En la sede alojamiento hay tres chicos que están, junto a sus familiares, bajo seguimiento oncológico. En total, desde que abrió sus puertas en 2014, ya pasaron unos 46 casos infantiles.
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Foto:Luis Cetraro
"Quiero la camiseta de Messi". Bautista, de 6 años, rodeado de sus papis (Andrés y Laura), la “abu” Rosa y su tía Meli. Este pequeño guerrero tiene dos hermanas en Reconquista (Oriana y Brisa) y viene en camino Valentín.
Darío Pignata
dpignata@ellitoral.com
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Foto:Luis Cetraro
"Quiero la camiseta de Messi". Bautista, de 6 años, rodeado de sus papis (Andrés y Laura), la “abu” Rosa y su tía Meli. Este pequeño guerrero tiene dos hermanas en Reconquista (Oriana y Brisa) y viene en camino Valentín.
Darío Pignata
dpignata@ellitoral.com
Siempre hay otras historias. En este caso, en la antesala del Día Del Niño, la película de Bautista (6 años), José (9 años) o Katerina (12 años) será un poco más que especial. Las tres familias, de distintos puntos del siempre sacrificado norte de la provincia de Santa Fe, vivirán mañana un emotivo domingo.
En la sede alojamiento de la Fundación Mateo Esquivo —ubicada en calle Salta y conectada estratégicamente con el Hospital de Niños de Santa Fe— se realizó el tradicional festejo anticipado del Día del Niño. Desde que abrió sus puertas en 2014 pasaron por allí 46 casos que necesitaron asistencia y seguimiento oncológico.
Bautista es de Reconquista y tiene apenas 6 añitos. Es fanático de Messi y de la Play. Todo comenzó cuando sus padres detectaron “un color raro” en el pis y allí dieron paso a los estudios de rigor, los que derivaron en el rápido traslado a Santa Fe. Esa mancha en el riñón requirió una cirugía, esta semana previa al Día del Niño, que duró cuatro horas y media. Cuando salió, su abuela le cumplió la promesa al guerrero “Bauti”: se encontró con los botines que usa Messi, que es su ídolo, porque le encanta jugar a la pelota casi desde que nació.
José tiene 9 años y es de Avellaneda. Su historia arrancó hace un par de años con un síntoma de parálisis facial y hoy junto a su familia la sigue peleando. Debe viajar sistemáticamente para cada uno de los controles, y no pierde su alegría: El Litoral lo encontró disfrazado de Superman y su deseo para mañana es poder tener “una pelota de fútbol nueva”, que sea roja y blanca con los colores de River Plate, equipo del cual es hincha.
Katerina tiene 12 años y es de Malabrigo. Estaba jugando con sus hermanas, primas y amigas, al aire libre, en el medio del campo. Una mala caída, que afectó su cadera, despertó todo. Junto a su padre, cuando nota algo raro en medio del seguimiento oncológico, se sube a una ambulancia, desanda las cinco horas y llega a Santa Fe para que la asistan. Su mayor conexión es con la música y sueña con poder escuchar cantar en vivo para conocerlo —aunque sea de cerca— a Maluma, el colombiano que está de moda y llegará al país con escala en Santa Fe.
Historias, otras historias de chicos antes del Día del Niño. Con los mismos sueños de juguetes, pelotas nuevas, camisetas de fútbol o sueños de conocer ídolos que siempre parecen lejanos.
El disparador que se advierte en cada charla es la permanente alegría en el día a día para vivir. Detrás de Bautista, José o Katerina se desangra cada uno de esos padres, cada una de esas familias. Que se esforzarán mañana en poder darle el tradicional paquete para que puedan abrir en el Día del Niño, pero sabiendo que el mejor de los regalos que puede darles el destino a estos pequeños guerreros se llama vida.
La Fundación Mateo Esquivo
En calle Salta 4201 de la ciudad de Santa Fe funciona la sede alojamiento de la Fundación Mateo Esquivo, una organización sin fines de lucro, cuya misión es mejorar la calidad de vida de los niños enfermos de cáncer.
Esta Fundación debe su nombre a Mateo Esquivo, un niño que padeció un infrecuente tipo de cáncer pediátrico llamado linfoma no-hodgkin de células t. Debido a la complejidad de diagnóstico de esta enfermedad, fueron consultados varios centros de salud, hasta lograr el diagnóstico en el Hospital Austral de Buenos Aires. Mateo falleció durante su tratamiento, el 10 de febrero de 2008, a los tres años.
En su memoria, sus padres (Diego y Alejandra) deciden la creación de la fundación, con el fin de sumar esfuerzos que contribuyan a ayudar a los niños con cáncer, en el ámbito de nuestra ciudad de Santa Fe y su Región.
El cáncer infantil o cáncer pediátrico es el que afecta a niños y jóvenes. No es casualidad que hoy las tres historias de estos pequeños guerreros tengan el mismo hilo que conecta: son del interior de la provincia de Santa Fe. Reconquista, Malabrigo, Avellaneda.
Esta sede, donde hoy Bauti, José y Katerina pasan el Día del Niño, comenzó a construirse en mayo de 2013 finalizando en mayo de 2014. Una obra que por su tamaño y complejidad, se realizó en tiempo récord. Los fondos fueron aportados por Nación, Provincia y recaudados en distintos eventos realizados.
En total se invirtieron 8 millones de pesos, que posibilitaron la construcción del edificio y el equipamiento de todos los espacios. La sede alojamiento Mateo Esquivo tiene 8 habitaciones privadas de 20 metros cuadrados, y baño privado equipado especialmente.
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