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domingo, 24 de enero de 2016

"Nadie nos pasa por encima, voy a hacer respetar a Santa Fe"

Así lo aseguró el Gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz. A poco más de 40 días de haber asumido la Gobernación, Lifschitz traza un primer diagnóstico sobre su gestión y la relación con la Casa Rosada. “Yo voy a defender a Santa Fe y la voy a hacer respetar. A nosotros no nos van a pasar por encima, nadie nos va a llevar por delante”, agregó el mandatario provincial.
La Capital | 
Enérgico, molesto y con ganas de hablar, el gobernador Miguel Lifschitz cree ver una operación nacional de desprestigio contra Santa Fe a partir de la promocionada entrevista a un integrante de Los Monos, prófugo de la Justicia.
   En una entrevista con La Capital, el titular de la Casa Gris trazó un balance de sus días al frente de la administración, se manifestó en forma crítica respecto de algunas decisiones del presidente Mauricio Macri y dio algunos indicios sobre su posición respecto a las futuras paritarias con los gremios santafesinos.
   —Sorprendió la reacción enérgica que tuvo frente a la difusión reciente de una entrevista del Grupo Clarín a uno de los integrantes de Los Monos. ¿Apuntó a la Casa Rosada?
   —Específicamente hablé de la villa 1-11-14, en realidad fue una metáfora, no está a metros sino a algunos kilómetros, pero está ahí en el Bajo Flores, en la ciudad de Buenos Aires. Todo el mundo sabe que allí hay bandas operando, con paramilitares peruanos y paraguayos que se disputan el territorio. Ahí verdaderamente no entra el Estado, ni policía ni Gendarmería. Está lejos de la realidad que ocurre en Rosario. Acá se ha ido revirtiendo en términos de presencias de organizaciones delictivas vinculadas al narcotráfico.
   —¿Puede ser más específico?
   —Hoy en Rosario no hay ninguna organización de importancia operando, son retazos sueltos que quedaron y se disputan el territorio con un nivel de violencia importante pero que también viene cediendo año tras año. Esperamos que en 2016 tengamos un descenso mayor, en eso estamos trabajando. Pero lejos está la provincia de Santa Fe de ser la peor provincia, como se la pretende estigmatizar permanentemente. En este tema, y en cualquier otro, voy a defender a Santa Fe y la vamos a hacer respetar. A nosotros no nos van a pasar por encima, nadie nos va a llevar por delante. Esta es una provincia demasiado importante, que tiene mucho para darle al país, pero a la que se le saca mucho. Queremos tener con el gobierno nacional una relación de cooperación, pero queremos que se respete a Santa Fe.
   —¿Hay un pase de facturas de parte del gobierno nacional por la captura de los tres prófugos?
   —Podría haber muchos motivos en este ataque, pero no suena como algo que tenga que ver con el contexto de la realidad. No hubo ninguna noticia desde que asumí el gobierno que fuera negativa en términos de seguridad o narcotráfico. Hemos capturado a los 3 prófugos, avanzamos con presencia policial en la calle, hay consensos políticos. Tuvimos responsabilidad y cautela al pedir el traslado de estos dos cabecillas que teníamos en la cárcel de Piñero para que estén en una de máxima seguridad, porque están procesados en una causa federal. Esta es la verdadera realidad de la Santa Fe de este tiempo. Por eso, darle entidad a la palabra de un delincuente, en una nota claramente armada, tabulada, donde las respuestas eran recitadas de memoria, significa que eso estaba preparado para ser funcional a la defensa del delincuente. Eso no es compatible con la ética.
   —Pero también hay que mejorar los niveles de seguridad en la provincia.
   —Estamos trabajando en un plan de seguridad, se ve en la calle. Yo le dije a la gobernadora María Eugenia Vidal que le podíamos ofrecer información y experiencia, porque ella está trabajando en un plan de seguridad. Con los aciertos y errores de todo el proceso que llevamos adelante en Santa Fe. La única experiencia en Argentina de transformación, con avances y retrocesos, pero reforma al fin de la policía, es la que encaramos en Santa Fe.
   —¿En este período que lleva en el gobierno, el panorama que se le presenta es igual, mejor o peor al que pensaba en la campaña?
   —Es mejor. Estoy entusiasmadísimo. Y por eso lamento este tipo de situaciones que son ajenas a la realidad provincial, porque nos saca de foco y nos obliga a meternos en un debate que no queremos. Pero estos cuarenta días que llevo en el gobierno han sido intensos, de anunciar proyectos y poner en marcha obras. Estamos licitando casi mil millones de pesos en repavimentación y bacheo en toda la provincia, y es sólo la primera parte de lo que vamos a hacer. Anuncié el programa de construcción y refacción de nuevas aulas, de edificios escolares, puse en marcha el plan para el norte, la junta provincial de seguridad. Hay muy buen clima con todos los intendentes. Tengo una llamativa muy buena relación con los intendentes del Frente para la Victoria. Y también con los del PRO. Veo un escenario muy positivo para Santa Fe.
   —En ese sentido han sido buenas para la provincia las medidas adoptadas por el gobierno nacional en relación al campo.
   —Si estimulan a promover la actividad productiva, el sector agropecuario, Santa Fe quizás tenga una oportunidad muchísimo más importante que la mayoría de las provincias.
   —¿En las reuniones que mantuvo con el presidente o con funcionarios del gobierno nacional, notó empatía, pese a que pertenecen a sectores políticos diferentes? ¿Existe la posibilidad concreta de trabajar juntos? Cristina no recibió ni una sola vez a Bonfatti.
   —En principio, sí. Hubo una actitud de apertura, hay diálogo, puertas abiertas. Pero todavía no hay respuestas concretas, porque hay poco tiempo de gestión. La expectativa es positiva.
   —¿Y en qué espera respuestas concretas?
   —En obras de infraestructura que hemos conversado.
   —¿Por ejemplo?
   —La autovía de la ruta 33 y 34. El puente Santa Fe-Paraná, Reconquista-Goya, obras muy importantes en el norte. Hay predisposición para incorporar los 3 departamentos del norte al Plan Belgrano. En materia de seguridad esperamos una coordinación real entre las fuerzas. Hasta ahora las fuerzas federales funcionan de manera aislada y con sus propios planes operativos. Queremos a un trato respetuoso en materia de coparticipación: vi una rápida decisión del gobierno nacional de manera unilateral para darle una respuesta a la ciudad de Buenos Aires.
—¿Le molestó entonces eso que el presidente decidiera aumentarle la coparticipación a la ciudad de Buenos Aires?
—Sale por afuera de lo que habíamos conversado en la reunión de los gobernadores con el presidente. Allí se quedó en formar una mesa para conversar sobre la futura ley de coparticipación. Está dentro de sus facultades hacerlo pero nos afecta a todas provincias. Y es una señal. Que la primera medida en términos de coparticipación apunte al distrito más rico del país, con ingreso per cápita más alto, es una señal... Esperemos que haya señales para el resto de las provincias. Nosotros hemos sufrido una gran discriminación, igual que Córdoba, en materia de recursos durante los años del kirchnerismo. Le sigo dando crédito al gobierno y espero que en el transcurso de los próximos meses todos los diálogos se concreten en hechos reales.
—¿Le cayó mal que el gobierno haya recibido a intendentes radicales y del PRO de manera paralela?
No. También hay intendentes socialistas que se reúnen conmigo. Es parte de la lógica de la política. El proyecto frentista en Santa Fe está muy consolidado. Hay una representación mayor de los partidos aliados que en anteriores gobiernos del Frente. Se trabaja con muy buen clima. Me siento tranquilo. Habrá que ver cuando llegue el momento electoral, está claro que habrá una tensión. Tengo fe de que el Frente Progresista no sufrirá ningún desmembramiento, pese a la doble pertenencia de sectores del radicalismo.
—¿Y evalúa integrar a Cambiemos, específicamente al PRO, con el Frente Progresista?
—No, no. Nunca estuvo ni está dentro de nuestro escenario. Si hubiéramos querido hacerlo, era de entrada, en el momento de los inicios. Tenemos diferencias con el PRO en muchos temas. Podemos coincidir en la importancia de la ruta 33, pero hay cosas que no compartimos, que no hubiéramos hecho.
—¿Qué cosas no hubiera hecho que sí hizo Macri?
—Utilizar el mecanismo de los DNU de manera indiscriminada, como los está usando. Es un momento de diálogo, de consensos, acuerdos políticos. Además, esa fue una bandera de Cambiemos. Una vez, otra vez, un tema, otro tema, empieza a convertirse no ya en una excepción sino en una regla. No lo comparto. Hay temas fundamentales como la seguridad interior que debe discutir el Congreso, es demasiado importante y sensible como para resolverlo por decreto. O los ministros de la Corte. Tenemos diferencias. Somos respetuosos de la voluntad popular y queremos convivir en las diferencias y construir juntos, tenemos voluntad. Pero tenemos nuestro propio perfil y queremos sostenerlo.
