Entre los despedidos está la pareja del ex titular del Central, Gabriela Gelardi y su hijo, Facundo Vanoli Long, que habían mantenido sus puestos a pesar de la "renuncia indeclinable" del otrora presidente.
Infobae |
"Más de 20 despidos en el Banco Central, gerentes, analistas, asistentes, gente de planta contratados... su único \'pecado\' fue ser designados en mi gestión", disparó en la tarde del jueves el ex presidente del BCRA, Alejandro Vanoli vía Twitter. El comentario del economista vino a cuento de una supesta ola de despedidos en la entidad, que incluye según dijo Vanoli, la oficina de Derechos Humanos que el mismo creo y que nadie sabe con que finalidad. Lo concreto, a pesar de las quejas de Vanoli en las redes sociales, es que es cierto que las nuevas autoridades del BCRA despidieron personal. Según confirmaron a Infobae desde la entidad, se desplazaron a 40 personas "puestas a dedo" por el ex presidente Vanoli. Entre ellas, a la pareja del economista, Gabriela Gelardi y a su hijo, Facundo Vanoli Long. Ambos habían buscado quedarse en el banco a pesar de la renuncia indeclinable del mismo Vanoli.
"La mayor persecución política desde la dictadura militar. Además echan a toda la oficina de derechos humanos en el Banco Central. Está claro que los derechos humanos, el trabajo y los derechos sociales es algo que no le interesa a este Gobierno", sentenció Vanoli en Twitter, siempre sin decir que su mujer e hijos estaban en la lista de las 40 personas que ingresaron en forma directa.
Fuentes del BCRA le confirmaron a Infobae, además, que Vanoli contrató durante su gestión a 220 personas, de las cuales estas 40 fueron puestas en forma ilegal. El mecanismo para ingresar a trabajar en el banco es sencillo: o se ingresa por concurso o vía un proceso de selección por parte de RRHH. Las 40 personas que entraron esquivando estas vías, o sea en forma directa gracias a su acercamiento con Vanoli, fueron desplazadas. De todas formas, recalcan en la entidad, estas personas podrán presentarse para volver a trabajar en el banco cuando el Central abra el concurso para ocupar los cargos que ahora quedaron vacíos. O sea, tendrán chance de reingresar pero mediante los mecanismos establecidos y no en forma directa por simpatías con el presidente de turno. "Tiene que haber un criterio de igualidad de oportunidades. A nadie que entró al banco legalmente se la tocó", resaltan en Reconquista 266.
Otro dato curioso es que 6 de las 40 personas echadas habían pasado a formar parte de la "línea" (o sea contratados en forma permanente) días antes de la renuncia de Vanoli. Eran, los seis, asesores de presidencia o de directores. Esos cargos, se sabe, caducan cuando el presidente o director que se asesora renuncia o lo hacen renunciar. Vanoli, cuentan en los pasillos, no tuvo mejor idea que formalizar a estos seis asesores y hacerlos de la planta permanente del banco horas antes de irse, una especie de premio a la lealtad.
Como se dijo más arriba, en el lote de los echados esta la actual pareja de Vanoli y su hijo. Gelardi había dejado su cargo en el BBVA-Francés para pasar a comandar la subgerencia de educación financiera en el BCRA, otro invento de Vanoli durante su gestiòn que pocos se explican en el Central con qué finalidad. Facundo Vanoli Long, de 23 años, se desempeñaba como analista en comunicaciòn e imagén de la entidad. Ambos estaban involucrados en áreas "culturas" de la entidad. Lo curioso es que ninguno de ellos dos renunciaron cuando Vanoli se fue del banco. Habían decidido quedarse en la entidad a pesar de la "renuncia indeclinable" de Vanoli.
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