* Por Ofelia Salgueiro
Las palabras subidas de tono que uno puede utilizar a la hora de las relaciones sexuales ayudan a potenciar la fantasía, que es fundamental para obtener mejores resultados. Las palabras fogosas abren la puerta al mundo de las fantasías, donde no hay reglas y nadie puede ser acusado de malo, perverso, sucio o repugnante.
Es importante conocer previamente a la persona, saber acerca de sus gustos y preferencias ya que no a todo el mundo le gustan las palabras fogosas o subidas de tono, y por lo tanto puede ocurrir todo lo contario, en vez de calentar los motores, que se corte el clima y todo se enfríe.
Existen distintas formas de hacer el amor, la que cada cual elija y le guste está bien. La mejor manera de disfrutar es cuando uno se entrega y se siente libre, libre en sus acciones, pensamientos y sentimientos. Cada uno tiene que buscar su propia manera de excitarse, la excitación de uno provoca la excitación del otro y viceversa. En la fantasía los amantes saben exactamente cuándo, cómo y qué hacer para encender la pasión porque uno es el que dirige el espectáculo.
¿Cómo podemos incluir el “dirty talk” a la rutina sexual de la pareja?
En principio es importante empezar de a poco y ver cómo repercute esto en la pareja. Conocer los gustos y preferencias. Si uno no está acostumbrado a hablar ni gemir, le va a costar mucho comenzar con algo muy subido de tono, esto del “dirty talk” es algo que uno tiene que sentir, sino aparece como mecánico, duro, puede ofender o quedar fuera de lugar. Animarse a hablar es ir paso a paso, comenzar por expresiones mas simples a mas complejas, siempre teniendo en cuenta que potencie y no descalifique al otro.
Las creencias erróneas pueden actuar como tabúes y hacer que uno se sienta observado y criticado, entonces uno cae en no hacer, no decir, no expresar. Uno se siente atado y no termina disfrutando con plenitud.
Las creencias mas comunes en mujeres son: “Va a pensar que soy una atorranta”, “me va a tomar a la ligera”, “si te haces la loca te va a abandonar”, etc. Los hombres pueden temer más al ridículo, a qué van a pensar ellas, “qué poco romántico”, “qué desubicado”, “es muy delicada y se puede ofender”, “va a pensar que sólo quiero sexo”.
Si existe el deseo de ir por nuevos caminos hacia el disfrute, una buena manera de comenzar es exagerar un poco lo que uno ya hace, por ejemplo ya sea uno hombre o mujer si gime suave, o casi no se percibe, expresar un poco más fuerte, comunicar lo que para uno es agradable, guiar hacia lugares mas excitantes, utilizar frases como por ejemplo: “me encanta, me vuelve loco, me moría de ganas”, calificar y hacer sentir al otro que hace las cosas bien aunque no las haga excelentemente como nuestro amante de fantasía, es importante dejar la crítica de lado y potenciar todo lo positivo.
Las mujeres por un tema cultural tienen más prejuicios en incorporar el “dirty talk”. Sabemos que desde la cultura los hombres tuvieron más permisos para iniciarse a la sexualidad muy diferente en la mujer que era algo muy temido y reprimido. Esto ha dejado huella en nuestra historia y hoy repercute sin pasar desapercibido.
¿Cómo fijar límites que enciendan al otro sin ofenderlo?
El límite está en la capacidad de percepción entre ambos, aprender a percibir al otro, a veces puede ocurrir que uno está tan centrado en uno mismo que “olvida” a la persona que tiene enfrente. Es fundamental ver cómo esto repercute, observar su mirada, gestos, qué comunica desde la no verbalidad. Cuando directa o indirectamente te muestra desagrado hay que ir por otros caminos. Es importante comprender que lo que para uno puede ser muy agradable para otro puede no serlo, es fundamental el respeto y aceptar al otro como es. Con el tiempo uno va enriqueciendo la sexualidad, lo que no se animaba a hacer por desconocimiento o vergüenza en un momento quizá en un futuro sí, es fundamental poder conversar las diferencias o dificultades, llegar a acuerdos dentro de un clima de afecto, contención y respeto donde cada uno entienda la necesidad del otro.
* Psicóloga especializada en sexualidad, integrante del equipo profesional INEPA –Instituto de Psicología Argentino
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