En la tarde del viernes, vecinos de barrio Sargento Cabral y María Selva se manifestaron con gran dolor y angustia en pedido de seguridad y justicia.
En la intersección de Lavaisse y Mitre, cerca de las 18, se concentró gran cantidad de vecinos que se unieron en el sentimiento de la pérdida y en el reclamo por seguridad y mayor presencia policial. La manifestación transcurrió en un clima de silencio y acompañamiento a padres de las víctimas de la violencia y la inseguridad en el barrio.
Una marcha marcada por el dolor y la angustia, reflejó el sentimiento de los santafesinos ante los hechos vividos días atrás. El último de ellos fue el homicidio de Esteban Baragiola, un banquero a quien le dispararon cuando volvía caminando con su esposa de un casamiento en barrio Villa María Selva. A este episodio se suma el crimen de Walter González Montaner, vecino de Sargento Cabral, quien fue baleado en horas de la mañana del domingo 13 de octubre pasado, en un bar de la Recoleta santafesina.
Los padres de Walter se hicieron presentes entre los vecinos. Raúl González Montaner, papá de Walter, dijo a Diario UNO: “Por mi hijo, es una emoción muy grande estar acá con los vecinos, a mi hijo lo querían todos. Yo viví toda la vida acá en el barrio, y hoy vino mucha gente. Estamos todos unidos en el pedido de seguridad y justicia”.
Acompañando desde el dolor, también participaron los padres de Marianela Brondino, quien falleció luego de ser asaltada y golpeada por dos delincuentes cuando regresaba de su trabajo en 2010. Su mamá, Graciela Brondino, expresó que “con cada nueva víctima que se produce es como revivir todo lo que vivimos y seguimos viviendo aún”. Asimismo dijo: “Desgraciadamente las dos últimas víctimas son del barrio, tanto Walter como el señor que mataron el domingo pasado. Creo que hasta el día que todos los ciudadanos no seamos capaces de dejar de lado nuestro individualismo, no vamos a escuchar el clamor popular”, finalizó emocionada.
Los padres de Pablo Sañudo, otra víctima de la inseguridad, que falleció hace ya 8 años, también se hicieron presentes junto a los vecinos. “La gente recuerda también la injusticia de la pérdida de Pablo. Hoy después de lo que pasó ya no salgo a la calle, pero sí para pedir justicia”, dijo Gloria, su mamá. “Hoy el barrio es como la ciudad, está desprotegido”, manifestó su esposo, José Sañudo.
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