—¿Y qué evaluación hace de estos primeros días de Macri al frente del Poder Ejecutivo?
—Es un poco prematuro analizarlo. Se tomaron algunas medidas económicas pero son más de coyuntura. No está claro cuál va a ser el plan económico de mediano y largo plazo. Son pincelazos muy influidos por la necesidad de mostrarse como la contracara del kirchnerismo. Muchas decisiones que se toman tienen algo de escenográfico y de mensaje hacia la sociedad.
—Usted tiene el desafío de llevar adelante una gestión de características ideológicas diferentes. De confrontar acciones, pero de gestionar bien desde el progresismo. Deberá poner en valor a la centroizquierda, casi desaparecida del tablero electoral.
—Es el gran desafío que tengo por delante: hacer una gestión exitosa en la provincia, recuperar la iniciativa, con una impronta innovadora y transformadora. Hay nuevas demandas, nuevos problemas. La gente quiere ver un gobierno activo, presente, que defienda los intereses provinciales y se plante ante las autoridades nacionales haciendo valer lo que corresponde. Pero, sobre todo, quiere ver un gobierno eficiente. Estamos con planes ambiciosos de obra pública, vamos a multiplicar el Plan Abre y articularemos con los privados. Rosario va a recuperar rápidamente el perfil de ciudad innovadora y moderna que tuvo siempre. Veo un buen clima en la sociedad civil.
—Los rosarinos están muy enojados con la inseguridad.
—Admito que el año pasado había un clima tenso, de mucha demanda insatisfecha en relación al Frente Progresista, al socialismo. Creo que eso en buena parte se ha revertido, hemos recuperado una cuota de confianza. No demasiada, no tengo un cheque en blanco, pero sí de expectativa que me alienta para encarar lo que viene.
—El tema de la seguridad es la gran deuda.
—Esa fue la punta del iceberg, pero había otras demandas. Tengo perfectamente claro el tema de la seguridad, y lo estamos abordando con una gran dosis de planificación, audacia y coraje.
—¿Aceptaría volver a implementar la averiguación de antecedentes, el semblanteo?
—Tenemos una ley que habilita la detención en casos de sospecha o averiguación de antecedentes, cuando hay indicios comprobables de comisión de algún delito por el término máximo de 6 horas. Es una herramienta, y estamos en un momento donde es necesario extremar el cuidado y los recaudos para garantizar la seguridad y evitar la violencia. La policía tiene que usar las herramientas que tiene en el marco de la ley, con prudencia pero priorizando la seguridad pública.
—¿Está definido el porcentaje de aumento para los trabajadores provinciales que se ofrecerá en paritarias? A nivel nacional Prat Gay habló de un 25 por ciento.
—Hoy, cualquier porcentaje puede ser defendido o cuestionado. Hasta hace un mes teníamos los índices del Indec, que muchos cuestionaban por irreales. Y teníamos a consultoras privadas que nos daban índices más altos. Ahora resulta que no tenemos ningún índice. No sé si es mejor o peor, pero es un problema.
—Amsafé habló de un 40 por ciento
—Sí, y Prat Gay dice un 25 por ciento y Moyano un 28 por ciento. Yo, la verdad, no tengo una cifra. Estamos hablando no de la inflación pasada, sino también de la perspectiva del 2016. Evaluar hoy con la cabeza del 2015 lo que va a ocurrir en 2016 es un acertijo. Tengo la mejor predisposición y percibo que los gremios tienen la misma incertidumbre que nosotros, pero vamos a encontrar un camino equilibrado. Se habla de una negociación desdoblada en dos semestres, pero no es un mecanismo que me entusiasme. Prefiero fijar una pauta para todo el año.
—Habló de la viabilidad de una reforma constitucional, pero no lo escuché decir que si hay reelección del gobernador usted se autolimitará.
—Si se abre el debate, no creo que el tema de la reelección sea fundamental ni tenga que ser el vértice de la reforma. Habrá que escuchar a los partidos. Quiero trabajar en el tema con un perfil muy bajo durante 2016. Propondré crear una comisión de especialistas, de juristas.

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