Fue el jueves en Colón y Riobamba, cerca de donde vive el agente. A los cómplices del herido los atraparon en medio de una batahola barrial.
.La Capital |
El robo a un maxiquiosco ocurrido la tarde del jueves en Riobamba y Colón, en el barrio República de la Sexta, fue advertido por un policía de franco y de civil que arma en mano le dio la voz de alto a los maleantes. No obstante, los ladrones se subieron a un auto y emprendieron el escape cubriéndose con varios disparos que fueron repelidos por el agente. En ese cruce de balas, uno de los malhechores terminó herido con un proyectil en la cabeza mientras que sus dos cómplices lograron llegar al asentamiento precario que se encuentra sobre las barrancas de avenida Belgrano. Hasta allí fueron perseguidos por patrullas del Comando Radioléctrico que los emboscaron y, pese a la fuerte resistencia que presentaron los vecinos para evitar su captura, finalmente los detuvieron.
Todo empezó alrededor de las 18 del jueves cuando un Fiat Palio de color gris se detuvo en la mitad de cuadra de calle Colón al 2200. Dos de los tres hombres que viajaban en el vehículo descendieron y fueron hacia el maxiquiosco que se encuentra en la ochava sudeste de Colón y Riobamba. En la puerta del local estaba el dueño, Maximiliano, conversando con su madre. Entonces, uno de los delincuentes le tironeó la cartera a la mujer y el otro obligó al comerciante a ingresar para llevarse la recaudación, que "no era mucha plata", como sostuvo ayer el joven.
Voz de alto. Con el botín en sus bolsillos, los ladrones salieron corriendo hacia el auto que los esperaba con su cómplice y el motor en marcha. Pero en esa alocada carrera hacia el vehículo se encontraron con Mariano N., un efectivo policial que estaba franco de servicio y que vive en las inmediaciones del negocio. "Los ví y les dí la voz de alto, pero me respondieron disparándome con un revólver que, por el estampido, habrá sido calibre 38. Así que miré bien que no hubiera nadie en la calle y les disparé con el arma reglamentaria", dijo el arriesgado servidor público que confió "estar orgulloso de pertenecer al Cuerpo Guardia de Infantería".
La bala que disparó Mariano N. dio en la nuca de Elías Raúl P., de 20 años, quien estaba al mando del auto de los ladrones y anoche se encontraba internado fuera de peligro. Entonces el Fiat Palio detuvo su marcha a poco de iniciarla y los dos que habían concretado el robo se bajaron y empezaron a correr por calle La Paz en dirección al bajo mientras el efectivo policial avisaba al Comando Radioeléctrico y brindaba a sus pares las características de los maleantes.
Varias patrullas del Comando salieron al momento en busca de los sospechosos y se dirigieron al asentamiento que se erige junto al predio universitario de La Siberia, ya que los vecinos les fueron informando el derrotero de la pareja de fugitivos. Así llegaron hasta la zona delimitada por Pellegrini, Esmeralda y Riobamba, que quedó prácticamente cercada. "No tienen códigos, roban a menos de cinco cuadras de donde viven", sostuvo un vecino.
Batahola. Una vez llegados los móviles al asentamiento algunos habitantes del lugar salieron en defensa de los sospechosos, que no eran otros que sus parientes allí domiciliados y en algún caso sus propios vecinos. Finalmente, en la esquina de Esmeralda e Ituzaingó se armó una batahola entre los efectivos que procuraban identificar y detener a los ladrones y la gente que los protegía.
Los hombres y mujeres más exaltados arrojaron palos y piedras hacia los patrulleros y eso ocasionó que al menos un par de uniformados recibieran heridas, entre ellos un oficial de alto rango que terminó con un profundo corte en la cabeza y siete puntos de sutura.
En medio de la confusión la policía se mantuvo en el lugar y luego de forcejear con quienes defendían a los sospechosos, que cuentan en su haber con frondosos prontuarios, lograron detener a Luis S., de 26 años; y Jonathan Emanuel N., de 16, a quienes no sólo les incautaron lo sustraído en el minimarket sino también un revólver calibre 38 con un cartucho servido y otro calibre 32.
Las actuaciones de todo lo ocurrido quedaron en la seccional 4ª por jurisdicción e intervinieron los juzgados de Menores y de Instrucción en turno.
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