"De ser propietarios tuvimos que salir a alquilar", se lamentó una de las mujeres cuya vivienda resultó afectada por la explosión del pasado 6 de agosto que le costó la vida a 21 personas. "Estamos mal anímicamente, mal descansados, mal comidos, tenemos todo alterado, yo pensé que hoy me infartaba", confesó Margarita, damnificada por la explosión.
.La Capital |
Los damnificados que perdieron la vivienda la explosión del edificio de Salta y Balcarce que le costó la vida a 21 personas aseguran que tienen problemas para alquilar, a pesar de la lista de propiedades disponibles que puso a su disposición la municipalidad de Rosario.
"Salimos a alquilar y lo primero que nos pasó es que todas las propiedades estaban alquiladas o señadas, no hay departamentos de un dormitorio para alquilar", aseguró hoy Margarita, una de las damnificadas de la explosión.
"De ser propietarios tuvimos que salir a alquilar", explicó la mujer, quien contó que busca un departamento para un hermano suyo que vivía en el edificio contiguo al que colapsó el 6 de agosto pasado. "No conseguimos nada, la situación es desesperante", añadió.
Margarita afirmó que las inmobiliarias rosarinas no tienen todas la misma actitud frente a la demanda de los damnificados que las contactan para conseguir un lugar donde vivir. "En algunos lugares son flexibles con las garantías, pero en otros no", aseguró.
Consultada sobre si había buscado en el padrón de viviendas municipal, dijo: "Hay cincuenta viviendas disponibles y hay trescientas familias buscando -indicó-. Los disponibles son inhabitables
o son edificios antiguos que van a tener el mismo problema de gas dentro de unos meses".
o son edificios antiguos que van a tener el mismo problema de gas dentro de unos meses".
"Estamos mal anímicamente, mal descansados, mal comidos, tenemos todo alterado, yo pensé que hoy me infartaba", confesó Margarita, quien hoy tuvo la confirmación de una inmobiliaria de que no podían alquilarle un departamento porque no consiguió las garantías que le pidieron.
Asimismo, contó: "Me encontré con una de las chicas que vivía en el segundo del edificio, que tuvo a su bebé el sábado anterior a la explosión y me contó que estuvo una semana para alquilar y cuando fue a entrar le dijeron que no querían niños ni mascotas".
"Algunos se han portado muy bien, pero no sé a dónde está la solidaridad de esta gente", se lamentó Margarita. "Hay que pensar cómo estamos, en todo lo que perdimos, en los objetos que no sabemos
cuándo los vamos a poder recuperar porque ese edificio es el último al que se va a poder entrar", concluyó.
cuándo los vamos a poder recuperar porque ese edificio es el último al que se va a poder entrar", concluyó.
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