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domingo, 17 de agosto de 2014

SANTA FE: Vera Candioti: el 50% de los pacientes con traumatismo se accidentó en moto

Desde el año pasado, los heridos de arma de fuego ocupan el segundo lugar en las atenciones: hubo 2 pacientes en 2012, 7 en 2013 y en el primer semestre de este año ya asistieron a 3.


Un Dios aparte. Un Ángel de la Guarda. O mucha, pero mucha suerte para los agnósticos. El hospital de rehabilitación Carlos Vera Candioti está lleno de pacientes que esquivaron la muerte y hoy celebran estar vivos, a pesar de las dolorosas secuelas con las que conviven.

Algunos sufrieron un ACV, una hemiplejía o las consecuencias de un tumor medular o cerebral. Pero otros llegaron con un diagnóstico de traumatismo, luego de sufrir un accidente. Las estadísticas de los dos últimos años y medio, muestran que de este último grupo, casi la mitad (el 48%) se lesionó en un accidente de moto. Son 36 personas procedentes de distintos lugares de la provincia, la mayoría jóvenes.

No todos tuvieron esa suerte: en un período similar (entre 2012 y el primer trimestre de este año), 58 personas que se trasladaban en moto en la ciudad capital perdieron la vida.

El resto de los pacientes con traumatismo que atendió el Vera Candioti se cayó de altura, fue herido por un arma de fuego, se accidentó en un auto o al zambullirse en una pileta. (Ver “Accidentados”).

El Dr. Ricardo Atuch trabaja en el hospital desde el año 1989 y es su actual director: “Cuando empecé, cada verano nos preparábamos para recibir algún herido por zambullida y siempre algún accidentado en el trabajo, un obrero que se caía del andamio, por ejemplo. Había algunos accidentes de tránsito, que incluían autos y no tantas motos”, contó a El Litoral.

Hoy la realidad es otra. Las motos ganaron pista en las calles, y sus pasajeros camas en el hospital. 

“Ahora, con el aumento del parque automotor y con toda la locura que hay en la calle, cambiaron las patologías y las secuelas”, aseguró el director. 

“Antes, en verano veíamos generalmente al lesionado medular, al cuadripléjico o al parapléjico. 

Después empezaron a llegar casos más complejos, los que tenían un politraumatismo, una lesión medular pero con traumatismo de cráneo y muchas fracturas de alta complejidad. Y nunca vimos tanto traumatismo de cráneo como cuando empezaron a venir los accidentados en moto, fundamentalmente por el no uso de casco”, ejemplificó.

¿Las secuelas? Durísimas de sobrellevar. Muchos ya no podrán caminar o lo harán con dificultad; tendrán problemas para controlar esfínteres y de índole sexual; padecerán trastornos cognitivos, lo cual afectará el habla, el lenguaje, la comprensión y la expresión. Ni hablar, de la pérdida laboral o educativa y de lo difícil que será reinsertarse en la sociedad.

Con un arma

Las balas también ganaron las calles. Y muchos de los que logran sobrevivir al impacto pero quedan con lesiones que requieren de un proceso de rehabilitación, son derivados al Vera Candioti. En los últimos 18 meses, 10 pacientes recibieron atención por las heridas provocadas por una bala, 7 en 2013 y 3 hasta julio de este año.

“Los heridos de arma de fuego empezaron a preocuparnos a fines de los años ‘90; ahí comenzamos a tratar este tipo de casos con más frecuencia. La mayoría de las heridas se producen en columna, son pacientes que quedan cuadripléjicos o parapléjicos, ya sea por un ajuste de cuentas o por asaltos”, explicó el Dr. Atuch.

Quienes pasan factura con un arma saben dónde apuntar: “Te voy a mandar al Vera Candioti”, es la amenaza que cuentan que recibieron los chicos heridos a las enfermeras del hospital. “Me la tenían jurada”, les transmiten en la confianza que entablan durante los largos procesos de rehabilitación.

Son meses difíciles, de un esfuerzo arduo para recuperar funciones perdidas o para adaptarse a vivir sin ellas. Dios, un Ángel de la Guarda, o la misma suerte les regaló más vida para poder intentarlo. Y allí están; intentándolo en el inmenso pabellón del hospital de rehabilitación. Sin bajar los brazos.


Accidentados

El hospital Vera Candioti atendió en 2012, 2013 y el primer semestre de 2014 a 75 pacientes con diagnóstico de traumatismos:

48% fue por accidente de motos

20% fue por caída de altura

16% fue por herida de arma de fuego

14% fue por accidente de auto

1,33% fue por zambullida


* 41 chicos menores de 14 ingresaron al hospital de niños Dr. Orlando Alassia heridos por un arma de fuego en lo que va del año. Es la misma cantidad que recibió atención en todo 2011, y algunos menos que en los años posteriores, cuando la tendencia comenzó a mostrar un paulatino crecimiento: 51 en 2012 y 53 en 2013.

“Nunca vimos tanto traumatismo de cráneo como cuando empezaron a venir los accidentados en moto, fundamentalmente por el no uso de casco”

Dr. Ricardo Atuch, director hospital Vera Candioti.

“Fue mi culpa quedar así”

Nicolás Velázquez tiene 31 años, es de San Cristóbal, y se accidentó con su moto el 2 de octubre del año pasado.

Está en el hospital Vera Candioti desde enero, hace ya 8 meses, y en pocos días podrá regresar a su ciudad con el alta médica, su silla de ruedas y un par de órtesis para intentar caminar.

Del accidente recuerda poco: “Venía tomado, algo que no se debe hacer; a 120/130 kilómetros por hora, por la ruta, y sin casco. No sé si mordí la banquina o que pasó”. Pero su vida cambió para siempre: “Ahora uso pañales porque de la cintura para abajo ya no siento nada. Puedo tener relaciones sexuales pero no siento”. De su celular muestra dos fotos: cómo quedó la moto tras el accidente; y su hijo, de tres años.

Durante el proceso de rehabilitación le enseñaron a tener más movilidad, aprendió a usar el sillón, a pasarse a la cama, a bañarse, a ponerse un pañal, a vestirse. “Acá adentro es otro mundo, te sentís normal porque mirás a tu alrededor y son todos iguales o el de al lado está peor que vos y eso te hace querer estar mejor. No tomé mal quedar así ni entré en depresión porque me lo busqué yo, fue mi culpa quedar así”.

Cuando ocurrió el accidente, Nicolás no tenía trabajo. Ahora tiene proyectos: “Me vuelvo a mi casa en San Cristóbal y voy a hacer pizzas y productos de panadería con mi hermana para vender. Es algo que puedo hacer desde mi silla de ruedas”, dice esperanzado

EL LITORAL.

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