entre rejas. Ramón Machuca, hijo adoptivo de Ariel Cantero, es considerado un preso de máxima peligrosidad.
La detención de Ramón Ezequiel Machuca, conocido como "Monchi Cantero" y acusado de ser uno de los líderes de la banda de Los Monos, parece haber traído más problemas que tranquilidad a los distintos poderes públicos de la provincia de Santa Fe. Desde el medido festejo del día lunes, cuando la Policía Federal se anticipó a los pasos de sus pares santafesinos que iban a cumplimentar una serie de procedimientos en el barrio porteño de Villa Mitre y lo apresaron en plena vía pública; hasta la mañana de ayer, cuando hubo algunos cruces entre la Justicia y representantes del Servicio Penitenciario santafesino por el lugar de alojamiento del muchacho en el penal de Piñero, mucho se ha dicho de "El Mabu", como el mismo Machuca se presentó tiempo atrás en la televisión en una clara burla a quienes lo consideraban el más buscado de la provincia. Lo cierto es que la disímil interpretación de un escrito judicial por parte de los actores en juego permitió que Monchi no pasara la noche de ayer aislado del resto de los reclusos en una celda "buzón", sino en un calabozo compartido con su padre adoptivo, Máximo Ariel "El viejo" Cantero, en un pabellón en el cual cumplen penas otros 12 miembros de la banda de Los Monos .
Desde el lunes al mediodía, cuando Monchi cayó manejando un Peugeot 308 gris a unas 20 cuadras de la cancha de Vélez Sarsfield, en la provincia se implementaron todos los mecanismos de máxima seguridad para traer al muchacho de 33 años a declarar en los Tribunales provinciales por distintas causas a las que se lo ha vinculado. Así, el mediodía del martes un helicóptero de la Policía Federal lo trajo desde la capital del país hasta el helipuerto de Prefectura Naval y desde allí lo llevaron en medio de un operativo hollywoodense hasta el penal de Piñero, donde fue alojado en una celda de aislamiento, también llamada buzón, dentro del módulo B y lejos de los otros integrantes de la banda de Los Monos.
En Tribunales. El miércoles a la mañana, después de esa noche en soledad, Machuca fue trasladado los Tribunales provinciales. Con cortes de tránsito, chalecos antibalas, armas largas y hasta un helicóptero monitoreando todo desde el aire, Monchi llegó a la alcaidía del subsuelo de Moreno y Montevideo. Desde allí, y por un ascensor interno, llegó al despacho de la jueza Alejandra Rodenas, quien heredó el expediente del viejo sistema penal que instruyera su par Juan Carlos Felipe Vienna. En el despacho de la magistrada Machuca fue acusado de liderar una asociación ilícita dedicada a la comisión de múltiples delitos y una serie de hechos conexos. Entre ellos atentado contra la autoridad agravado, amenazas coactivas agravadas y encubrimiento agravado entre otros.
En ese marco, Monchi le dijo a la jueza que iba a mantener silencio. "Por el momento no voy a declarar. Más adelante sí", dijo el acusado. Y ante eso el fiscal Gonzalo Fernández Bussy solicitó que quede en prisión preventiva, a lo que la jueza Rodenas accedió.
Pedido de la defensa. Sin embargo Fausto Yrure, defensor de Monchi, presentó un escrito en ese momento solicitando que su cliente no vuelva al buzón del módulo B ya que a su entender allí no hay "las mínimas condiciones de habitabilidad que un preso se merece". Y, en ese orden, pidió que se lo trasladara a otro sector del presidio, donde está preso su padre adoptivo, es decir al pabellón 7 de la cárcel.
En respuesta a esa solicitud, que muchos penalistas y fuentes tribunalicias consideraron "un pedido de forma" que se hace en muchas causas, la jueza Alejandra Rodenas emitió un oficio a la Dirección de la cárcel de Piñero en el que hace mención al reclamo de la defensa de Monchi. Entonces manifiesta que el abogado considera que su cliente no cuenta en el módulo B con las condiciones mínimas de detención y que pide su ubicación en el pabellón 7 de la misma cárcel. En ese marco, la magistrada delega en el Servicio Penitenciario la responsabilidad del lugar de arresto que en todo momento debe tener "estándares mínimos de humanidad".
Tras pasar por el despacho de la jueza Delia Paleari, donde Machuca tuvo que responder por el crimen de Lourdes Cantero, la nena de 14 años que murió el 14 de marzo de 2013 en un tiroteo contra su casa de Conscripto Bernardi 6374, hecho del cual se desligó, se mostró "sorprendido" y dijo que nunca mandó a matar a nadie, Monchi volvió a Piñero. Y allí, oficio judicial en mano, el muchacho no fue al buzón del módulo B sino al pabellón 7 en el cual está alojado su padre adoptivo y otros 12 integrantes de la banda.
Mea culpa. Ese hecho despertó ayer numerosos comentarios de toda índole y hasta el asombro de más de uno. Por eso, el director del Servicio Penitenciario, Pablo Cococcioni, tuvo que salir a aclarar la situación. Lo hizo en el programa Trascendental, de La Ocho, donde sostuvo que "la mala interpretación del escrito fue mía". Y profundizó: "Aclaro ésto porque no quiero atribuir nada que no corresponda. Realmente de manera inadvertida creí entender que se nos solicitaba alojar a Machuca en el pabellón 7 u 8. No estábamos de acuerdo, pero atento a que era una orden judicial la cumplimos. Fue alojado en el pabellón 7 y no en el 8 porque no reúne las condiciones de seguridad necesaria para un preso de sus características, aunque se iba a encontrar con el resto de la banda de Los Monos ahí alojados", dijo en relación a "al menos quince hombres (son 13) sindicados como integrantes de la banda con distinto grado de intervención".
Asimismo, el funcionario explicó que la mañana de ayer, al advertir lo sucedido debió releer el oficio judicial. "Tengo que reconocer que existen dudas, estos no son casos que pasan todos los días. Escuchamos a la jueza de la causa en medios nacionales, dijo que el alojamiento no lo iba a decidir ella, entonces nos quedó más claro qué había pasado".
Despejadas las dudas, Cococcioni indicó que "en principio, salvo que medie una orden judicial expresa, (el lugar de detención de Machuca) queda en el ámbito de la administración penitenciaria", por lo que ayer volvió a ser aislado hasta que se defina su situación, la cual podría estar desde este fin de semana en la Unidad Penitenciaria Nº 1 de Coronda (ver aparte).
La Capital.
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