Los empleados reclaman el pago de los haberes de noviembre y amenazan con endurecer las medidas si no hay soluciones. Un desafío para el gobierno entrante.
La Capital |
Los trabajadores municipales de Casilda se movilizaron en su tercera jornada de paro de actividades en reclamo al pago de haberes atrasados de noviembre y advirtieron que endurecerán la protesta de no surgir soluciones. Si bien la modalidad de la huelga es con asistencia a los lugares de trabajo ayer incluyó una fuerte manifestación que culminó en la sede del Palacio Municipal con una concentración y asamblea que ratificó la "voluntad de lucha".
La situación preocupa a las nuevas autoridades que intentan hacerse de fondos para dar respuestas a la heredada deuda y destrabar así un conflicto que complica los primeros días de la nueva gestión que conduce el radical Juan José Sarasola, y que marcó el final de casi tres décadas de gobiernos justicialistas.
"El panorama es complicado, la Municipalidad está en cesación de pagos porque no cuenta con recursos para afrontar las obligaciones inmediatas", admitió ayer el secretario de Hacienda municipal, Juan Pablo Massetani, al describir el crítico panorama.
No obstante aclaró que se están realizando gestiones ante la provincia para obtener recursos que permitan palear la problemática. El funcionario explicó que la administración entrante necesitaría unos 3 millones de pesos para resolver la compleja coyuntura y aclaró que los fondos de la coparticipación que ya fueron recibidos están afectados a cubrir cheques diferidos emitidos por la anterior gestión para otros compromisos.
El gobierno actual espera recibir en breve 1.5 millón de pesos en concepto de fondos de obras menores atrasados, que al estar permitido afectarlo a gastos corrientes podrá destinar a lo adeudado aunque no es suficiente para cubrir la totalidad.
"Pretendíamos que el gremio levantara el paro por una semana para poder recaudar y afectarlo a la deuda salarial, pero se resolvió mantener la medida. Lo respetamos pero no compartimos", dijo el secretario de Gobierno municipal, Pablo Tomat. Y llevó tranquilidad a la sociedad al sostener que "este gobierno tratará de salir lo antes posible de esta crisis y trabajará para cumplir con el compromiso de cambio que asumió con la gente. Hubiésemos querido empezar de otra manera pero nos encontramos con una realidad peor a la esperada".
En tanto el secretario general de los municipales, Walter Britos, explicó que el paro no fue levantado porque "permitir abrir las cajas para recaudar no garantizaba reunir lo suficiente para el pago total de lo adeudado". Y si bien valoró la buena voluntad del intendente, quien ayer viajó a Santa Fe por la asunción de las nuevas autoridades provinciales, sostuvo que "la única solución es una asistencia financiera de la provincia, lo cual creemos que es posible más aun teniendo en cuenta que este municipio nunca golpeó las puertas del gobierno santafesino para afrontar este tipo de gastos salariales".
Asimismo aseguró que "continuaremos con la modalidad del paro con asistencia a los lugares de trabajo y si no tenemos respuesta está programado un corte de ruta para el miércoles".
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