Esteban Fuertes admitió que “amigos de varios grupos políticos me hablaron para que vaya a trabajar con ellos a Colón, pero les dije que no por una minoría que dijo cualquier cosa de mí”.
El Litoral |
Está viajando mucho con el showbol, allí despunta el vicio de seguir jugando, también es la cara visible de Sancor Seguros y tiene algunos negocios en Chaco. Recién llegado de Bolivia (“fuimos a jugar con el presidente Evo Morales, con el Cabezón Ruggeri y otros muchachos, y también por la buena relación que dejé con la gente de Sport Boys”), esperaba el momento de sentarse frente al televisor para ver el partido. Antes, habló en la transmisión de radio Sol, recordando aquél golazo que marcó en 2011, cuando Colón ganó en ese estadio ante Godoy Cruz en la era Gamboa.
“Me acuerdo de ese gol porque fue uno de los mejores que hice en mi carrera, quizás el más espectacular. No jugamos bien ese día, pero cuando pasé la mitad de la cancha me decidí y le pegué con fuerza. Todavía tengo en mis retinas y mi memoria la manera en que la pelota entró, picó dos veces adentro del arco y en el travesaño. Fue uno de los más espectaculares, como el que le hice a Hilario Navarro cuando atajaba en San Lorenzo. Quizás hice otros muy lindos también, pero este fue espectacular”, dijo el Bichi, quien luego se habrá sentido totalmente representado con el golazo de Sperdutti, aunque haya sido en el otro arco.
Esteban Fuertes parece tener en claro que su deseo inmediato es el de dirigir, pero mantiene muy firme la idea de no hacerlo en Colón. “Me lo ofrecieron, pero saben que tengo el no inmediato. No voy a dilapidar en cinco partidos todo lo que conseguí con semejante esfuerzo y entrega en años de carrera”, dice con seriedad y firmeza el máximo goleador de la historia sabalera.
—¿Tenés ofrecimientos, Bichi?
—Estoy esperando que llegue diciembre, porque algo puede salir. Hubo tanteos de clubes de Primera y de la B Nacional también. Mientras tanto, doy charlas para la gente de Sancor Seguros, juego al fútbol, viajo bastante, veo muchos partidos y espero la oportunidad. Me recibí hace cinco años, tuve tanteos como te dije y, por ejemplo, me une una muy buena relación con Pepe Mansur, el presidente de Godoy Cruz, con el que estuve conversando. Me dijo que hablará con otros técnicos, ellos conocen muy bien a Almirón y me parece bien que así sea.
—¿Mantenés la idea de que a Colón no vas a volver para dirigir?
—Por supuesto, lo tengo totalmente claro. Me ofrecieron el cargo, pero mi respuesta es negativa. En Colón no voy a dilapidar todo lo que conseguí por cinco partidos.
—¿Y para ser dirigente o secretario deportivo, ahora que hay algunos que andan bien como Francescoli, antes Bassedas o Romeo?
—Varios amigos de algunas listas me hablaron, pero me siento mal con algunos que se dedicaron a ensuciarme con mentiras. Yo nunca necesité de Colón para hacer negocios, jamás. El único jugador que llegó a Colón a través de mi representante fue el Cabezón Marini y llegamos juntos. Se dijeron muchísimas pavadas. Aparecieron en el club un montón de jugadores y nunca les dije a los pibes, que se acercaban todos a hablar conmigo, que se manejen con mi representante. Fijate que cuando apareció el Facu Bertoglio y buscaba representante no le dije que fuera con el mío.
—¿Sos consciente de que es una ínfima minoría?
—Sí, ya lo sé, porque la gran mayoría y los colonistas de verdad me quieren y me bancan. No sé qué van a decir ahora, cuando dentro de quince días me devuelva la casa porque se termina el contrato que tenía conmigo por el alquiler, después de la gran cantidad de mentiras que se dijeron. Mi única relación con Lerche fue que yo jugaba al fútbol y él me pagaba porque era el presidente del club, nada más. Fue lo que declaré cuando me llamaron, fue lo que le dije a la justicia, es la verdad y no tengo nada que esconder. Nunca tuve negocios ni tampoco necesité hacerlos con Colón. Soy colonista a muerte como el que más, me siento así y este club me ha dado muchísimo, pero me duelen mucho las mentiras y la manera en que me ensuciaron. Yo no veo ni Twitter ni Facebook ni me meto en las redes sociales, pero mi familia lo ve y hay gente que me comenta. Sé que es una ínfima minoría, como te dije, pero me duele mucho que se digan tantas mentiras. Esa es la bronca que tengo y por la cual no quiero volver al club. Que les quede muy claro a todos: nunca necesité hacer ningún negocio a costa de Colón, jamás. Y ni se me pasó por la cabeza hacerlo alguna vez.
Es cierto que el Bichi Fuertes quiere dirigir y también es verdad que siempre dijo que no lo haría en Colón para no dilapidar todo lo conseguido, pero realmente es inadmisible que el máximo ídolo tenga que mantenerse al margen por comentarios que, en su gran mayoría, son anónimos, infundados y que sólo buscan destruir esa imagen construida a fuerza de goles y tantas jornadas gloriosas. Dolerá a algunos lo que voy a decir pero no es esa la manera de tratar a sus ídolos. Y no lo digo por la gran mayoría de los hinchas de Colón, que lo quieren al Bichi y que de ninguna manera se sentirán tocados por este comentario. Va dirigido a una minoría que se escuda en las redes sociales, generalmente en forma anónima y que sólo pretende destruir. No es ese el sentido de pertenencia que tantas veces se declama y se reclama. Los hombres como Fuertes tienen que ser identificatorios, embajadores, emblemas y una carta de presentación del club. Y con sus contactos, su conocimiento y su capacidad, hasta un hombre que podría tranquilamente emular lo que otros grandes referentes de otros clubes están haciendo en los suyos. Pero no es así. Y duele.
Sperdutti lo emuló
Aquél golazo del Bichi desde casi 40 metros en el Malvinas Argentinas quedará para siempre en el recuerdo de los hinchas sabaleros. Anoche, aunque en el otro arco, Mauricio Sperdutti lo emuló: recibió la pelota y le pegó muy bien, de sobrepique aunque desde un poco más cerca, y la clavó en el ángulo.
Sperdutti hizo un muy buen partido, el mejor desde que llegó a Santa Fe, y participó en los tres goles. En los dos de Guanca, metiendo el pase gol (en el primero con un centro perfecto y en el otro bajando la pelota de cabeza). Pero lo mejor fue el suyo propio: un verdadero golazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario