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domingo, 25 de septiembre de 2011

"A Binner le cuesta pelearse con Cristina"

Como figura emergente del atomizado peronismo santafesino, el contador Omar Perotti, intendente de Rafaela, apenas puede disimular su preocupación por el futuro de su partido que, sabe, demandará una trabajosa tarea de reacomodamientos de la que él, quiera o no, no será ajeno.


Como figura emergente del atomizado peronismo santafesino, el contador Omar Perotti, intendente de Rafaela, apenas puede disimular su preocupación por el futuro de su partido que, sabe, demandará una trabajosa tarea de reacomodamientos de la que él, quiera o no, no será ajeno. Aunque desde el 11 de diciembre su destino sea la Cámara de Diputados de la Nación, es consciente de que para el próximo intento de recuperar el poder, el suyo junto al de María Eugenia Bielsa, son los únicos nombres que quedaron en pie tras la implosión que el resultado de los comicios provinciales de julio produjeron en el PJ santafesino.    Quizás por eso en el reportaje concedido a La Capital en tanto candidato a diputado nacional en la lista de Cristina Fernández para el 23 de octubre repitió a modo de letanía su exhortación a la unidad peronista y a la búsqueda de consensos sin apartarse del buen tono y el discurso políticamente correcto. Aun así se las arregló para aportar la cuota de sorpresa y pimienta que, sabe —conforme su experiencia política que data desde 1983, cuando siendo veinteañero comenzó en esas lides— requiere toda incursión mediática.    Ese toque, Perotti lo incorporó al hablar del actual gobernador de Santa Fe y precandidato a presidente socialista, Hermes Binner, con quien dijo tener “en lo personal muy buen diálogo”, más allá de las disidencias de políticas o de gestión, pero de quien también aseguró “que, pese a los esfuerzos que hace, se le nota lo mucho que cuesta pelearse con Cristina”.    —Falta un mes, ¿cómo va la campaña?    —Bien, con el impulso importante que las primarias del 14 de agosto marcó en la Nación y la provincia. Pero seguimos con humildad y responsabilidad recorriendo la provincia con distintas actividades junto a los ministros nacionales, quienes vienen y mantienen reuniones en cada lugar para mostrar cómo vamos a trabajar en los próximos cuatro años. También, invitando a todos a ser parte de este proyecto. En las primarias pudieron haber santafesinos que votaron a otros candidatos pero que frente a una manifestación clara de respaldo popular como se dio en esos comicios pueden ahora querer ser parte de este proyecto, y queremos que lo sean. Empezando por los propios peronistas de esta provincia.    —¿Piensan volver a ganar en la provincia?    —Vamos a hacer una muy buena elección en la provincia. Estamos trabajando para eso. Para que el mensaje de integración de la presidenta llegue a cada santafesino.    —¿Perciben menos hostilidad en el electorado?    —A partir del resultado de las primarias, en que la presidenta ganó en la provincia contra todos los pronósticos, mucha gente comenzó a mirar distinto. Estamos asumiendo la oportunidad importante de que Santa Fe sea la provincia número uno de este país. Con la fuerza emprendedora que tiene en la industria y el campo, el comercio, la ciencia y tecnología. Si tenemos la inteligencia de trabajar juntos, tenemos todo para ser llegar a serlo. Eso entusiasma mucho, sobre todo en esta etapa de crecimiento del país.    —¿Asume que también en el campo creció una corriente de simpatía?    —Estamos dialogando con todos, sabiendo que el trabajo es hacerlo hacia delante que hay muchísimo para coordinar acciones y dejar atrás una etapa que hizo daño. La gente quiere trabajar para adelante y aprovechar hacia el futuro. El aporte del campo se va a potenciar mucho. Generar esto significará más empleo y que la riqueza se quede en la provincia, desarrollando los pueblos, revirtiendo los éxodos.    —¿No es eso mero voluntarismo?    —No. La comunidad ha dado una señal de ir hacia adelante, no quiere enfrentamiento; quiere avanzar con diálogo, y eso es mirando hacia delante. Creo profundamente que las condiciones están dada para ensanchar el camino y hacerlo cada vez más transitable. Eso se hace dialogando todos los días.    —Que los radicales y los socialistas estén en veredas diferentes en esta compulsa nacional y ello parezca mellar su convivencia provincial, ¿qué les dice?    —Debemos hacer bien nuestro trabajo, que es convocar a todos los actores que quieran ser parte de este proceso nacional, y en ese sentido es claro y evidente que hay diferencias entre radicales y socialistas. Nuestra postura es la de convocar al consenso hacia todos los sectores del justicialismo. Tener el sentido de apertura que requiere comenzar otra etapa. Cuando más madurez haya entre todos los actores, habrá un margen positivo mayor para la política santafesina. Santa Fe tiene dirigencia valiosa y con capacidad de diálogo en todos los partidos, y desde el PJ se ha dado y se tendrá que dar un aporte a esa construcción.    —Le ha tocado confrontar con un candidato presidencial en ascenso, ¿cómo se lleva con Binner?    —En lo personal tengo buen diálogo con Binner. Como intendente tuve que hacerle planteos que no son míos sino de la ciudad. Y no son nuevos, por los mismos discutí con otros gobernadores. ¿Cómo no le vamos a reclamar por los acueductos si se va a ir sin haber colocado un solo metro de caño? Hacer ese tipo de reclamos cuando se frenaron obras de la ciudad me lleva a confrontar, pero eso no significa romper dialogo ni mucho menos.    —También lo criticó como candidato.    —Mire fue en el marco del acto en el que días pasado la presidente inauguró una inversión importantísima en materia de energía molecular en Rosario. Dije que Binner actuó como la vieja política. ¿Por qué? Porque un día antes hizo una denuncia, enrareció el clima y después en el acto leyó una crítica. Seguramente para no salirse del libreto de una estrategia de polarizar la elección en Santa Fe para crecer. Eso fue politizar un acto en el que lo que plasmaba era una de las políticas de Estado que el mismo Binner reclama, con una inversión muy grande. Lo que sucede es que a Binner le cuesta mucho pelearse con Cristina. El viene teniendo una relación desde el comienzo con Néstor y con ella de más coincidencias que disidencias, y en competencia electoral las coincidencias no dan rédito ni prensa, entonces el gobernador se ve obligado a sobreactuar críticas.

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