En algunas cosas parece que el uso preferente de la izquierda puede ser una ventaja: pensemos en los tenistas. Pero en otros ámbitos el alto porcentaje de zurdos famosos –en relación con el que ocupan en la población– llama la atención. De ahí que hayan surgido teorías para explicar su brillantez.
La más clásica se basa en la hipótesis de que usan más el hemisferio derecho del cerebro. Según esta idea, esa zona se ocuparía en mayor medida del pensamiento, la reflexión y el manejo de las emociones. Por ello, las personas que más la utilizan serían más creativas y geniales. Pero la teoría no se sostiene. La inteligencia no es un factor único: se puede tener mucha emocional y no desarrollar la analítica o la espacial.
Y no se localiza en áreas concretas del encéfalo: las investigaciones demuestran que el usar más una zona que otra no se correlaciona con la genialidad. Y es más: el psicólogo Joshua Goodman, de Harvard, ha encontrado que hay menos zurdos universitarios de los que debería haber en función de su proporción en la población.
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