Un grupo de aficionados a detectar actividad paranormal acudió la semana pasada a un cementerio parroquial de la localidad inglesa de Kingston-upon-Hill. Su objetivo era documentar actividad del más allá, como psicofonías, ya que corría el rumor de que el sector estaba encantado. Pero lo que encontraron fueron actividades del "más acá".
El grupo de investigadores empezó a escuchar unos extraños gemidos en el cementerio. Guiados por la procedencia del sonido, llegaron al lugar donde se estaban produciendo y descubrieron que no tenía nada que ver con el otro mundo, sino con algo más mundano y burdo.
En realidad, descubrieron el rodaje de una película porno. En ella participaban la pareja de protagonistas, más dos personas que grababan las imágenes.
Uno de los 'cazafantasmas', Mike Covell, dijo al diario Hull Daily Mail que los que estaban tras las cámaras no se dieron cuenta de su presencia, y que fue la actriz la primera que los vio: "Cuando nos vio, empujó al chico para que parara, y éste salió corriendo". La asociación de vecinos local ya mostró sus quejas por el rodaje.
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