La adhesión de los docentes fue menor que en otras oportunidades. Muchos padres optaron por no llevar a sus hijos a clases. Los docentes rosarinos marcharon ayer junto a otros gremios y estudiantes universitarios.
La Capital |
El paro por 24 horas que llevó adelante la delegación Rosario de la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé) tuvo dispar acatamiento. De acuerdo a un relevamiento realizado por La Capital en unos 20 colegios primarios, las distintas instituciones presentaron una actividad muy cercana a la normal en cuanto a la presencia de maestros, aunque faltaron muchos alumnos. En tanto, en los secundarios, la huelga casi ni se sintió.
Desde temprano, lo primero que se notó fue gran desorganización. Algunos padres tomaron la decisión de llevar a los chicos a clases a último momento ya que se enteraron de que, a partir de la determinación de la cartera educativa de descontar el día a los docentes que adhirieran, los maestros concurrirían. Aunque no todos los docentes lo hicieron y, una vez en la puerta de los colegios, no se sabía qué hacer con los chicos. De hecho, en el colegio Normal 1, algunos alumnos terminó compartiendo clases con los de otra división.
Eso se evidenció, por ejemplo, de la siguiente manera: quinto grado primera del Normal no tenía maestra a cargo y la segunda división sí. "Dejalo igual, que vaya al otro curso", se escuchó que les decían a las mamás en el ingreso al establecimiento.
Sin embargo, en general, y a la espera de los datos que los directores otorguen al Ministerio de Educación el lunes, se notó poca presencia de alumnos y los docentes debieron dar clases con sólo algunos de ellos en las aulas.
De todos modos, la decisión del Ministerio de Educación fue computar la falta a los chicos que no concurrieron.
Una de las escuelas donde las clases se dictaron con normalidad en función de la presencia del personal es la Manuel Belgrano, de Jujuy entre Dorrego y Moreno. Los docentes votaron en una asamblea interna si adherían o no a la medida de fuerza que lanzó Amsafé Rosario y la moción ganadora fue la de trabajar de manera habitual.
Eso fue comunicado inmediatamente en forma oficial a los alumnos y a sus padres. Margarita Britos, vicedirectora de la institución, manifestó: "Hicimos una votación con todo el personal y salió por mayoría dar clases. Siempre sometemos a votación este tipo de cuestiones".
Britos se mostró disgustada: "Estamos en medio de una situación política gremial que es inentendible. Hay mucha desunión, pero nosotros estamos en favor de los niños y resolvimos esta vez que debíamos estar acá".
En general, según expresaron algunos directivos, el acatamiento a la medida fue cercano al 40 por ciento, muy por debajo de otros paros a través de los que también se solicitaba un aumento salarial.
Aun así, en el Normal 2 y la escuela Vigil (donde hay nivel inicial, primario y secundario), el acatamiento fue casi total.
Nivel medio. En las secundarias, el paro casi ni se sintió. Entre 10 escuelas monitoreadas, hubo acatamiento del 85 por ciento sólo en una (la Nº 49 General Urquiza, de Oroño al 600. En la mayoría de estas insituciones, adhirieron entre 1 y 3 docentes.
La marcha que realizó el gremio también fue menos concurrida que las anteriores. Si bien se sumaron a la movilización estudiantes universitarios que adhieren al paro de los docentes de la UNR y la organizaciones Siprus, que nuclea a profesionales de la salud, hubo un grupo más pequeño de maestros en la plaza San Martín (donde culminó la movida) que en otras oportunidades.
La huelga anunciada por Amsafé Rosario fue en reclamo de la reapertura de la discusión salarial y también en apoyo al reclamo universitario.
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