La vida íntima de cada signo toma distintas tonalidades. Exigencia, tolerancia, comprensión o celos en cada uno de los 12.
Por Alicia Contursi
Aries
Es muy exigente. No admite postergaciones. Quiere todo ya. Es el o la que inicia el encuentro amoroso y no soporta que le digan que no. Puede reaccionar mal y responder impulsivamente. Le falta comprensión y no sabe ponerse en el lugar del otro. Exceso de trabajo, cansancio o preocupaciones no son motivos suficientes para no complacer sus requerimientos.
Tauro
Es muy exigente tanto en la entrega física como en el tiempo de la otra persona. Dominador y celoso, quiere saber dónde y con quién está el otro a cada instante. Sabe cortejar y cuando inicia su acción, si no recibe una respuesta inmediata se ofende. Casi nunca lo manifiesta, pero queda resentido.
Géminis
No es exigente. En realidad es una relación muy agradable. Siempre alegre y juvenil, no hace escenas, ni se impone. No controla ni permite que lo controlen. Al ser de Aire, es más un compinche de travesuras, un conversador de temas diversos y un astuto negociador que siempre está buscando su conveniencia. La pasión ocupa un segundo lugar.
Cáncer
Muy exigente, se entrega con todo y piensa que su compañero o compañera deberían hacer lo mismo, pero que nunca lo hacen. Siente que siempre están en deuda. La entrega implica más lo afectivo emocional que lo sexual. De ánimo cambiante, no es constante en lo que pide. Si lo contrarían, se encierra en un mutismo que puede durar muchos días.
Leo
Es uno de los signos más exigentes. Es el Rey o la Reina que deben ser complacidos. De fuerte temperamento sexual, apasionado, no entiende ni admite excusas o negativas. Se ofende y de magnánimo se convierte en déspota. Hay que hacer su voluntad o se pagarán las consecuencias.
Virgo
No es su estilo la exigencia. Deja fluir las relaciones y responde muy bien a los requerimientos. Puede faltarle iniciativa, pero no se da cuenta. Comprende y tolera las negativas. No deja de analizar y criticar la conducta del otro. Llegado un punto, hace un planteo y pasa revista de todo lo anterior, que ha memorizado convenientemente. .
Libra
Su actitud siempre atenta y diplomática esconde el alto grado de exigencia que tiene en el amor. Va desde lo romántico, el clima armónico, las atenciones y pequeñas caricias hasta la actividad sexual propiamente dicha. No reclama para evitar conflictos, pero se resiente. Despliega todo su encanto y capacidad de atracción y seducción. Si no es correspondido como quiere, sigue postergando el planteo definitorio.
Escorpio
Más que exigente, dominador. Siempre termina satisfaciendo sus deseos. La vida sexual es central en su vida. Es un o una amante incomparable. Es un torbellino de intensas emociones. No admite el rechazo. Hace escenas y planteos. Recuerda cosas del pasado y las vuelve a plantear una y otra vez. Sus celos pueden ser enfermizos.
Sagitario
Muy fogoso y apasionado, cuando ama es un o una amante de fuertes requerimientos. Siempre alegre y optimista, sabe galantear o atraer. Si no encuentra respuesta, propone alguna actividad divertida y vuelve a la carga más tarde. Se hace difícil decirle que no. Si no consigue lo que quiere se va e intenta por otros lados.
Capricornio
Aunque no demuestra lo que siente, es de fuerte temperamento sexual. Pero si el impulso no surge de él o de ella, no hay caso. Es muy difícil de encantar. Dominador en el fondo, no admite que el otro busque en otro lado las satisfacciones emotivas, afectivas o sexuales que no brinda.
Acuario
Es una caja de sorpresas. Por momentos puede ser un o una amante muy fogoso o permanecer totalmente indiferente y no recepcionar requerimientos de su pareja. Lo mismo en cuanto a los celos. Por momentos parece no afectarle nada y en otros una mínima palabra o gesto causan su alejamiento.
Piscis
Más que exigente, demandante. El amor es central en su vida, sea tomado como actividad sexual, como emoción predominante o como integral compañerismo de vida. En todos los casos, requiere una entrega total. No permite medias tintas. Es todo o nada. Como tiene mucha vida interior, de sueños y quimeras, nunca se sabe si está satisfecho con lo que tiene.
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