La Justicia investiga una serie de recientes robos en casas de familia ubicadas en zonas rurales o en poblaciones cercanas a Rosario. Más allá de algunas diferencias entre sí, los casos presentan similitudes que impiden descartar que algunos de ellos puedan haber sido cometidos por la misma banda.
.La Capital |
En algunos de los atracos los ladrones soprendieron a las víctimas mientras dormían y les exigieron un dinero que supuestamente sabían que había en la vivienda. La comunicación de los delincuentes con un cómplice que estaba afuera mediante un celular o handy es otro dato en común en un par de casos. Y no faltaron hechos en los que ejercieron la violencia con los dueños de casa.
Esperando. Uno de los hechos investigados en este contexto se registró el lunes a la tarde en una vivienda de Lennox al 2300 de Funes donde al menos dos delincuentes abordaron a Carlos Daniel B. y a su esposa cuando llegaban en su camioneta Ford EcoSport. Según relataron las víctimas, uno de los hampones estaba vestido con ropas policiales.
"Se ve que los tipos me estaban esperando. Se acercaron a la casa con una excusa y cuando bajé (del vehículo) me apretaron con un arma y nos llevaron para adentro", relató esa tarde a Canal 5 el hombre de 69 años, y agregó que "el que manejaba todo estaba vestido de policía y tenía un handy colgado".
Los ladrones encerraron y maniataron a sus víctimas y recorrieron toda la casa en busca de objetos de valor. Así se hicieron de unos 5 mil pesos en efectivo, alhajas y la camioneta da la familia. "Era modelo 95 —contó resignado el hombre asaltado— pero era mi sueño, estaba bárbara. La había comprado hacía un mes".
De madrugada. Otro de los hechos investigados ocurrió el martes a la madrugada en el barrio Los Pinos, situado en la zona rural de Villa Amelia,una población ubicada unos 25 kilómetros al sur de Rosario sobre la ruta provincial 18.
Fuentes policiales confirmaron que el martes último, alrededor de las 4 de la mañana, tres hombres sorprendieron a un matrimonio mientras dormía en su casa de Pilcomayo entre Uruguay y Juramento. Al parecer los intrusos ingresaron luego de violentar una puerta de reja.
Los voceros consultados señalaron que los delincuentes primero exigieron dinero a Juan G. Como el hombre de 51 años les dijo que no tenía, entonces al parecer uno de los ladrones lo golpeó.
En ese contexto, luego le colocaron a G. una bolsa de nailon en la cabeza con la intención de asfixiarlo ante la mirada de su esposa. Ante eso la mujer accedió a entregarles a los delincuentes alrededor de 6 mil pesos en efectivo que guardaba en una caja.
Según las fuentes consultadas, los tres ladrones utilizaban guantes y se comunicaban con un cuarto cómplice a través de un teléfono celular. Luego del atraco huyeron con el dinero en efectivo, alhajas, una computadora portátil y un revólver calibre 38 en un auto de color blanco que las víctimas no alcanzaron a ver lo suficiente como para describirlo.
Fuentes policiales indicaron que un par de semanas atrás ya había ocurrido un robo con algunas características similares pero en la planta urbana de Villa Amelia.
¿Y el barco? El más reciente de estos hechos ocurrió el miércoles, a la hora de la siesta, en la zona rural de Ibarlucea. Según fuentes policiales, tres hombres armados que se movilizaban en un Volkswagen Gol gris llegaron a una propiedad ubicada a unos 500 metros de la ruta 34, en la calle Alfredo Schilla y a un kilómetro de la planta urbana de la localidad.
Según los voceros consultados, los delincuentes despertaron a sus víctimas que se encontraban durmiendo la siesta y ostentaron lo que parecía un dato certero: que el dueño de casa había vendido recientemente una embarcación en 350 mil pesos.
"Parece que le dijeron al dueño de casa que sabían que su padre o su hermano vendía embarcaciones. El muchacho dijo que en una época su padre se dedicaba a eso pero en realidad no tenía ese dinero ni tampoco sabía de una venta reciente", sostuvo un vocero policial que no descartó que los ladrones hayan esgrimido un supuesto dato con la intención de amedrentar a sus víctimas y que éstas accedieran a entregar el dinero que pudieran guardar.
Sin embargo, al parecer los delincuentes tuvieron que conformarse con mucho menos de lo que supuestamente habían ido a buscar. Así, según las fuentes policiales consultadas, huyeron sólo con 1.500 pesos en efectivo.
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