La tropicalización del clima y la deforestación crecientes, hicieron que yararás y otras ponzoñosas cobraran terreno en el centro norte de la provincia. La crecida del río incrementa los riesgos.
Foto: M.Testi
La proliferación de serpientes en la zona –que comenzó hace años como efecto desmonte y la tropicalización del clima– se agrava cuando la crecida del río invade su hábitat.
Por eso, en el marco de la emergencia hídrica, una de las recomendaciones fundamentales es tener especial cuidado para evitar mordeduras, saber cómo actuar en caso de que ocurra y, fundamentalmente, distinguir las que son venenosas de las que no.
Pero hay otras razones por las cuales estos ofidios proliferan y es aconsejable conocerlas porque eso determina otras medidas de prevención.
Para la licenciada en Saneamiento Ambiental (UNL) Mariana Maglianese, “a pesar de que estas serpientes son de hábitos más bien nocturnos, como no pueden regular su temperatura, circulan y circulan buscando lugares en donde resguardarse y suelen hacerlo en espacios en donde transita la gente, incrementándose la posibilidad de toparse con una de ellas”.
En segundo lugar, “históricamente hubo una reducción notable de los controladores naturales de estos reptiles (como los caranchos, las lechuzas, las comadrejas y los aguiluchos), por las modificaciones que el hombre ha hecho sobre el ecosistema de la región y la urbanización de zonas rurales y semirrurales”, dijo en diálogo con Diario UNO.
Luego dio algunas recomendaciones generales y otras más específicas. Sobre las primeras, señaló: “La prevención es similar a la de cualquier otra alimaña o animal que puede transmitirnos enfermedades: limpieza exhaustiva de los domicilios y peridomicilios, cortar el pasto muy corto, desmalezar, limpiar”.
También, dijo que hay mascotas o animales que puede ayudar a ahuyentarlas: “Los gatos y los perros –que si bien pueden también ser atacados, tratados a tiempo, salvados con los mismos sueros que se usan en las personas–. Si se puede, lo más aconsejable es tener gallinas en el patio. El andar y el picoteo constante de estas aves las espanta. Luego, es fundamental que las puertas de la casa no tengan espacio por donde puedan entrar. Esto vale tanto para las serpientes y para toda alimaña en general”.
Como cuidados más específicos, Maglianese comenzó enumerando: “Es importante conocer los tipos de serpientes que hay o puede haber en la zona en donde uno vive. Aprender a distinguir las víboras de las culebras (ver cuadro); tener precaución al atravesar pajonales, montes, sendas poco transitadas, campos de cultivos, etc; mucho cuidado al orinar o defecar en campos abiertos, y se recomienda usar botas de caña alta y revisarlas antes de colocárselas”.
También, pantalones y guantes de cuero grueso. En caso de trasladar niños, recomendó hacerlo sobre los hombros y no dormir en el suelo y a cielo abierto en zona de hábitat de ofidios, sea rural o semirrural.
Y agregó: “Es aconsejable llevar perros de compañía y/o un palo terminado en horqueta cuando se sale al campo. Revisar los alrededores de la vivienda periódicamente, la leñera, los gallineros, y desmalezar los alrededores para evitar población de ratones y lauchas que son su alimento de las víboras”.
“No introducir las manos en huecos de árboles, nidos, leñeras, etc; cuando sea necesario introducir primero un palo o una rama. Se debe evitar tocar con las manos las serpientes aunque parezcan muertas”, concluyó la especialista.
Signos de alarma y asistencia
El alerta por mordedura de un ofidio y cómo sospecharlo, incluye tener presentes como síntomas iniciales dolor intenso en la zona, marcas de la mordedura e hinchazón del área (ver cuadro que indica la diferencia entre mordeduras de serpientes venenosas y no venenosas).
Sobre las conductas a seguir en caso de que una persona tenga un accidente con una serpiente, quien lo asista puede aplicar un protocolo, que figura en la página del Gobierno de la Provincia.
Allí se explica que a la persona afectada hay que mantenerla en reposo, tranquilizarla y administrarle abundante líquido (agua o té).
Que solo en los primeros minutos ni bien ocurrido el accidente se puede apretar el contorno de la herida suavemente con los dedos para provocar la salida de sangre, sin causar más daño en la zona, que también puede lavarse con abundante agua.
“Se debe transportar –pidiendo auxilio o con movilidad propia– inmediatamente a la persona al centro de salud más próximo, en donde se evaluará qué hacer y si debe recibir suero antiofídico o no”, enfatiza ese documento.
Lo que no hay que hacer
Según el protocolo antes mencionado, no hay que dar a la persona herida bebidas alcohólicas, ni remedios caseros. Tampoco, como se creía antes, aplicar ligaduras ni torniquetes en el brazo o pierna mordidos. Menos todavía cortar o quemar la herida.
Tampoco aplicar desinfectantes, “chupar” la herida o aplicar suero antiofídico sobre esa lesión o alrededor de ella.
Sobre el modo de identificar al ofidio, el protocolo antes citado explica que para hacer la identificación de la serpiente mordedora en el hospital o institución especializada, se la debe capturar con mucha precaución.
“Si está viva, colocarla en un recipiente de metal con tapa a rosca o sujeta con alambre; nunca en bolsas, ni frascos. Si está muerta, basta con llevar la cabeza y el cuello”, explica.
¿Hay arañas pardas en Santa Fe?
En otro orden, y a raíz del fallecimiento en Neuquén de una mujer por picadura de una araña parda, Diario UNO consultó al servicio de Toxicología Sertox de Rosario, referente nacional en la temática, para obtener información fundamental sobre el tema, orientada a la prevención.
Inicialmente,explicaron desde allí que en toda la provincia la araña está presente, “pero no de un modo tan extendido como en Neuquén”.
Y antes de hablar de esta en particular, explicaron: “Todas las arañas poseen ciertos tipos de veneno que usan para alimentarse y defenderse, pero no todos son peligrosos para el ser humano”.
“El caso de la llamada de «los rincones» o de «los cuadros» (Loxosceles) o «parda», puede medir de uno a tres centímetros. Es de color marrón. Su hábitat es intradomiciliario, vive en los rincones, detrás de los cuadros, entretechos, guardarropas, es decir en lugares oscuros y secos. No es agresiva, solo muerde en defensa propia”, dijeron.
Luego, aseguraron que la persona picada comienza a sentir dolor y distintas manifestaciones en la piel como un edema (hinchazón), coloración rosada o violácea de la piel y ampollas de contenido sanguíneo. Además, puede haber fiebre, taquicardia, dolor de cabeza, náuseas, falla renal, convulsiones, entre otras.
Y concluyeron: “Primero, lo importante es hacer un diagnóstico certero y que la gente no lo tome como una lesión común. Ante la duda, que consulte. La herida en pocas horas puede ponerse violácea , luego evolucionar hasta ponerse negra y en el centro puede necrosarse”.
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