El precandidato presidencial radical en el frente Cambiemos pasó por la ciudad y trazó un panorama con vistas al 9 de agosto
Referente radical. “Represento una cultura política diferente a la de Macri porque soy parte de un partido federal”, afirmó el senador. UNO de Santa Fe/Mauricio Centurión
A poco más de un mes de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias a nivel nacional que se realizarán el 9 de agosto, el precandidato presidencial por la Unión Cívica Radical en el frente Cambiemos (formado por el PRO, la UCR y la Coalición Cívica-ARI ) Ernesto Sanz, visitó la capital provincial como parte de su campaña electoral.
En diálogo con Diario UNO, el senador nacional -acompañado por el diputado nacional Mario Barletta- se refirió entre otros temas a sus chances en la interna de Cambiemos, sus diferencias con el líder del PRO Maurico Macri y del futuro del frente luego de las Paso.
Además, el presidente del radicalismo puso bajo la lupa “el mundo de las encuestas” y cuestionó la decisión de Margarita Stolbizer de no sumarse al espacio opositor y preferir “refugiarse en la testimonialidad”.
—¿A casi un mes de las elecciones primarias, cuáles son sus expectativas?
—Creo que el mejor análisis que se puede hacer es no tanto el de las encuestas sino el de las urnas. En Argentina ya votó el 25 por ciento del padrón electoral y con los comicios del domingo (por hoy) se llegará a casi el 35 por ciento de los ciudadanos que ya sufragaron. ¿Y qué dicen las urnas? Que se advierte una fuerte polarización entre el Frente para la Victoria y el frente nuestro Cambiemos. Por lo tanto, nosotros estamos muy confiados en lo que vaya a pasar el 9 de agosto si logramos sumar entre Macri, Carrió y mi candidatura más votos que el kirchnerismo.
—¿Cómo se ubica usted en esta competencia interna?
—Yo estoy en esta competencia porque –además de llevar adelante un mandato que fue la de la convención de Gualeguaychú que me eligió candidato a presidente– realza el valor de las Paso, no como el gobierno que se esfuerza en tener una sola candidatura, al contrario, creo que hay que incentivar la utilización de las primarias. Y yo voy a competir con esta realidad, que no es la de las encuestas que hoy me marcan a mí una diferencia en contra respecto a Macri. Porque resulta que el radicalismo está compitiendo con mucho éxito hasta el momento en las diferentes elecciones que se realizaron este año. Si yo logro conseguir gran parte de esa gran cantidad de votos radicales que hay en diversos puntos del país, estoy en condiciones de competirle a Macri.
—¿En qué se diferencia de Mauricio Macri?
—En primer lugar represento una cultura política diferente a la de Macri porque soy parte de un partido federal. El radicalismo tiene una fuerte presencia territorial y en este momento de la vida del país no es una cuestión menor. Hoy la Argentina está desequilibrada, tenemos un modelo unitario que deposita el 76 por ciento de los recursos en manos de la Nación y a eso hay que modificarlo. Además, pretendo volver a instaurar en la Argentina un verdadero sistema de partidos, con funcionamiento institucional en el Congreso, con independencia de la Justicia, es decir, los valores que históricamente defendió mi partido. Soy de los pocos dirigentes políticos que habla de dos temas que parecen ser tabú: uno, el de la lucha contra la corrupción, en el cual soy autor de la propuesta de la “Conadep de la corrupción”, donde queremos vincular el Nunca Más de los Derechos Humanos con el Nunca Más de los casos de corrupción. Y el otro tema es cómo combatir el narcotráfico. Si nosotros llegamos al gobierno vamos a crear la Agencia Federal contra el Narcotráfico, poniendo a disposición todos los activos del Estado más la coordinación con las provincias.
—Luego de los comicios del 9 de agosto y ya con un ganador dentro del frente, ¿qué va a pasar con Cambiemos con vistas a octubre?
—De agosto a octubre el frente sigue, con la conducción de quien gane las primarias y la integración del resto. Esta es una coalición que quiere ganar en octubre y gobernar Argentina, entonces es tan importante el escenario de agosto a las elecciones de primera vuelta, donde la intención es ganarle al kirchnerismo, como de diciembre en adelante donde queremos gobernar el país. Nosotros estamos juntos porque tenemos un programa en común, de hecho hay equipos (del radicalismo, el PRO y la Coalición Cívica) que ya están trabajando en tres áreas: la institucional, económica y energética, que son prioritarias porque es donde hay problemas.
—Dentro de este espacio y con el objetivo de solidificar el frente, ¿hubiese sido necesario sumar la figura de Margarita Stolbizer? ¿Cómo evalúa la decisión de la actual precandidata presidencial por Progresistas?
—La decisión es respetable pero creo que la obligación de un dirigente opositor este año era construir una alternativa competitiva y confiable para generarle a la sociedad alternancia, equilibrio del sistema político. El dirigente opositor, como Stolbizer o como yo, que en estos doce años estuvo sufriendo el modelo de atropello institucional del kirchnerismo o del “vamos por todo”, no se puede refugiar en la testimonialidad que es muy cómodo. No se puede volver a caer en el riesgo de las últimas elecciones en 2011, donde la oposición fue fragmentada en seis candidatos. Hoy había que hacer un esfuerzo para construir una opción y el radicalismo lo debatió en la convención de Gualeguaychú. La discusión fue esa, no si había que ir con Macri o Massa, sino si éramos capaces de construir una alternativa fuerte y potente que le diera a la Argentina una posibilidad de cambio. Y creo, y a los hechos me remito, que hoy hay una polarización entre el Frente para la Victoria y el frente Cambiemos. En definitiva, a mí me hubiese gustado que Stolbizer se haya sumado pero decidió otra cosa.
—El oficialismo confía en que Scioli ganará en primera vuelta o así lo hacen saber sus encuestadores, ¿qué tan preciso es ese diagnóstico?
—Hagamos un ejercicio y dejemos de lado el mundo de las encuestas. Porque, primero, hay que saber quién hace las encuestas, qué vinculación tienen los encuestadores, qué preguntas se hacen y de qué manera se pregunta. Últimamente en los medios se habla de los sondeos de Management and Fit, donde hay tres candidatos que siempre los números le dan bárbaro: Scioli, De la Sota y Rodríguez Larreta, y los tres son de distintos espacios. Por eso dejemos de lado ese mundo y vayamos a lo real.
De cuatro de los cincos distritos más importante del país ya se puede sacar una conclusión: en ciudad de Buenos Aires el 80 por ciento del electorado va a votar en contra de las ideas del kirchnerismo (N. de la R.: hoy se realizan las elecciones en Capital Federal); en la provincia de Santa Fe, el 70 por ciento votó contra el oficialismo; en Córdoba (N. de la R.: hoy elige autoridades) el 80 por ciento no va a optar por el oficialismo, y en Mendoza un 60 por ciento rechazó al actual gobierno. Entonces si al kirchnerismo les va como les va en las urnas y esto te lleva a que hoy del resultado final de siete provincias solo tiene el 31 por ciento de los votos, ¿por qué razón se podría hablar que Scioli ya ganó en la primera vuelta? Esto es una enorme burbuja creada en Buenos Aires entre el gobierno y el miedo de sectores antikirchneristas vinculados al sector empresarial argentino. Ese miedo que les genera que el oficialismo vuelva a ganar las elecciones, y de esa manera retroalimenta ese fenómeno. Es más, creo que el oficialismo no pasa la segunda vuelta porque hay una mayoría de argentinos que quiere cambiar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario