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sábado, 8 de agosto de 2015

Una manera sencilla de enseñarle a los niños el valor de la naturaleza mientras se divierten

Una manera sencilla de enseñarle a los niños el valor de la naturaleza mientras se divierten

Por Camila Londoño

¡Me muero por construir algo así!

Los niños de hoy se esconden detrás de las pantallas. Salir a jugar y divertirse en la naturaleza ya no es una opción muy común para ellos. Pero resulta que un simple viaje al jardín de la casa puede ser toda una aventura y una invitación para que aprendan y cambien su perspectiva sobre el mundo que viven. Si tienes hijos, sobrinos, primos o simplemente pequeños amigos, invítalos a ser parte de la naturaleza creando para ellos casas de juego naturales y totalmente asombrosas. Son muy sencillas de hacer y seguro les encantará.

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Por ejemplo, para crear un espacio extraordinario donde puedas sembrar frijoles o cualquier otra semilla, debes escoger un buen espacio. Tienes que eliminar una pequeña zona de césped para plantar luego tus semillas. Utilizando palos de bambú podrás hacer un círculo que vaya formando algo similar a una pirámide. Debes dejar un espacio para la entrada y asegurarte de amarrar los palos con algo de alambre o cuerda. Luego, simplemente necesitas preparar la tierra para sembrar. Con el tiempo irás viendo cómo esta casa va cobrando vida y frutos.

timetocraft
Otro tipo de casa de juego puede ser algo que se asemeje a un iglú verde. Para construir una casa así, es importante hacerlo sobre un suelo húmedo, pues estará hecha de raíces de alguna planta como el sauce.

earthplay
Necesitas entonces, muchísimas ramas. Será necesario que pongas paja en el piso y hagas unos agujeros ahí mismo. Dentro de estos agujeros se pondrán las ramas que formarán esta pequeña casa. La parte superior estará abierta al principio, pero poco a poco, las ramas irán creciendo gradualmente.

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Crear estos espacio naturales donde no hay enchufes para celulares y computadores es un buen comienzo para que los niños entiendan y valoren la belleza de la naturaleza.

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