Afecta sobre todo a los ingresantes y a los alumnos de los primeros años. También a las carreras con cuatrimestrales.
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¿Cómo impacta el paro docente de la Universidad Nacional de Rosario en los aprendizajes de los estudiantes? Tres decanos de la UNR consultados por LaCapital acuerdan que hay preocupación y un consenso generalizado entre los docentes para reprogramar fechas de exámenes, que permitan regularizar las materias una vez finalizado el conflicto. Además, que los que llevan la peor parte en los más de 20 días sin clases son los ingresantes y los estudiantes de los primeros años universitarios. También el cursado de las materias cuatrimestrales, de los prácticos y los talleres.
José Goity es decano de la Facultad de Humanidades y Artes y cientista de la educación. Asegura que hay una inquietud común por parte de las autoridades de las distintas escuelas que integran esta facultad "sobre el proceso educativo y pedagógico". En igual sentido opinan los decanos de Ciencias Agrarias, Guillermo Montero, y el de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Franco Bartolacci.
Materias. Goity analiza que el impacto en este terreno no es para todos por igual, todo depende del tipo de materias que deben cursar los alumnos. Cita los ejemplos de las carreras de historia donde todas las asignaturas son cuatrimestrales y la de filosofía cuyo plan está conformado en una gran parte en esta modalidad. Sin duda donde casi no se ha podido cursar el programa establecido. Diferente oportunidad tienen las de cursada anual.
Por otro lado diferencia entre las materias teóricas que admiten recuperar de alguna manera el tiempo sin clases presenciales, de aquellas prácticas, como los casos de Bellas Artes y Música.
Si bien entiende que hay buena voluntad de los profesores y un interés marcado sobre los procesos académicos, cómo se revisará luego el dictado de esas clases será un criterio que tomará cada cátedra, dependerá de la estrategia pedagógica que cada uno plantee. Lógicamente para cuando el reclamo gremial se resuelva.
Consultado si la ausencia de clases académicas impacta de la misma manera en todos los cursos, Goity diferencia entre los primeros años y los superiores: "Es mucho más difícil poder recuperar en los primeros años en donde todavía no hay un hábito y una cultura autónoma de estudio, como en los años superiores donde ya hay una capacidad del alumno de estudio que le permite al docente exigirle de otra manera".
Incidencia. Desde su mirada de cientista de la educación considera que influye aquí la adaptación a la vida universitaria de los ingresantes, un aspecto que incide en su ingreso y permanencia en la educación superior. Ya sin medidas de fuerza de por medio, la integración a este nivel de estudio es un desafío a superar por los jóvenes, sin clases presenciales lo es más. Es que —apunta Goity— muchos no tienen las herramientas suficientes para poder hacer un trabajo por su cuenta, con suficiente autonomía. Lo que aumenta la intranquilidad.
Según el último boletín estadístico de la UNR, esta universidad pública tiene una matrícula de 74.506 estudiantes, de los cuales el 71 por ciento de los nuevos inscriptos son de la provincia de Santa Fe, el resto provienen especialmente de las vecinas Buenos Aires, Entre Ríos y Córdoba.
Perjuicio económico. Y aunque la mayor parte sea de Rosario, no son pocos los que viajan desde localidades del interior santafesino. Muchos se han vuelto a sus pueblos con desazón, en tanto que el perjuicio económico para los que alquilan no es una variable para pasar por alto.
El decano recuerda que no es la primera vez que la universidad pasa por una experiencia de paro extendido como la actual. Por eso confía en que se encontrarán las estrategias adecuadas para salvar el año y permitir regularizar a los alumnos.
Ahora bien, distingue entre la recuperación formal de las materias, en tanto se amplíen las alternativas para regularizarlas, y aquella que tiene que ver directamente con los aprendizajes, donde estima que "hay perjuicios irrecuperables".
Habla aquí del necesario vínculo pedagógico. Dicho de otra manera, que no da igual que el profesor esté o no trabajando junto a los estudiantes. "La interacción con el docente habilita a otro tipo de lectura del material teórico, si el docente no tuviera que mediar entre ese material, ese objeto a enseñar y el aprendizaje no tendría sentido su presencia ni el dictado de clases. Es más, esto permite entender la importancia y la necesidad de que los docentes estén bien pagos, legitimados por la función que cumplen. Cuando la dejan de cumplir el perjuicio es inevitable", argumenta el educador.
Garantía.El decano de la Facultad de Ciencias Agrarias (UNR), Guillermo Montero, destaca la buena predisposición de los representantes gremiales docentes y estudiantiles en "dar la mayor garantía para que no se pierda el año y recuperar lo que haga falta" una vez superado el conflicto salarial.
"No es algo deseado por los docentes, pero sin duda repercute en la enseñanza, y tendrá efectos negativos en los alumnos", anticipa sobre las consecuencias de los días sin clases. Pero al mismo tiempo insiste que una vez solucionado el conflicto se trabajará para ofrecer como siempre "la mejor formación".
Dice que, a través de su centro, los estudiantes de Agrarias han dado una muestra muy importante de solidaridad en este tiempo de paro indeterminado, sobre todo porque se han organizado para mantenerse en contacto con todos los alumnos de la facultad. Más cuando el conflicto, en este caso particular, tiene su peso en el costado económico, ya que la mayoría de los estudiantes de esta facultad debe alquilar en Zavalla para cursar.
Monitoreo. Por su parte, el decano de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Franco Bartolacci, explica que realizaron un monitoreo exhaustivo desde la Secretaría Académica de la facultad para saber qué pasa en especial sobre las materias cuatrimestrales que son las más afectadas. La idea es que pasado el paro se comprometan "dispositivos y mecanismos adecuados para garantizar la regularización de las materias".
"Tenemos muchas materias anuales", dice para diferenciar estos planes de los de otras carreras . "Además no son las mismas las de los primeros años que la de los superiores, donde hay materias optativas o seminarios, por lo tanto los dispositivos que podemos imaginar para cada caso son diferentes, algo que quedará a criterio de cada cátedra", abunda sobre cómo se piensa en reprogramar el año académico.
El decano Bartolacci manifiesta que no se puede pensar en una respuesta global al problema de cómo recuperar el proceso pedagógico, sino que eso depende de cada materia, de cada profesor, aunque sí se contará con el acompañamiento del área académica de la facultad en cada decisión
Junto a los decanos José Goity y Guillermo Montero, coincide que los más afectados por los días sin clases son los estudiantes ingresantes y de los primeros años. "Es donde más repercute la ambientación a la vida universitaria", haya o no paro. Diferente es en los cursos superiores donde ya hay otra integración a las clases y a la dinámica de estudiar una carrera de nivel superior.
"Nosotros hemos alentado a los alumnos de primer año a que continúen con las lecturas de las materias, para no perder el ritmo de estudio. Aunque está claro que no es lo mismo a que cotidianamente esté cursando en la facultad, por eso puede tener un impacto diferente", concluye Franco Bartolacci.
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