La denuncia formulada por una mujer, que aseguró haber sido víctima de una brutal golpiza por parte de la policía, generó una investigación que hoy tiene varios ribetes.
La Capital |
La denuncia formulada por una mujer, que aseguró haber sido víctima de una brutal golpiza por parte de la policía, generó una investigación que hoy tiene varios ribetes. Mientras el juez interviniente, Carlos Pareto, tendría elementos suficientes para acreditar que efectivamente la denunciante fue agredida por personal policial, trascendió que víctima también está acusada de haber lesionado previamente a una agente mientras era detenida en un operativo de tránsito.
Si bien no fue confirmado, existe la información de que la médica policial de la Unidad Regional IV, con asiento en Casilda, constató lesiones en ambas mujeres, una prueba para avanzar en la investigación, aunque esto no relativiza la gravedad del caso: “Que haya agredido a un policía no justifica de ninguna manera la reacción de propinarle una paliza en sede policial”, advirtió una pesquisa en alusión al cuestionado del accionar policial.
La denuncia. Rita Itatí L., de 47 años, se presentó el miércoles en los Tribunales de Casilda para denunciar que había sido víctima de un abuso policial ocurrido dos días antes. La mujer aseguró que venía con su marido desde Fuentes por la ruta 26 y al llegar Casilda fueron parados en un control de tránsito que derivó en el episodio.
La denuncia. Rita Itatí L., de 47 años, se presentó el miércoles en los Tribunales de Casilda para denunciar que había sido víctima de un abuso policial ocurrido dos días antes. La mujer aseguró que venía con su marido desde Fuentes por la ruta 26 y al llegar Casilda fueron parados en un control de tránsito que derivó en el episodio.
Según su relato, luego de que a su esposo, quien manejaba el Fiat 147 en el que se desplazaban, “le pidieran los papeles (del auto) y lo dejaran ir”, apareció otro agente que los retuvo y les dijo : “De acá no se va nadie”.
La denunciante narró que la sacaron con violencia del rodado y la tiraron boca abajo, la esposaron y la llevaron a la Jefatura de Casilda. Allí, dijo, fue ferozmente golpeada por una mujer policía que le aplicó “puñetes en la cara y la boca del estómago”, hasta que se desmayó.
La mujer sindicada como agresora sería una agente egresada hace pocos meses de la Escuela de Policía. Se trataría de Nadia C., quien podría haber actuado por venganza ya que denunció a su víctima de haberla agredido y provocado cuando fue arrestada.
Omisiones. El incidente y las lesiones sufridas por la agente constan en el expediente sustanciado en la División Judicial de la UR-IV, donde la propia Rita L. admitió que fue “un momento de calentura” y manifestó su arrepentimiento.
Esa actuación, que luego recaló en el Juzgado correccional, fue realizada el mismo lunes que se registró el incidente. En tanto, la denuncia penal en el Juzgado de Instrucción fue realizada por la mujer de Fuentes dos días después. Pero extrañamente no mencionó lo admitido dos días antes a la policía.
No obstante, y “suponiendo que haya insultado y hasta lesionado a una agente, no se puede tolerar que un funcionario público pierda sus cabales y actúe irracional y salvajemente al margen de ley y casi a modo de venganza”, indicaron fuentes judiciales.
Nadia C. tiene escoriaciones en la región nasal y en un codo; Rita L., un traumatismo nasal, entre otras lesiones constatadas por la forense. Se espera el informe del “exhaustivo” examen que el juez ordenó hacer en el Hospital San Carlos de Casilda.
En tanto, el subjefe de la UR-IV, José Cuccaro, dijo que cuando la pareja fue interceptada en la ruta, “no cumplía con ciertos requisitos para circular. Ante esto la mujer empezó a insultar y agredir al personal policial, por lo que se decidió el arresto.
En tanto, el subjefe de la UR-IV, José Cuccaro, dijo que cuando la pareja fue interceptada en la ruta, “no cumplía con ciertos requisitos para circular. Ante esto la mujer empezó a insultar y agredir al personal policial, por lo que se decidió el arresto.
Estaba muy nerviosa, no quería que le secuestraran el auto. y en el arresto hubo un forcejeo”, dijo. Y ofreció una curiosa versión: la víctima “se autolesionó con el paragolpes de su auto”.
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