Una será este viernes por la tarde, en barrio Guadalupe Oeste. La otra está programada para dentro de 15 días y fue organizada por estudiantes en la plaza 25 de Mayo. El reclamo sigue siendo combatir el delito.
Son historias de adolescentes santafesinos, que transitan esa etapa deambulando entre el delito, siempre al borde de la tragedia. Son historias que provocaron indignación y movilizan. El miércoles, fue el turno de barrio Roma, donde los habitantes del lugar se autoconvocaron en la esquina de Juan Díaz de Solís y Suipacha para poder compartir historias de ataques dramáticos, en medio de robos de migajas. Hoy, otro grupo de vecinos hará lo mismo. Será a las 18, en la intersección de las calles Lavaisse y Mitre, en Guadalupe Oeste. Y dentro de 15 días, serán los estudiantes terciaron los que llevarán la protesta por inseguridad a la plaza 25 de Mayo.
Los reclamos tienen, entre el objetivo general de pedir seguridad y más presencia policial, el canto contra la impunidad en casos puntuales y recientes. Y es que hay dos tragedias urbanas, frescas aún en el cuero de los santafesinos: el crimen de Walter Montaner, quien fue baleado en horas de la mañana del domingo 13 de octubre pasado, en un bar de la Recoleta santafesina; y el homicidio de Esteban Baragiola, un banquero a quien le dispararon cuando volvía caminando con su esposa de un casamiento en barrio Villa María Selva.
El primero de los episodios destapó una olla de presión. Los testigos apuntan a tres barrabravas de Colón como los asesinos de Montaner. Su fuga derivó en una investigación sobre los vínculos entre la facción violenta de la hinchada rojinegra y las comisión directiva del club. El segundo de los casos tiene el eje la fatalidad mezclada con la minoridad. Es que quien confesó ser el asesino de Baragiola tiene 15 años. El asesino del banquero no irá preso como reclamó su hijo durante el velorio. Y es el segundo caso, en menos de tres meses, en que un adolescente quita una vida, y no pasa nada. En definitiva, los santafesinos se están movilizando para que ese “algo” suceda, y sino, por lo menos para poder manifestar públicamente y que los medios hagan eco de esa angustia, de que se necesitan cambios de legislación y en la operatividad judicial, para que las muertes no pasen inadvertidas.
Los vecinos de María Selva y Sargento Cabral se reunirán mañana, a las 18, en la intersección de las calles Lavaisse y Mitre, en reclamo de justicia por las muertes de Marianela Brondino, Toniutti, Segado, el comerciante de avenida General Paz. También, invitan a los familiares y amigos de Esteban Martín Baragiola, a formar parte de este pedido a las autoridades por mayor seguridad y que se termine con los hechos delictivos. Graciela Santa María, una de las organizadores de esta última convocatoria, explicó que el encuentro tiene la finalidad de “ponerle voz al dolor y el temor que invade a los vecinos” y que está dirigido tanto a los gobernantes, como a la policía y los jueces.“Yo tengo 55 años, y hace más de 24 que vivo en barrio Sargento Cabral. La muerte de Baragiola nos conmovió muchísimo. En este tiempo, los vecinos perdimos nuestro lugar. Es imposible volver a pensar en sentarse en la vereda, o descansar cuando sabemos que nuestros hijos salieron. A mí me asaltaron cuando bajaba del colectivo, un motochorro me apuntó para llevarse mi cartera que, por supuesto, no tenía más dinero que para pagar el boleto. Mi hija estudia en un instituto a la noche, y todos los días es un sufrimiento pensar que le puede pasar algo. A la farmacia ubicada en Lavaisse al 1.500 le robaron un montón de veces”, detalló la mujer.
Los reclamos tienen, entre el objetivo general de pedir seguridad y más presencia policial, el canto contra la impunidad en casos puntuales y recientes. Y es que hay dos tragedias urbanas, frescas aún en el cuero de los santafesinos: el crimen de Walter Montaner, quien fue baleado en horas de la mañana del domingo 13 de octubre pasado, en un bar de la Recoleta santafesina; y el homicidio de Esteban Baragiola, un banquero a quien le dispararon cuando volvía caminando con su esposa de un casamiento en barrio Villa María Selva.
El primero de los episodios destapó una olla de presión. Los testigos apuntan a tres barrabravas de Colón como los asesinos de Montaner. Su fuga derivó en una investigación sobre los vínculos entre la facción violenta de la hinchada rojinegra y las comisión directiva del club. El segundo de los casos tiene el eje la fatalidad mezclada con la minoridad. Es que quien confesó ser el asesino de Baragiola tiene 15 años. El asesino del banquero no irá preso como reclamó su hijo durante el velorio. Y es el segundo caso, en menos de tres meses, en que un adolescente quita una vida, y no pasa nada. En definitiva, los santafesinos se están movilizando para que ese “algo” suceda, y sino, por lo menos para poder manifestar públicamente y que los medios hagan eco de esa angustia, de que se necesitan cambios de legislación y en la operatividad judicial, para que las muertes no pasen inadvertidas.
Los vecinos de María Selva y Sargento Cabral se reunirán mañana, a las 18, en la intersección de las calles Lavaisse y Mitre, en reclamo de justicia por las muertes de Marianela Brondino, Toniutti, Segado, el comerciante de avenida General Paz. También, invitan a los familiares y amigos de Esteban Martín Baragiola, a formar parte de este pedido a las autoridades por mayor seguridad y que se termine con los hechos delictivos. Graciela Santa María, una de las organizadores de esta última convocatoria, explicó que el encuentro tiene la finalidad de “ponerle voz al dolor y el temor que invade a los vecinos” y que está dirigido tanto a los gobernantes, como a la policía y los jueces.“Yo tengo 55 años, y hace más de 24 que vivo en barrio Sargento Cabral. La muerte de Baragiola nos conmovió muchísimo. En este tiempo, los vecinos perdimos nuestro lugar. Es imposible volver a pensar en sentarse en la vereda, o descansar cuando sabemos que nuestros hijos salieron. A mí me asaltaron cuando bajaba del colectivo, un motochorro me apuntó para llevarse mi cartera que, por supuesto, no tenía más dinero que para pagar el boleto. Mi hija estudia en un instituto a la noche, y todos los días es un sufrimiento pensar que le puede pasar algo. A la farmacia ubicada en Lavaisse al 1.500 le robaron un montón de veces”, detalló la mujer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario