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lunes, 1 de abril de 2013

Corea del Sur prometió una "dura respuesta" a un eventual ataque norcoreano


La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, ordenó al Ejército “responder con fuerza en la etapa inicial, sin tener en cuenta consideraciones políticas” en caso de “cualquier provocación” de Corea del Norte contra ciudadanos o territorio surcoreano.


La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, prometió hoy una “dura respuesta” a un eventual ataque norcoreano, en plena tensión entre amenazas diarias de Pyongyang y la reciente llegada a Seúl de aviones de combate de Estados Unidos para ejercicios militares. 

La dirigente conservadora surcoreana ordenó al Ejército “responder con fuerza en la etapa inicial, sin tener en cuenta consideraciones políticas” en caso de “cualquier provocación” contra ciudadanos o territorio de Corea del Sur. 

El contundente tono de la jefa de Estado y el envío de aviones de combate F-22 Raptor por parte de EEUU a territorio surcoreano contrastan con el ambiente de tranquilidad en las calles de Seúl y el resto de país, e incluso en el complejo conjunto de Kaesong situado en Corea del Norte. 

Park, que hace poco más de un mes se convirtió en la primera mujer en alcanzar la presidencia de Corea del Sur, remarcó hoy la importancia de “proteger al pueblo de las amenazas” norcoreanas en una reunión con el ministro de Defensa, Kim Kwan-jin. 

Éste, por su parte, presentó un informe del plan de emergencia de “disuasión activa” del Ejército, que adelanta la implantación de nuevos sistemas de defensa que permitirán lanzar una acción preventiva contra Corea del Norte si muestra signos de inminente ataque nuclear o de misiles. 

La presidenta y el ministro de Defensa se citaron escasas horas después de que EEUU anunciara el envío a Corea del Sur de aviones de combate F-22 Raptor, que participarán en las maniobras militares anuales conjuntas de ambos países, en curso hasta finales de abril. 

Expertos locales temen que la llegada de los F-22 -uno de los cazas más avanzados con tecnología para evadir radares y realizar guerra electrónica- genere reacciones de Corea del Norte, que días atrás ya respondió con duras amenazas a la presencia de submarinos y aviones nucleares estadounidenses en el Sur. 

El régimen de Kim Jong-un, por su parte, celebra hoy la reunión de su Asamblea Popular Suprema (Parlamento), una importante cita que suele tener lugar una o dos veces al año y que podría deparar decisiones políticas que marquen el futuro rumbo del Estado. 

A pesar de la relevancia del cónclave los medios estatales norcoreanos no han ofrecido detalles sobre el mismo, en el habitual secretismo que caracteriza al país más hermético del mundo, donde cada información es susceptible de tratarse con la más absoluta confidencialidad. 

La página web de la agencia estatal KCNA omitió referirse a la cita parlamentaria, mientras la televisión KCTV emitió un detallado reportaje sobre la sesión plenaria que el Partido de los Trabajadores celebró ayer. 

En tal sesión el líder norcoreano prometió, bajo una gran lluvia de aplausos, ampliar el arsenal de armas atómicas como parte de la nueva estrategia de doble vía del régimen de impulsar tanto “el progreso de la economía” como “el desarrollo de su potencial nuclear”. 

Este último desafío llegó en una semana de gran tensión en la que Pyongyang aseguró situarse en “estado de guerra” con el Sur, cortó la línea de comunicación militar -única vía de contacto que mantenía con Seúl- y amenazó con cerrar el complejo conjunto de Kaesong en su territorio. 

Sin embargo, en Seúl no se teme un ataque inminente ni se han detectado movimientos de las tropas del país vecino, e incluso hoy los empleados surcoreanos que trabajan en este complejo ubicado en el Norte pudieron acceder a sus puestos con normalidad. 

Kaesong, último vestigio de la época de acercamiento que ambas Coreas protagonizaron a principios de los 2000, funciona con capital del Sur y mano de obra barata del Norte. 

La crisis política y militar que hoy vive la península coreana se prolonga ya durante casi un mes desde el pasado 7 de marzo, cuando la ONU impuso nuevas sanciones a Corea del Norte, que reaccionó con duras amenazas a Seúl y Washington. 

Estas amenazas se fueron incrementando y diversificando a medida que los aliados proseguían con maniobras militares en la región, de las que hoy la agencia surcoreana Yonhap ha ofrecido impactantes imágenes con ensayos de fuego real de carros de combate y helicópteros. 

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