienen implementando en los últimos cinco meses en puntos críticos de todo el transporte de pasajeros. Copello indicó que desde el lunes hasta anoche no hubo comunicación con la policía ni el ETR. "La seguridad de los compañeros, como la de los ciudadanos, nunca está un cien por ciento garantizada". Zona roja: el tercer hecho en cinco meses La violencia contra los choferes tiene varios antecedentes en la zona. El más reciente fue tras el partido entre Newell’s y Godoy Cruz, cuando en la medianoche del martes, destrozaron un interno de la línea 146. La zona de los barrios 7 de Septiembre, Stella Maris y el asentamiento La Bombacha fue escenario de varios episodios de agresión y robo contra los pasajeros del transporte urbano y los choferes. En marzo de este año, el conductor del interno 385 de la línea 146 fue salvajemente atacado por dos sujetos que viajaban en el ómnibus cuando estaba llegando al final del recorrido. El hecho desató un paro de las líneas 110 y 146 por más de 30 horas. Omar Losco circulaba por Génova y Acevedo y dos cacos le robaron dos pesos y el celular. Losco se resistió y recibió tres puntazos en el cuello. En agosto pasado, y sobre la madrugada, un coche también de la 146 en Juan José Paso y Donado fue abordado por un grupo de delincuentes que le propinó una feroz paliza al chofer de la unidad, Roberto Rodríguez, de 45 años. El hombre terminó internado con traumatismos de cráneo a raíz de los fuertes culatazos de un revólver. Tras el incidente, la reacción del municipio no se hizo esperar. El ex subsecretario de Servicios Públicos, Pablo Seghezzo, había anunciado “un primer operativo de saturación policial y la puesta en marcha de un móvil que patrullará la punta de línea, en Juan B. Justo y Acevedo, y el sector del barrio 7 de Septiembre”. Justamente la “zona caliente” que ahora los delegados de UTA apuntan por falta de seguridad y nuevas agresiones a sus compañeros. Según un informe de la Secretaría de Servicios Públicos, a octubre pasado, 6 líneas de las 60 que circulan por la ciudad, cuentan con recorridos de seguridad nocturno: la 122 bandera verde, la 107, la 146 roja, la 123, la 153 y la línea K. Llega el aumento El intendente Miguel Lifschitz dijo ayer que el pedido de aumento del boleto de colectivo llegará al Concejo “en lo que resta de la semana o, a más tardar, en la próxima”. Y explicó: “Incorporaremos al mensaje los valores de la modalidad de pago con tarjeta inteligente”. Respecto del costo del viaje, lo ubicó “entre 2,40 y 2,50 pesos”.
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