En medio de las pintadas y balazos que se suceden en el entorno de Central, el ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, señaló este viernes que la decisión podría tomarse “si se van generando hechos de violencia y se extienden a la vida cotidiana”. Canallas y leprosos deben jugar en la 12ª fecha en el Gigante.
Desde el Ministerio de Seguridad de la provincia no descartan que el clásico entre Central y Newell´s, que está programado para el fin de semana el 20 de octubre en el Gigante, se dispute a puertas cerradas.
Así lo dio a entender este viernes el titular de la cartera, Raúl Lamberto, tras los hechos de violencia de los últimos días, en los que hubo pintadas y balazos intimidatorios en distintas zonas de Arroyito.
“Tenemos la posición de respetar decisiones genéricas que en este caso es jugar sin publico visitante, aunque si existieren elementos de gravedad que pongan riesgo a la ciudadanía que muestren que hay que modificar la posición, se modificará”, dijo Lamberto.
“No creo que sea un tema que tengamos en cuenta hoy porque hay hechos que no se dieron en el ámbito de un espectáculo deportivo”, añadió el funcionario, pero aclaró que “si se van generando hechos de violencia y se extienden a la vida cotidiana nosotros no tenemos ninguna duda y si tenemos que tomar medidas las vamos a tomar “.
Por ahora, el partido más esperado por el fútbol de la ciudad se llevará a cabo sin público leproso, por la decisión de la AFA de continuar con la restricción al menos por lo que resta del año.
El antecedente de Unión-Colón
El último cruce entre el Tatengue y el Sabalero, registrado en junio, se realizó a puertas cerradas. Fue justamente por una decisión de la Secretaría de Coordinación de Seguridad en Competencias Deportivas y Espectáculos Masivos, dependiente del Ministerio de Seguridad.
En aquél momento, Unión estaba condenado a jugar en la B Nacional y desde la provincia esgrimieron “razones de seguridad de los participantes del evento y de la ciudadanía en general”.
Claro está, tampoco pasa desapercibida la suspensión de los dos clásicos rosarinos que debieron jugarse en enero pasado.
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