Diario Uno.
LA DESPENSA ASALTADA EN BARRIO SAN LORENZO, EN LA NOCHE DEL MIÉRCOLES.
Este miércoles a las 22, Claudia la propietaria de una despensa de barrio San Lorenzo, ubicada en la esquina que forman las calles Amenábar y San José, cerró las puertas de su local acompañada de su hijo de 9 años, y cuando regresaba a su casa fue emboscada por dos delincuentes armados a bordo de una moto. Uno de ellos amenazó con un revólver en la cabeza a su hijo para sacarle el total del dinero de la recaudación.
Diario UNO de Santa Fe, dialogó con Claudia de 40 años, que narró la particular de situación que le tocó atravesar y que aún hoy la dejo sobresaltada, al punto de estar harta de todo y de no hacer la denuncia policial y tratar de recuperar la calma para abrir nuevamente las puertas de su local comercial.
—¿Puede usted contarnos como sucedió el asalto que la tuvo como víctima a usted y a su hijo?
—Sí. Anoche a las 22 cerré las puertas del local, mi hijo de 9 años estaba conmigo ya que es el que me acompaña y me ayuda en el negocio. Cerramos, tomamos la previsión cotidiana de mirar a nuestro alrededor para regresar juntos y seguros, y hasta ahí podemos decir que todo fue normal. Luego cruzamos calle San José hacia el oeste e inmediatamente nos cortaron el paso dos delincuentes que viajaban en una motocicleta, uno de ellos lo apuntó a mi hijo en la cabeza con un revólver, y ante semejante locura, les entregué todo el dinero que era la recaudación del local durante toda la tarde. Trabajamos para darle la plata a la delincuencia. Estamos hartos.
—¿Adonde realizaron la denuncia policial?
—En ningún lado. No hice la denuncia policial en ninguna dependencia. No me interesa hacer la denuncia. Ya nos asaltaron antes, hicimos la denuncia, usamos el tiempo para ir, brindar el testimonio en la comisaría ante el sumariante, luego regresar y seguir trabajando. Y nunca pasó nada. Ahora me harté y no hago más denuncias. Que alguien me explique cual es la diferencia. Lo que sí haremos familiarmente es tomar aún más precauciones y previsiones de las que realizamos cotidianamente.
—¿Cómo sigue su vida ahora?
—Sigue como siempre. Trataré de sacar fuerzas de no se donde e iré y abriré las puertas del negocio esta tarde. La vida continua, hay que trabajar, y le reitero junto con mi hijo trataremos de tener hoy más cuidado que ayer. Es lo que hay.
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