Existen pese a normas que las prohíben explicítamente, y allí arrojan residuos vecinos, empresas y hasta el municipio. Por los permanentes incendios de los basurales, bomberos sufrieron serias heridas.
La Capital |
La existencia en Villa Gobernador Gálvez de dos cavas clandestinas en las que tanto las empresas como los particulares y hasta el propio municipio arrojan residuos, impulsó un proyecto de decreto de un concejal por el cual se pide al Ejecutivo la inspección y la inmediata clausura de esos dos depósitos, ubicados sobre las calles Paraná y Esperanza, respectivamente.
El edil socialista Carlos Dolce es el autor de esta normativa, que ya obtuvo el visto bueno de la mayoría de sus pares y que se aprobaría durante la próxima sesión.
Los dos depósitos existen contra la prohibición explícita que recae sobre la construcción de cavas en el ámbito de Villa Gobernador Gálvez, y pese a que la habilitación de cualquier lugar para la disposición final de residuos debe contar, por ley, con la aprobación de la provincia.
Dolce es el titular de la Comisión de Ecología y Medio Ambiente, y en los fundamentos de su proyecto se destaca que "la existencia de estos espacios de disposición clandestina de residuos representa un enorme riesgo para la salud de las personas, ya que no sólo debe tenerse en cuenta la contaminación del suelo y las napas sino que además las quemas —en principio intencionales—, para reducir los materiales volcados, emiten columnas de humo tóxico que llegan a barrios aledaños y rutas cercanas, lo que crea un ambiente propicio para accidentes".
El edil socialista, que además se desempeña como bombero voluntario, argumentó que en varias ocasiones los efectivos debieron asistir a esos sitios para sofocar los incendios y en los fundamentos de su proyecto destacó que durante los mismos algunos efectivos sufrieron accidentes, "tal como ocurrió el 23 de diciembre de 2013, cuando un bombero tuvo una lesión en el ojo. O más recientemente aún, el 24 de marzo de 2014, cuando debieron hacerse presentes tres dotaciones y un efectivo resultó herido con un corte importante en la mano uno de los efectivos del cuerpo".
También recuerda el edil en su planteo que pocos días atrás "se generó un incendio del que se desprendía una densa columna de humo que llegaba a la ruta de acceso a la planta de Cargill, con las consecuencias antes mencionadas. En este servicio se utilizaron más de 30 mil litros de agua durante más de cuatro horas de trabajo, y se debió apelar al uso de una retroexcavadora y a la colaboración de personal municipal".
Según el articulado del proyecto, "se solicita al Departamento Ejecutivo que a través del área que corresponda inspeccione y clausure las cavas clandestinas ubicadas en calle río Paraná, en su vereda norte, a 350 metros en dirección Este desde su intersección con calle América y la ubicada en calle Esperanza, en su vereda sur, a 120 metros en dirección Este de su intersección con la calle Magallanes. También señala que el Departamento Ejecutivo Municipal elevará las denuncias correspondientes a la autoridad de aplicación provincial, dejando constancia de las inspecciones efectuadas en el artículo 1º del mismo decreto.
Falta de estructura. No obstante, el planteo de Dolce generó ciertos cuestionamientos por parte de la Aeco Litoral, una entidad ecologista de Villa Gobernador Gálvez cuya titular, Graciela Lazzari, destacó la graves consecuencias que aparejan los citados depósitos, y lo positivo del planteo, pero deslizó algún cuestionamiento al proyecto del concejal.
La militante ecologista destacó la buena voluntad de Dolce, pero cuestionó su actitud de impulsar proyectos que luego no se concretan por falta de estructuras adecuadas. En tal sentido, Lazzari consideró que el concejal "propone medidas que luego no se pueden poner en práctica ya que no existen las dependencias o las herramientas para llevarlas a cabo".
"La cava sobre calle Paraná está a unos 700 metros de mi casa, en cercanías de la planta de Cargill, en el barrio Ibaí Hondo. Existe desde hace tiempo, casi desde la misma época en que se instaló la empresa Cargill en la zona. Incluso, a esa compañía le molesta la situación. Nosotros estamos de acuerdo con el planteo de Dolce, pero también es cierto que aquí en Villa Gobernador Gálvez no hay un área de inspecciones; tampoco existe una secretaría de medio ambiente municipal o una guardia urbana municipal como existe en Rosario y que permite algún control", dijo Lazzari.
"El Concejo y las autoridades locales generan y aprueban proyectos, pero las únicas respuestas que nos llegan de vez en cuando provienen de la provincia. Otro problema que tenemos con el concejo es que la comisión de Ecología y Medio Ambiente no nos facilita la participación y no nos convoca".
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